ByOskarele
Cerca de la ciudad de Goseck, en la provincia alemana de Sajonia-Anhalt, en una meseta sobre el valle del Saale, se encuentran los restos del observatorio astronómico más antiguo que se conoce, de unos 7.000 años de antigüedad, claro indicio de que las gentes del neolítico europeo eran capaces de hacer mediciones astronómicas, claro está, siempre relacionadas con rituales y cultos, ya que también era un lugar sagrado y un santuario.
Según los expertos, el recinto, con una superficie aproximada de 6.000 m² y tres portones de entrada, permite hacerse una profunda y sorprendente idea del mundo religioso y espiritual de los primeros agricultores europeos. Pero también de la necesidad que tenían de calcular el tiempo para las cosechas y las siembras, siendo la observación del cielo, una vez más, una cuestión de supervivencia.
El observatorio tiene forma circular (es un típico Henge) con unos setenta metros de diámetro y está rodeado por un foso y por una empalizada de dos metros de altura. Dentro se encontraban dos estacadas de madera concéntricas. La empalizada exterior tenía tres puertas, orientadas al norte, al sudeste y al suroeste. Desde el túmulo central, en el solsticio de invierno (21 de diciembre en el hemisferio norte), se ve salir el sol por la puerta del sudeste, y ocultarse, exactamente por la puerta del suroeste. No me preguntéis para qué es la otra entrada, la norte, porque no lo sé.
No es el único observatorio de este tipo que hay en Europa. Es más, se habla de unos 200. Lo que pasa es que esta es la estructura más antigua y mejor conservada, y la que tiene una función astronómica más clara. Además, curiosamente, este es el único que tiene tres puertas, en lugar de las cuatro comunes.
En la zona se han realizado excavaciones arqueológicas, encontrándose en el interior del círculo unas cerámicas que se dataron en el 4.900 a. C. lo que permite datar el conjunto en esas fechas. En los alrededores se han encontrado restos de cabañas y una gran variedad de granos, así como pruebas claras de domesticación de cabras y cerdos, lo que nos deja claro que los antiguos habitantes de esta zona que construyeron el observatorio eran ya un pueblo asentado, con un carácter claramente neolítico, e interesado, por lo tanto, en controlar el ciclo temporal de las estaciones.
También se han hallado pruebas de que se hacían rituales en el interior: cabezas de bueyes que habían sido clavadas en postes de madera, restos humanos a los que se les retiró toda la carne antes de enterrarlos, esqueletos con señales de corte, no quedando muy claro si se hacían sacrificios o si simplemente eran enterramientos rituales.
Curiosamente, y a pesar de precede a Stonehenge en 3.000 años, los medios lo ha calificado como el “Stonehenge Alemán”: en una web germana dicen lo siguiente: “descubrimiento del Stonehenge alemán prueba que los alemanes eran por los menos tan avanzados como los británicos en la edad de piedra”. El descubrimiento se hizo en una fecha tan reciente como 1991 (aunque no se estudió hasta el 2002) año en que, tras una gran sequia en la zona, desde el cielo se percibían las señales de que debajo de la tierra había una construcción circular.
Actualmente la excavación está dirigida por François Bertemes y Peter Biehl, de la universidad alemana de Halle-Wintemberg.
Pero hay un detalle sumamente importante: ¿Recordáis lo que es el Disco de Nebra?
En este artículo hicimos un ligero comentario sobre esta extraña pieza arqueológica:
Pues bien, resulta que este disco se encontró a solo veinticinco kilómetros de Goseck, en 1999, en la montaña de Nebra que le da el nombre. Se trata de la primera obra conocida en la que se representa el cosmos, además de tener una clara utilidad para orientarse con los solsticios. En el disco se reconocen un barco, el sol, la luna, las estrellas y una serie de siete puntos que se han interpretado como las Pléyades hace 3.600 años, fecha en la que esta datado el objeto.
El astrónomo Wolfhard Schlosser, de la Universidad del Ruhr en Bochum considera que existe una estrecha relación entre Goseck y el disco de Nebra, pese a que este tiene como 3.000 años más. Argumenta, por ejemplo, que las dos puertas solsticiales (la sudeste y la suroeste) están separadas por 100 grados de arco, separación que coincide con la imagen grabada en el disco. Considera que los tres arcos del disco coinciden con las entradas del recinto.
El monumento fue reconstruido y hoy se ofrece como una instalación turística, aunque del original no queda nada, excepto el sitio.
Mas info y fuentes aquí, aquí, aquí y aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario