REESCRITO PARA NUEVOS PUBLICOS

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Si no puedes educar al lector, simplifícale la vida. Es lo que parece haber pensado Umberto Eco, que, para hacer el libro más accesible a los nuevos lectores, decidió reescribir partes de él.

“El autor advirtió la necesidad de volver a El nombre de la rosa para agilizar algunos trozos y refrescar el lenguaje”, dice diplomáticamente un escueto comunicado la editorial Bompiani, que publicó originalmente la novela.

Eco dio una versión un tanto más descarnada: “Odio El nombre de la rosa ”, dijo durante su clase magistral en el Salón del Libro de Turín. “Escribí seis novelas, ésta es la primera y, como es normal, la peor. Además ocurre con ella algo muy molesto: cada vez que saco una nueva, suben las ventas de aquella primera”. Fue hace dos meses frente a centenares de aspirantes a escritores y estudiantes que lo escuchaban embelesados.


Otros especulan que en realidad el semiótico, ensayista, columnista y prolífico escritor italiano nunca escondió su relación conflictiva con el noir medieval que en 1980 lo llevó a la fama mundial.

Quizás por eso quiso volver allí, reinventarlo, escribirlo otra vez lijando algunos pasajes y simplificando el léxico, sólido y perfecto como las bóvedas de la abadía benedictina donde deambulan sus protagonistas, pero oscuro y denso como el misterio que investigan.

Eco, catedrático de la Universidad de Bolonia, pretende acercarse a las nuevas tecnologías y generaciones. El objetivo es que, quienes sólo conocen la obra por trozos, porque la consultaron por Internet, asustados por su dificultad idiomática o por lo denso de algunos pasajes, puedan leerla también.

Los lectores noveles van a encontrarse con los dos monjes de siempre: el franciscano Guillermo de Baskerville, una especie de Sherlock Holmes del siglo XIV, y su pupilo, el perspicaz Adso. Los dos investigan unos asesinatos acontecidos en un monasterio benedictino, todos ellos relacionados con un libro prohibido. La nueva versión será más liviana, al menos en la forma, para adaptarse a una realidad que consume rápido y a vuelo raso.
En fin...

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