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Muchas veces lo hemos visto en las caricaturas televisivas de Looney Tunes perteneciente al estudio Warner Bros de Estados Unidos, mostrándolo como una criatura salvaje, hambrienta, voraz y destructiva, además de poseer mal carácter.
Sin embargo, fuera de lo que es la ficción y la fantasía, el Demonio de Tasmania, por si no lo sabías, es un animal que si existe y pertenece a la familia de los marsupiales. Vale la pena mencionar que su volumen es similar al de un perro casero, no obstante se muestra como una fiera ante todo espectador, así que debemos ser cautelosos al acercarnos.
El animal está catalogado como la criatura más carnívora del reino animal, su alimentación consiste en comer conejos, patos, ciervos, serpientes y toda clase de mamíferos sin importarle su velocidad, fuerza, y defensa. Además come carroña de todo tipo ya sea de aves u otras especies animales y silvestres.
Este animal feroz habita en la gran isla Tasmania (por ello lleva su nombre) que pertenece a la nación de Australia.
Actualmente la raza se encuentra lamentablemente en peligro de extinción debido a que hace seis siglos, los antiguos conquistadores del continente europeo se encargaron de exterminar parte de la especie debido a que estos demonios arrasaban con las aves que ellos criaban para su alimentación.
Pero hay otra causa: el tumor facial de los demonios, que es una enfermedad que ha reducido significativamente la población, estimándose una reducción de entre 20% y 50%.
Afecta a las poblaciones de gran densidad, en donde se ha presentado hasta 100% de mortalidad en el curso de 12 a 18 meses. La enfermedad se ha concentrado sobre todo en la parte este de la isla, aunque, a principios de 2005, se detectaron tres casos en el sur.

Los primeros síntomas de la enfermedad son lesiones y protuberancias alrededor del hocico que degeneran en tumores cancerígenos, esparciéndose por la cara y el resto del cuerpo. Los tumores entorpecen la alimentación de los demonios, al punto que éstos mueren por inanición.
Utilizando cultivos de los tejidos cancerosos, los investigadores han identificado el cáncer como neuroendocrino, con idénticos desórdenes cromosómicos. Inicialmente se pensó que la causa del mal era un virus, pero no se ha encontrado evidencia de virus en las células cancerígenas. Se piensa que las mismas células podrían ser el agente infeccioso, produciéndose la contaminación durante los contactos por peleas entre estos animales. Las células tienen cariotipo similar a las células del tumor canino venéreo transmisible, que es un cáncer que se transmite entre los perros por contacto físico.
Se han establecido dos poblaciones de demonios libres de la enfermedad fuera de la isla con el fin de preservar la especie. También las poblaciones en los zoológicos se preservan libres de la enfermedad. En mayo de 2005, se recomendó incluir al demonio de Tasmania en la lista de especies en peligro 'intermedio' de extinción. La reducción del número de diablos también es considerada un problema ecológico, dado que se cree que su presencia en el ecosistema de la selva de Tasmania ha impedido el establecimiento del Zorro rojo, introducido en Tasmania ilegalmente en 2001. El zorro es una especie invasiva que produce muchos problemas en el continente australiano, y su establecimiento en Tasmania hace peligrar la recuperación de las poblaciones de demonios.
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