PARTE 51. UNA CLAVE EN NUESTRA HISTORIA: LOS DOSSIERS SECRETS. PARTE 2. EL ENIGMA DE RAZÈS.


Perpetrado por Oskarele

Pasa un año y medio, y en agosto de 1965 se realiza la entrega a la Biblioteca Nacional de Paris de la segunda entrega de los Dossiers Secrets. Volvía a tener un nombre perturbador: “Les descendants mérovingiens ou l’enigme du Razès” (Los descendientes de los merovingios o el enigma de Razès). Y de nuevo se inventan un autor, en este caso autora, un tal Madeleine Blancasall. Se trata de un complemento a la anterior entrega firmada por Henri Lobineau, al que cita en varias ocasiones (a pesar de ser un nombre ficticio), pues lo considera una autoridad.

Antes de nada comencemos con el nombre, sumamente interesante, Madelaine Blancasall. Lo primero, “Madelaine” es la versión francesa de Magdalena, nombre mu común en el país galo, más que nada por las diferentes leyendas sobre la Señora que existen la zona. El apellido surge de la unión de dos ríos de la zona, el Blanques y el Sals, que se unen un poquito más al sur de Rennes Les Bains, pueblo al que se hace otra referencia: el nombre del traductor, Walter Celse-Nazaire, se forma por el nombre de las dos iglesias de RLB: Saint Nazaire y Saint Celse.

En la intro hay una extraña referencia (diciendo que está dirigido) a la “Association Suisse Alpine”, supuesto órgano de la Gran Logia Alpina de Suiza.

Básicamente, este texto cuenta lo siguiente: la familia Hautpoul de RLC sabía que los merovingios habían sobrevivido y, además, eran los encargados de mantener el secreto y el linaje. A esta familia pertenecía aquella señora de la extraña tumba (de la que hablamos en artículos anteriores), Marie de Nègre d’Ablés, señora de Hautpoul y de Blanchefort. Pues bien, el texto cuenta que esta señora, cuando iba a palmar, le contó la movida a su confesor, el cura del pueblo, Antoine Bigou. Le llevó hasta un lugar oculto en los restos de la antigua iglesia de San Pedro, donde le enseñó unos tubos de madera sellados con cera, con cuatro pergaminos escondidos y encriptados, aunque los pudo descifrar gracias a otro documento que tenia la clave del código.

Esto sucede en los tiempos de la revolución, y ante la persecución que sufren los religiosos (y mas sin monárquicos), Bigou se da cuenta de que el secreto solo podía transmitirse de una forma velada, por eso hizo las enigmáticas inscripciones de la lapida de la Señora de Blanchefort , además de esconder los pergaminos bajo el pilar visigótico del altar de la iglesia de la Magdalena.

Sigue narrando como Bérenger Saunière llega a RLC un siglo después, y como, en 1891, dos miembros del Priorato de Sión le visitan y le informan de que en algún sitio de la parroquia estaba oculto un secreto sobre un tesoro legendario. No explica porque lo sabe el P.S., pero sí que Saunière usó la excusa de reformar la iglesia para buscarlo, así, un poco después, encontró los dichosos pergaminos, que llevó a su obispo, Mr. Billard de Carcasona, quien le organizó una cita con Emile Hoffet, futuro abad de Saint Sulpice, en Paris, del que dice lo siguiente:

“Fue él quien hizo posible que el abad Saunière descubriera el secreto de RLC. También fue él, 50 años después, al visitar Gisors, quien proporcionó al guarda Roger Lhomoy la información sobre los famosos 30 cofres de la capilla de Santa Catalina. Por aquel entonces era un hombre despierto, a pesar de sus 80 años, y había dedicado toda su vida a establecer el linaje legitimo de Dagoberto II el Santo, es decir, un linaje merovingio que llega hasta nuestros días”

Supuestamente, fue este cura el que tradujo los supuestos pergaminos. Y fue él el que le dijo a Saunière que fuese al Louvre a contemplar las obras de Poussin y Teniers, pues en el mensaje decodificado decía aquello de “Poussin y Teniers” tienen la clave. Además ofrece la traducción que desde entonces se ha dado por válida en cientos de libros… en la mayoría de los casos sin el más mínimo sentido crítico. Cuenta también como, nada más llegar de Paris, Saunière borró la inscripción de la lapida de la Señora de Blanchefort (de la que se incluyen dibujos) con la ayuda de su fiel Marie.

Este texto ofrece además una supuesta explicación para otro de los misterios de RLC, la extraña decoración de la iglesia: plantea que Saunière obedeció ordenes del P. S. y utilizó la decoración para ocultar cualquier pista más que hubiese dejado Bigou. Además aparece un elemento nuevo: la famosa Losa de los Caballeros, que, según el texto, tapaba la tumba de Sigeberto IV y sus dos sucesores, Sigeberto V y Bera III. Además dice que la piedra conmemora el viaje de un chiquitin Sigeberto a RLC en 681 (la fecha que aparece en los pergaminos).

Pero esta es una de las afirmaciones más intrigantes del texto:

“A finales de 1916 el párroco de Rennes tomó una importante decisión: predicaría una “religión nueva” y “emprendería una cruzada en el departamento”. Hizo caso omiso del representante del Priorato que vino a visitarlo. Dijo que no recibiría ordenes más que de Juan XXIII, el ultimo descendiente de los merovingios. Comenzó a reunir ocho millones de francos de oro en pagarés. El pánico se apoderó del obispado de Carcasona y la situación molestaba a  los prelados del Vaticano. El P.S. se tomó el asunto con frialdad, mientras que los círculos políticos interpretaron esta desagradable maniobra como una declaración de guerra”.

¿Juan XXIII?

Pues sí, este era Jean Plantard, el primo del padre de Pierre Plantard. Hay que mencionar que en este texto se muestran además otras tablas genealógicas nuevas en las que se estable el linaje desde Dagoberto I hasta un tal Pierre V, el padre de Pierre Plantard.

Todo parece coherente desde su lógica interna. Pero hay unos cuantos fallos que echan por tierra la historia: pa empezar, Saunière no encontró nada en 1891, sino antes, en 1887, y no fue bajo el pilar de piedra sino bajo una balaustrada de madera. Tampoco borró la lapida de Blanchefort en 1891, sino como mínimo catorce años después. Por otro lado Hoffet, que supuestamente decodificó los pergaminos, ni era sacerdote en la iglesia que se menciona, ni vivía en la dirección que se afirma… además tenía 15 años…

El caso es que el Hoffet está paralelamente relacionado con todo esto, lo que da que pensar: estudio en el seminario de Notre-Dame de Sión (cercano a la localidad de Annamase, donde se registró el Priorato en 1956). Estuvo relacionado con los círculos esotéricos y ocultista de París y fue buen amigo de Debussy (citado como Gran Maestre en los Dossiers Secrets). Era un señor sumamente culto, letrado e inteligente, aficionado a la criptografía y al espiritismo. Y estuvo relacionado con Georges Monti, el fundador de la Orden Alfa Galatas, junto a Plantard.

Pero ninguno de estos vínculos, en cambio, aparecen en el documento, a pesar del empeño en asociar a Hoffet en la historia, a pesar de que solo tenía 14 o 15 años cuando Saunière hizo el hallazgo, en 1887… por eso se retrasó la fecha del descubrimiento a 1891, para que Hoffet tuviese ya, al menos, 18 años…

AQUI TENEIS EL DOSSIER COMPLETO (PINCHAD PARA AMPLIAR)
















No hay comentarios:

Publicar un comentario