SER O NO SER.
(β)
Seamos pues, nos cueste lo que nos cueste. Lo fácil y exitoso es parecerse al modelo estándar establecido por la moda o la costumbre, pero todo lo realmente valioso e importante en esta vida cuesta lo indecible, y se obtiene a base de esfuerzo y sacrificios. Se dice que el ser humano se compone del que cree ser, del que los demás creen que es y del que es realmente.
No resulta sencillo conocerse a si mismo ni conocer a los demás, pero aunque sea difícil, conviene y es enriquecedor tratar de hallar el trigo bajo tanta paja. Tenemos por costumbre disimular los aspectos de nuestra personalidad que nos parecen menos atractivos, y añadirle postizos que, en la mayoría de los casos, no nos aportan nada bueno y sólo sirven para confundirnos y enmascararnos aún más. Aquello de que el mundo es un carnaval, es debido a esto, al inconformismo que, en vez de llevarnos a mejorar, nos induce a disfrazarnos a diario.
Con los años se aprende que algunos defectos embellecen y definen más que la mayoría de las virtudes impuestas y practicadas sin entusiasmo. Y en cualquier caso, lo que cuenta y nos hace únicos es el conjunto de lo bueno y lo malo.
Somos modelables, y es preferible que nos modelemos a nosotros mismos siguiendo nuestro propio criterio, en vez de que lo hagan a su capricho las circunstancias o lo demás. El resultado debería exhibirse sin pudores ni complejos, pero desgraciadamente nos cuesta mostrarlo por temor a no ser aceptados.
De todo esto, lo más molesto es la hipocresía, la gente con dos caras a la que nunca acabas de conocer y en la que no puedes ni debes confiar.
Buenas noches, y antes de adentrarse en los sueños, siéntanse moderadamente orgullosos de cómo son, para variar...
Tomás Delgado Arbelo.
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