¿POR QUÉ NO CREO EN DIOS? ¿POR QUÉ ME GUSTARÍA CREER?


Perpetrado por Oskarele

Analicemos el título de esta reflexión. La clave está en el verbo. “Creo”… puede parecer estúpido, pero tal y como se han desarrollado últimamente los debates en esta página en torno a estas divinas cuestiones, creo que es necesario exponer mi postura, como administrador de esta página, ya que yo mismo he sido cuestionado por proponer estos temas de debate de forma tendenciosa. Y seguramente tienen razón, pero el objetivo no es que ustedes discutan, sino que dialoguen, conversen, expresen sus ideas en libertad, con la mínima condición del respeto mutuo, que ayer, por ejemplo, no se dio en varias ocasiones con el tema del Papa Beato Juan Pablo II. Así que vamos al lio.

Yo no creo en Dios.

Yo soy Oskarele; “no” es un adverbio, que aplicado al verbo, “Creer”, en su primera persona del presente singular, “creo”, deja clara la expresión. Yo no creo en Dios. Así, la clave está en el verbo.

¿Qué significa “creer”?

En su primera acepción el diccionario de la RAE expone lo siguiente: “Tener por cierto algo que el entendimiento no alcanza o que no está comprobado o demostrado”.
Hay una diferencia fundamental entre creer y saber.

¿Qué significa “saber”?

El diccionario del RAE dice que saber es “Conocer algo, o tener noticia o conocimiento de ello”.

Así, hay que dejar clara la diferencia entre las frases “yo no creo en Dios” y “yo sé que no existe Dios”. 

Jamás osaría decir la segunda frase.

¿Por qué?

Porque no tengo pruebas, porque me faltan datos. No sé si Dios existe o no. Pero, con los datos que tengo, pasados  por el filtro de mis ideas, razonamientos y creencias, afirmo rotundamente que no creo en Dios.

Como siempre digo en referencia a este tema, se trata de una cuestión de creencias. Y cuando hablamos de creencias, todas son igual de respetables y de validas, pues todas se basan en creer algo sin pruebas. Se trata de “tener por cierto algo que el entendimiento no alcanza o que no está comprobado o demostrado”.

Yo no digo que Dios no exista.

Digo, con la boca llena, que creo que no existe.

Pues bien, esto, parece ser, que no lo puedo decir sin levantar polémicas y susceptibilidades. Sin que haya gente que se sienta ofendida por mi creencia. Como si fuese asunto suyo lo que yo crea o deje de creer.

Y es curioso, porque para la religión en la que he sido educado, la fe, la creencia en algo indemostrable, como es Dios, es algo valiosísimo. El libro sagrado de esta religión, que, por otro lado, tanto me interesa, dice, por ejemplo esto: “"la Fe es la certeza de lo que se espera y la evidencia de lo que no se ve" (Heb 11:1). Juan Pablo II, nombrado beato ayer, dijo “"Sin fe no hay teología."

Entonces ¿Por qué no es válida mi fe en que dios no existe? ¿Por qué no puedo yo tener fe en lo que quiera o en lo que pueda? Quizá sea por lo que dijo Lao Tse: “Se otorga poca fe a los que tienen poca fe”

Así que exijo y reclamo mi derecho, orgullosamente, a no creer en Dios sin ser insultado o tachado de rojo, masón, inmoral o imbécil... o lo que es peor, que me tachen de no espiritual o sociópata, como alguna vez ha pasado.

Y por el mismo motivo reclamo el máximo respeto para los que crean en Dios, ya que al fin y al cabo, ambos creemos en ideas sin pruebas. 

Todos tenemos derecho a tener fe en lo que creamos.

Repito. Todos.

Pero ahora retomó la pregunta inicial: ¿Por qué no creo en Dios?

Estos son mis argumentos al respecto. Los míos. Y no pretendo convencer a nadie, ni voy de iluminado ni de visionario por la vida. Simplemente creo que tengo derecho a creer en lo que quiera y, por supuesto, a exponer mis ideas públicamente en esta página, que al fin y al cabo, fue creada por mí. Así que hay van mis argumentos:

No creo en Dios porque no creo en la vida después de la muerte (si no hay transcendencia, ¿De qué me vale creer en Dios?)

No creo en Dios porque no creo que sea el creador de todo lo que es.

