(β)
Dícese de las conversaciones o discusiones inútiles, sobre temas irrelevantes o muy sutiles y/o especulativos. Por ejemplo debatir argumentando con cuestiones de fe. Hace referencia este dicho a los concilios y reuniones eclesiásticas de la primitiva Iglesia ortodoxa griega, que solían celebrarse en Bizancio, de ahí el apelativo. De todas aquellas controversias ha pasado a la historia la que trató sobre el sexo de los ángeles, aunque hubo planteadas cuestiones más peregrinas aún, como si sabía reír Jesucristo, entre otras cuestiones parecidas. Esta pasión por los discursos enrevesados e intrascendentes dio lugar, incluso, a un género literario, la “novela bizantina”, de igual guisa, de las que podemos recordar las de cierto autor, Heliodoro, que escribió en el siglo III dos novelas que agradecezco a mi profesora de literatura no haberlas incluído en su planificación del curso: “Teágina” y “Cariclea”.
Fuente: http://definicienciapopular.blogspot.com
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