ZECHARIA SITCHIN, EL 12° PLANETA, PARTE 4: UN MONTÓN DE DIOSES, O ¿SON TODOS LOS MISMOS?



ByOskarele

El artículo anterior terminaba con estos bucólicas y evocativas palabras: “Todo lo que se ver hermoso, lo hicimos por la gracia de los dioses”. Los sumerios tenían, según nuestro amigo Sitchin, muy claro quién les “enseñó” la civilización. Claro que también estos dioses eran los mismos que los habían creado según sus antiguas historias.

Pero ¿Quiénes eran estos dioses? ¿Eran como aquellos dioses con forma y actitudes humanas del panteón griego?

No vamos a entrar a analizar la complicadísima historia de los dioses griegos, sus relaciones, amoríos y peleas. No se trata de eso. Basta decir que el panteón estaba encabezado por un tal Zeus, que en cambio, no era el primer dios, ya que antes habían estado sus abuelos Gea y Urano, padres de Crono, a su vez padre de Zeus; ni tampoco poseía el poder absoluto, pues lo tenía que compartir con sus hermanos Hades (encargado del mundo inferior, del “Hades”) y Poseidón (que reinaba en los mares).

También es preciso señalar que para los griegos existían 12 grandes dioses, algo similar, como veremos, al panteón sumerio. Esta docena eran dioses del cielo que habían bajado a la Tierra, pero también representaban los doce cuerpos celestiales de la bóveda del cielo, como confirman los nombres latinos de estos (Gea-Tierra, Hermes-Mercurio, Afrodita-Venus, Zeus-Júpiter…).

Para Sitchin el panteón griego es una especie de remake simplificado y acomodado del panteón sumerio.

Pero también se encuentra esta influencia en el hinduismo: los dioses de los que nos hablan los “Vedas” (escrituras sagradas de origen no humano, supuestamente, claro) también pertenecen a una gran familia, como los griegos, con sus abuelos, sus nietos, sus incestos y sus movidas. También tenemos una familia principal compuesta por 12 miembros, “los 12 Adityas”, cada uno relacionado con un signo del zodiaco y con un cuerpo celeste: Kash Yappa seria “la estrella brillante”, Prit Hivi “la Tierra”…


Varuna, el dios de las extensiones celestiales acapararía el poder, pero será asesinado por su hijo Indra, en un golpe de estado similar el de Zeus, aunque, igualmente, tendría que compartir el poder con dos hermanos, Vivashuat y Agni.

El parecido es claro entre los panteones griegos e hinduistas. Pero ¿A qué se debe esto?

Posiblemente, según Sitchin siempre, esto es consecuencia de las migraciones indoeuropeas, provenientes de la zona del Cáucaso, que en el segundo milenio a. C. echan a andar, tirando unos hacia el sudeste, hacia la India, otros hacia el oeste, hacia Europa, vía Grecia.

Los hindúes les llamaron “arios” (“hombres nobles”), y son los que trajeron los vedas, alrededor del 1.500 a. C.

Y parece ser que el punto en el que se dividieron fue la península de Anatolia, donde habita el primer pueblo calificado como indoeuropeo, los Hititas, de los que encontramos referencias en el antiguo testamento, siendo amigos y aliados del pueblo de Israel, pero también en muchos jeroglíficos egipcios, en los que se habla de la tierra de Hatti, un reino con el que alguna que otra vez guerrearon.

Y, como iba a ser si no, los hititas también tenían un panteón formado por 12 dioses, todos familia y relacionados cada uno también con cuerpos celestes, estando además los dioses menores asociados en docenas. Además, convivían, de vez en cuando, con los humanos, y tenían relaciones “complicadas” con ellos.

Pero lo más importante es que los hititas creían en la existencia de unos “Dioses de antaño”, con nombre como Anu, Antu, Enlil, Ninlil… nombres como veremos más adelante, de divinidades sumerias. ¿Cómo se establece el nexo de unión entre Sumer y Hatti, indoeuropea? Pues por otro pueblo de la zona, los Hurritas o Mitanni, también indoeuropeos, pero mucho más influidos por los Acadios, que tenían su origen en Sumer… ¿Me explico?


Otra pista la encontramos en los dioses de los pueblos Cananeos, de los que tenemos referencia en el Antiguo Testamento y en numerosos textos fenicios, también con un panteón muy parecido al griego, con un dios supremo “El”, creador de todo lo creado, que tiene tres hijos, Yam, Mot y Baal, el dios de la tormenta y el favorito, en lucha constante con sus hermanos. Pero ¿De dónde sacaron su religión los cananeos?

En el Antiguo Testamento se les considera parte de la familia Camita, con raíces en África, siendo pues, hermanos de los egipcios. Este hecho, según Sitchin, ha sido corroborado por estudios arqueológicos. Sea cierto o no, lo seguro es que existe también un gran parecido entre el panteón cananeo y el egipcio.


Los egipcios también creían en dioses del cielo venidos a la Tierra, con un gran dios a la cabeza, Ra, seguido por un consejo de 12 dioses, y con dos hijos, Osiris y Set, entre los que dividió su reino, aunque, no contento con la división, éste ultimo mató y descuartizó a su hermano, aunque la esposa de éste, Isis, consiguió recuperar el cuerpo y autofecundarse, dando a luz a Horus, el legitimo descendiente de Osiris…

Con todo este rollazo que os he soltao (no os digo ná del que suelta Sitchin, el mío a su lado es un cuento de niños) lo que pretendo explicar, y lo que nos pretende decir nuestro autor, es que todos los dioses de esta zona, griegos, fenicios, hindúes, egipcios, cananeos, hititas… son un testimonio, una herencia, un remake, de unos divinidades anteriores, que se han ido versionando según el lugar, pero que conservan la estructura principal.

Estos dioses primigenios son, como veremos en el artículo siguiente, los dioses sumerios. Los Anunnaki, los dioses del cielo y de la tierra…

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