RITOS DE PASO Y DE INICIACIÓN. EL MATRIMONIO, PARTE 2...


Perpetrado por Oskarele

Sea como sea, lo cierto es que todo acto de matrimonio es un rito. Ya sean laicos o religiosos. Y es un rito de paso, pues el estado de los contrayentes cambia, desde la soltería al “casado”. Al igual que la iniciación, abarca rituales de separación y rituales de agregación, divididos por el acto en si del bodorrio.

Los ritos de separación, previos al matrimonio, apuntaban a mantener cierto equilibrio para compensar la pérdida de la persona que abandonaba el clan o el núcleo familiar, para pasar a formar uno propio o para integrarse en el del cónyuge, según el modelo. De este hecho viene la práctica común del “rescate”, de regalos, de prestaciones o recepciones a favor del grupo que pierde a uno de sus miembros, aunque contraiga una alianza provechosa con el grupo del que el otro cónyuge ha salido. A veces la resistencia del grupo lesionado se expresaba con rituales de rapto o de secuestro o de superación de obstáculos y barreras. Se imitaba simbólicamente la separación.

El “trastorno” provocado por la boda se mezclaba con la alegría y las promesas realizadas con la nueva unión. Se producen así ritos de agregación, generalmente durante la propia ceremonia nupcial: abrazos colectivos o selectivos, señales de alegría, derroches rituales como muestra de júbilo (se arrojan, por ejemplo, granos, simientes, confites, o el típico arroz), y, por supuesto, el convite nupcial, en el que se reúnen tanto los familiares de ambos bandos, como amigos, conocidos, autoridades… El convite funciona aquí como una especie de comunión alimentaria, en torno a un menú copioso, en una atmosfera de júbilo, salpicada con bromas, música, irreverencias, bailes, alcohol y otros excesos… en algunas sociedades estos fastos son tan ostentosos que hace recordar a la curiosa costumbre del Potlach, del que hablamos en artículos anteriores.

Y por supuesto, el acto en sí de la boda, en cualquier religión, está repleto de ritos, más que nada, porque el matrimonio se solía “firmar” ante un testigo de gran importancia, la divinidad o las divinidades de turno, que sirven como garante y como notario del acuerdo al que han llegado los contrayentes. En torno a ritual nupcial existe una gran simbología, lógicamente, sea cual sea el culto mediante el cual se realice.

Veamos varios ejemplos en las principales religiones del planeta:

Las bodas dentro del catolicismo, que entiende el matrimonio como un sacramento más, lo que lo hace de obligado cumplimiento, están repletas de un gran simbolismo, aunque no propiamente cristiano, sino que, en muchas ocasiones, es herencia de tradiciones anteriores de origen pagano. Tiene que ser impartido por un cura, atestiguado por representantes de ambas partes y celebrado en un sitio consagrado, preferiblemente una iglesia. Toda la simbología que rodea la boda tiene que ver con la esperanza de buena suerte, con la fecundidad y con la limpieza de los contrayentes: el velo (símbolo de pureza y de juventud), el color blanco del traje de la novia (aunque en su origen el color blanco era un símbolo de poder económico y de status social, ya que el poder obtener un vestido blanco con las características típicas del vestido de novia, es decir, mucha tela, calidad, adornos y demases, valía mucho y por ende no era fácil de conseguir), el ramo (las flores representan emociones y mérito; conllevan un mensaje de fertilidad, florecimiento y generosidad), la marcha nupcial (creada por Felix Mendelssohn, forma parte de El sueño de una noche de verano, escrita en 1826 a partir de la obra homónima de William Shakespeare), el intercambio de anillos (símbolo del pacto que están firmando de por vida), las arras (símbolo de que lo de uno es del otro)…

Curiosamente, en las sociedades cristianas occidentales, cada vez mas laicas, el matrimonio civil ha heredado casi todos estos ritos y símbolos, lo que demuestra, por un lado, que ninguno de ellos tiene que ver exactamente con la religión, y por otro lado, que el ritual permanece, aunque el juramento en vez de hacerse ante una autoridad metafísica y trascendente, se hace ante una autoridad terrena.

Otras religiones y pueblos plantean otros tipos de ritos nupciales: muy curioso es el caso de las bodas gitanas, pueblo que tiene unas fuertes y arraigadas creencias cristianas  y que da especial importancia a este acto, siendo un autentico acto comunitario, con cientos de invitados (las líneas de parentesco de este pueblo son amplísimas) y varios días de duración. En el ritual gitano destacan dos ritos: uno es el de la ceremonia del pañuelo, mediante el cual se pretende demostrar la virginidad de la novia, introduciendo un pañuelo en la vagina de la contrayente. Si sangraba la novia era virgen y se podía casar, si no, no lo era, y no podía casarse. El otro es el rasgado de la camisa de todos los hombres, incluido el novio, como respuesta a la confirmada virginidad de la muchacha.

La boda musulmana debe ser llevada a cabo en una Mezquita, ante el responsable religioso de la misma o "Imán". Curiosamente no está mal visto que los varones se casen con cristianas o judías, ya que representan a pueblos que tienen un libro revelado, pero las mujeres, en cambio, deben casarse con musulmanes, para mantener sus tradiciones… además, los varones pueden tener más de una esposa, y sigue bien presente la dote, pues, según el Corán hay que dotar a la esposa con algo material, como seguridad, ya que si mañana ella se tiene que separar de su esposo, cuenta con algo para vivir. La celebración en las bodas musulmanas también dura varios días.

Entre los judíos, como pasa también entre cristianos y musulmanes, el rito del pedido de mano es una parte importante de la ceremonia. La ceremonia en si, celebrada siempre dentro de una sinagoga y dirigida por un rabino, tiene varios puntos destacados: redacción de condiciones para el matrimonio, bendición del vino, verificación de los anillos, recitado del “Hare at Mekudesht”, lectura del “Ketubá” (contrato de bodas) y las 7 bendiciones del matrimonio. Para finalizar se rompe un vaso de cristal como simbología de alegrías y tristezas. Este instante de pena por la destrucción del vaso, está destinado a evocar, que aún en medio de los momentos felices y de la alegría del casamiento, tenemos el recuerdo de la destrucción del Templo de Jerusalén hace casi dos mil años.

Entre los hinduistas, toda la ceremonia gira en torno al "Brahman", la gran autoridad religiosa y está llena de símbolos y prácticas que tienen por propósito enseñar a la pareja lecciones para su futura vida en común. Los tres rituales básicos de esta ceremonia son: el ritual "homa" de ofrenda al fuego; el "panigrahena", que indica el vínculo de unión de los novios; el ritual "satapadi", que consiste en la consecución de siete vueltas que deben dar los novios alrededor del fuego sagrado. Al completar estas siete vueltas, se acostumbra al canto de mantras y leer algunos textos sagrados, para invocar las bendiciones a la unión de la pareja. Al encontrarse los novios, se intercambian una corona de flores, se leen unos pasajes sagrados, y generalmente, se intercambian una serie de amuletos.

Mas info y fuentes por aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Matrimonio, aquí: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?LEMA=matrimonio, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Boda, aquí: http://blogrelaciones.com/los-rituales-de-boda-en-otras-culturas/, aquí: http://www.protocolo.org/social/bodas/.

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