EURIPIDES, LA TRAGICA VIDA DE UN TRAGICO



ByOskarele
“No llames jamás feliz a un mortal hasta que no hayas visto cómo, en su último día, desciende a la tumba”. Así se las gastaba este señor. La alegría de la huerta. Igual tenía sus motivos, ya que algunos datos biográficos de Eurípides, uno de los autores trágicos griegos más grandes, que vivió entre el 480 y el 406 a. C., señalan que tuvo una vida desgraciada. Pa empezar decir que nació el mismo día en que sus compatriotas vencían a los persas en la batalla de Salamina, desarrollada en la embocadura del estrecho de Euripo, circunstancia que precisamente le dio su nombre.

Hay que tener en cuenta que muchos de estos datos los proporciona Aristófanes, el gran cómico griego, que era un gran detractor de nuestro trágico, por lo que muchas de estas cosas hay que tomárselas con precaución, ya que en las comedias de este señor se solía exagerar la realidad, a modo de caricatura, como el crudo retrato que haría también de Sócrates, bastante alejado de la realidad.

Aristófanes dice, por ejemplo, que era hijo de un tabernero, llamado Mnesarchos y de una verdulera, Clito, con quienes, además de enormes privaciones, pasó una infancia llena de disputas familiares y problemas. Pero por otro lado sabemos que tuvo que tener una educación superior, pues desde joven manifestó unos grandes conocimientos.
Tras ser atleta, pintor, retorico y filosofo, sin mucho éxito, comenzó a escribir tragedias, que tampoco acabaron de tener la esperada acogida, hasta tiempo después de su muerte, cuando primero los trágicos latinos, y luego, siglos después, los románticos alemanes, lo rescataron.

Es cierto que tenía una personalidad melancólica y difícil, poco amigo de las multitudes y del bullicio de la vida urbana, ya que pasaba gran parte de su tiempo en una cueva en Salamina, isla donde sus padres parecían tener unas propiedades. Era difícil verlo en público, en resumidas cuentas.

Para colmo padecía de halitosis y murió al ser atacado por los perros de un pastor.

Incluso se dice, si se hace caso a la leyenda, que su desgracia llegó más allá de la muerte, ya que junto a su tumba brotó un pozo de aguas ponzoñosas…

De ser todo esto cierto no es de extrañar la temática de sus obras, en las que, por regla general un héroe, que aparece retratado con sus flaquezas y debilidades, dominado por oscuros y secretos sentimientos que le impiden enfrentarse a su destino, es liberado gracias a los dioses, generalmente al termino de la obra. Si algo lo caracteriza es por retratar psicológicamente la perturbación de los héroes.

“Cuando la fortuna sonríe, ¿qué necesidad hay de amigos?”, Eurípides.

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