ZECHARIA SITCHIN, EL 12° PLANETA, PARTE 21. ENUMA ELISH PARTE 7. LOS SUMERIOS CONOCIAN SU ORBITA EXCENTRICA


ByOskarele

El signo pictográfico del Duodécimo Planeta, NIBIRU, el “Planeta del Cruce”, era una cruz. Este signo cuneiforme,, que también significa “Anu” y “divino”, evolucionó en las lenguas semitas hasta la letra tav, que significaba “la señal”, posiblemente debido a que todos estos pueblos consideraban la aproximación de este planeta como una señal de transtornos y de nuevas eras, aunque era un acontecimiento anticipado, periódico y, por lo tanto, predecible. Incluso, los sacerdotes-astronomos, intentaban adivinar su recorrido y su llegada:

“Si, desde la posición de Júpiter, el Planeta pasa hacia el oeste, habrá un tiempo para morar en la seguridad.
La amable paz descenderá sobre la tierra. Si, desde la posición de Júpiter, el Planeta aumenta en brillo y en el Zodiaco de Cáncer se convierte en Nibiru, Acad se desbordará de plenitud, el rey de Acad crecerá poderoso.
Si Nibiru culmina... las tierras habitarán con seguridad,los reyes hostiles estarán en paz,los dioses recibirán las oraciones y atenderán las súplicas.”

Aunque también preveían y esperaban que la aproximación tuviera como consecuencia fuertes lluvias e inundaciones, por los fuertes efectos gravitatorios:

“Cuando el Planeta del Trono del Cielo crezca en brillo, habrá inundaciones y lluvias... Cuando Nibiru alcance su perigeo, los dioses darán paz; se resolverán los problemas, las complicaciones se aclararán. Lluvias e inundaciones vendrán.”

Esto nos lleva a pensar en un paralelismo entre estas tradiciones de la llegada de NIBIRU, el planeta celestial, con “El día del señor” de los textos hebreos y las profecías bíblicas de paz y justicia que se establecerían sobre la Tierra después de ese día, como dijo, por ejemplo, el bueno de Isaias:

 “Y sucederá en el Fin de los Días:...el Señor juzgará entre las naciones y reprobará a muchos pueblos. Ellos convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en podaderas; no levantará espada nación contra nación.”, aunque ese día del Señor, aparte, también traerá catástrofes: “Como el ruido de una multitud en las montañas, un ruido tumultuoso como el de una gran cantidad de gente, de reinos, de naciones, agrupadas; es el Señor de los Ejércitos, comandando una Hueste en la batalla. De tierras lejanas vienen, desde el confín del Cielo el Señor y sus Armas de la ira vienen a destruir toda la Tierra... Por eso haré temblar el Cielo y se moverá la Tierra de su lugar cuando cruce el Señor de los Ejércitos, el día de su ardiente cólera.”

Anunciando, “¡Mirad, el Día del Señor se acerca!”, el profeta Zacarías avisó a las gentes que, en un solo día, se detendría el giro de la Tierra alrededor de su eje: “Y sucederá en aquel Día que no habrá luz, sino frío y hielo. Y habrá un día, conocido sólo del Señor, que no habrá día ni noche, cuando en la tarde habrá luz.”

Los textos mesopotámicos ensalzaban el fulgor del planeta, y sugerían que se podía ver incluso de día: «visible al amanecer, desapareciendo de la vista con el ocaso». En un sello cilíndrico encontrado en Nippur, se representa a un grupo de labradores mirando sobrecogidos al Duodécimo Planeta (simbolizado por la cruz), visible en los cielos.

Los pueblos del Oriente Próximo no solo esperaban la llegada periodica de NIBIRU, sino que, además, seguían su avance: algunos pasajes bíblicos, como los de Isaias, Amos o Job, relatan el movimiento del Señor Celestial a través de las constelaciones:  “Solo, se extiende por los cielos y se remonta a las alturas de lo Profundo; llega a la Osa Mayor, a Orion y Sirio, y a las constelaciones del sur». O bien, «Su rostro sonríe sobre Tauro y Aries; de Tauro a Sagitario irá”. El profeta Habacuc afirmó, de forma muy explícita: “El Señor vendrá del sur... su gloria llenará la Tierra... y Venus será como luz, sus rayos, del Señor dados”

O este texto mesopotámico, que trata el tema de una forma bastante clara: “El Planeta del dios MARDUK: En su aparición: Mercurio. Ascendiendo treinta grados del arco celeste: Júpiter. Cuando se sitúe en el lugar de la batalla celeste: Nibiru.”. Estos serian los tres puntos clave en los que se puede observer y seguir desde la Tierra.

Si los antiguos pueblos del creciente fértil podían anticipar y preveer la llegada del “Día del Señor”, entendido este, siempre según Sitchin, como la llegada de NIBIRU, el planeta de los dioses, que creó en una colision la Tierra y la Luna, era porque se basaban en las visiones y estudios reales de las gentes de la zona, que habrían visto el periódico regreso del planeta, lo que hace confirmar que tenia una orbita en torno al Sol, pero de una forma tal que durante mucho tiempo esta oculto.

Esto lleva a pensar en la posibilidad de que tenga una orbita excéntrica, como muchos cometas (por ejemplo El cometa Kohoutek, descubierto en Marzo de 1973, llegó hasta los 120.000.000 kilómetros de la Tierra en Enero de 1974, y desapareció por detrás del Sol poco después. Los astrónomos calculan que volverá a aparecer en algún momento entre los 7.500 y los 10.000 años en el futuro, mas info aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Cometa_Kohoutek).

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