No creo en Dios porque existen tantas versiones de “Dios” que quedarse con una se convierte simplemente en “me quedo con ésta porque me parece más posible” o “por que me gusta más”, cuando los argumentos vienen a ser los mismos para creer en Dios que en la Tetera Mágica de Russell.

No creo en Dios porque en su nombre (ya sea Yahveh, Alá o el que sea), se han matado miles, millones de personas. Si Dios existiese no debería consentir esto.

No creo en Dios porque a lo largo de los siglos su figura ha ido unida a la fundamentación de la moral y la ética. Y no creo que las normas de comportamiento de las sociedades tengan que estar reguladas por una supuesta trascendencia a una vida post-mortem. Crea que la moral solamente se puede basar en una idea: el respeto mutuo. La humanidad como fin y como principio. No una moral basada en evitar el infierno.

No creo en Dios porque prefiero no creer en él. Si Dios existe sin duda es malvado y cruel, permitiendo que su creación más preciada muera. ¿Por qué no nos hizo inmortales? No puedo creer que Dios sea así de malo. Así que no creo en él.

No creo en Dios porque como creador ha demostrado ser un incompetente (¿Por qué enfermedades, deformaciones, catástrofes naturales?). Y como administrador del mundo también deja mucho que desear (¿Por qué guerras, asesinatos, genocidios…?)

No creo en Dios porque gran parte de sus representantes en la Tierra (véase, por ejemplo, la Iglesia de Roma durante determinados siglos, los que llaman a la guerra santa desde los minaretes o los que asesinan palestinos en nombre de una tierra prometida) dejan y han dejado mucho que desear. Y se han convertido en genocidas y asesinos (como, todo sea dicho, muchos ateos también han hecho, por ejemplo, en nombre del dios Marx)

No creo en Dios porque jamás me ha echado un cable (egoístamente hablando) ni me ha dado la más mínima prueba de que existe. Y os puedo asegurar que llevo toda la vida buscando pruebas, buscando a Dios… pero no lo he encontrado.

Ya me gustaría a mí creer en Dios… pero es que no lo consigo.

Ya me gustaría creer que la explicación última del misterio de la existencia y del universo se encuentra en Dios.

Ya me gustaría creer que los malos, los realmente malos, los que cometen todos los días crímenes contra sus hermanos humanos, arderán en el infierno por los siglos de los siglos.

Ya me gustaría creer que por penosa y miserable que sea nuestra vida, si somos buenos, vamos a ser “bienaventurados” en la otra vida.

Ya me gustaría creer que poner la otra mejilla va a parar al que nos explota y oprime.

Y por ultimo me gustaría que entendiesen que mi postura no es antirreligiosa ni “anti-dios”, no tengo nada en contra de la gente que cree y practica coherentemente una religión o una espiritualidad mística.

No tengo nada en contra de Dios.

Pero no creo en él.

Y me gustaría.

9 comentarios:

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  2. yo digo:
    Los que dicen que no creen creen que los que creen creen, por eso ellos dicen que no creen.

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  3. http://antropomorfo.tumblr.com/

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  4. Yo creo en una bipolaridad. Me ha hecho gracia, por así decirlo, el apartado en el que has aludido a que Dios es un incompetente xD
    Yo digo que de eso se encarga la energía negativa. Igual que puede existir un Dios que, suponemos, es bueno; también puede existir el que se encargue del supuesto infierno y es quien provoca las catástrofes y enfermedades, llámese el Diablo.
    Pero como he dicho antes, todo es pura energía. Para mí, la denominación 'Dios' no es acertada, simplemente debería llamarse 'el bien'. Y esto no pienso que debiera ser subjetivo, ya que la conducta ética o moral no debería ir nunca unida a una religión, sino a muchas y diversas conciencias tranquilas.

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  5. Como todo en este mundo.
    Pero es relativo desde un punto de vista subjetivo, de ahí las muchas y diversas conciencias tranquilas, para que sea lo más objetivo posible dentro de todas las subjetividades existentes.

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  6. Te apoyo. Vamos, los últimos años he sido creyente (aunque cada vez albergo más dudas) pero no me impide entenderte muy bien lo que has expuesto. Y si algún día termino siendo agnóstico o ateo, también me gustaría que me respetasen. Te apoyo, y espero que te muestren respeto.

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