ADRENALINA, ¿Adicción?

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¿Qué lleva a algunas personas a elegir el riesgo como profesión? ¿Qué hay de aquellos reposados ejecutivos, amas de casa u oficinistas que en lugar de clavar la sombrilla y sentarse a leer en la playa necesitan pasar sus vacaciones domando olas gigantes, saltando al vacío con un paracaídas o bajando por una pendiente nevada a toda velocidad?

La búsqueda de descarga o liberación de adrenalina es para muchas personas una especie de adicción o necesidad acuciante que va, cada vez más, en aumento.
La adrenalina es una hormona secretada por las glándulas adrenales (las suprarrenales) ante una situación de peligro. Hace que reaccionemos instantáneamente a esa situación de emergencia.

¿Por qué necesitamos adrenalina? Esta sustancia, liberada por la glándula suprarrenal en respuesta al peligro, es fundamental para la supervivencia.
Entre sus múltiples efectos fisiológicos, estimula el corazón para que aumente la frecuencia de sus latidos, favorece la liberación de glucosa, produce la dilatación de las pupilas para mejorar la visión, disminuye el tiempo de coagulación de la sangre y provoca piloerección (piel de gallina). En segundos, el organismo está preparado para luchar o huir.

Además, estimula la liberación de dopamina en el sistema nervioso central, una sustancia que provoca sensación de bienestar anímico. A este aspecto biológico debemos añadirle el componente psicológico, donde la sensación de bienestar es provista por la acción de la descarga muscular, las vivencias de alivio, triunfo y engrandecimiento del yo tras superar el peligro.
Así, lo riesgoso puede transformarse en algo buscado para eliminar otras vivencias desagradables, y puede potencialmente resultar adictivo.
Si tomamos el término en su forma más genérica, como la búsqueda y el consumo compulsivo de hábitos dañinos pero gratificantes, se puede hablar de una adicción a la adrenalina, reforzada por la liberación de dopamina.

Pero, ¿dónde está el límite? La portada de la edición on line del periódico británico Daily Mail del 14 de enero último estremece. Muestra el video de un adolescente que filmó él mismo con su celular mientras un tren le pasaba por encima.

¿Qué buscan los que arriesgan su vida al límite? En general son personas que han pasado por situaciones de riesgo emocional extremo en su temprana infancia, antes de la adquisición del lenguaje.
Sienten un algo innombrable en su interior que los acerca a la muerte psíquica. Las situaciones de riesgo permanente a las que se someten son un intento de externalizar esa sensación interior que no pueden verbalizar. No es que no sientan miedo. Sino que tener miedo ante una situación determinada siempre es más tranquilizador que el miedo interno sin nombre.
Utilizan el riesgo y el temor para autocalmarse, por extraño que parezca.
Ocurre que la adicción al riesgo, como tantas otras, está socialmente aceptada. Es frecuente en deportistas y profesionales exitosos que se muestran muy seguros de sus logros pero que en realidad son inseguros y tienen vínculos de muy pobre calidad afectiva.
El psicoanálisis habla de una “erotización” del peligro. “Se produce un efecto de borde donde aquello que normalmente provocaría displacer (el temor) termina generando un plus de placer erótico, análogamente a lo que ocurre con el dolor en el masoquista.
Su trasfondo inconsciente incluye una gran carga tanática (deseo de muerte) y la búsqueda de límites.
El sujeto se ubica en una posición omnipotente, maníaca. Se siente dueño, amo y vencedor sobre la muerte, con la que confronta una y otra vez.

Paradójicamente, detrás de esta aparente búsqueda de placer y aventura a través de la autosuperación suelen esconderse estados de angustia extrema, duelos no elaborados, y una sensación de vacío insostenible.

Sin embargo, una de las explicaciones más frecuentes es que la liberación de adrenalina produce un estado (momentáneo) de euforia, de máxima energía y de capacidad de acción. Después la persona siente una agradable sensación de relax gracias a la liberación de endorfinas.
La vida sedentaria de las ciudades y el estrés cotidiano hacen que la liberación de adrenalina (muy continua) sea de baja intensidad y necesiten estímulos cada vez más fuertes para sentirse "vivos".

Enfermedades o síntomas por exceso de liberación de adrenalina

La liberación de adrenalina hemos visto que estimula al máximo el sistema cardiovascular. Cuando hay una emoción muy fuerte, la liberación de adrenalina, es la responsable de que suba la presión arterial y del aumento de los latidos del corazón. De aquí se concluye que la gente demasiado emotiva o sometida a emociones muy fuertes (especialmente las negativas ya que son más estresantes) sea más proclive a sufrir accidentes cardiovasculares.

Aumenta la obesidad ya que favorece que (junto al cortisol) se deposite más grasa y azúcares en el abdomen para que los músculos la utilicen como combustible. Esto acabará provocando más problemas cardiovasculares.

Con el tiempo, el exceso de liberación de adrenalina puede afectar también al sistema nervioso ya que está preparado para aguantar situaciones de estrés puntuales. La tensión continua provocará falta de concentración, desánimo, agotamiento, insomnio, etc.

Cuando la persona se acostumbra a necesitar descargas fuertes de adrenalina cuando hace tiempo que no las tiene acaba padeciendo síntomas parecidos a los de cualquier adicción: desánimo, astenia, miedos, nerviosismo y necesidad imperiosa de tomar estimulantes (alcohol, café, juegos de azahar e incluso drogas como la Cocaína)

En casos extremos nuestro organismo ya no reacciona o lo hace muy débilmente a la adrenalina si no es (como acabamos de ver en el punto anterior) con estímulos cada vez más fuertes y nuestro sistema inmunológico también puede empezar a fallar. Eso puede favorecer la cronificación de la mayoría de enfermedades. La medicina natural cree que la liberación de adrenalina continuada (por estrés físico o emocional continuado) podría ser uno de los factores que "colaboran" en la parición de enfermedades como la fatiga crónica y la fibromialgia.

El exceso de liberación de adrenalina es un reflejo de cómo está viviendo una gran parte de la población de nuestros días siendo necesario parar un momento a reflexionar y encontrar unas pautas de vida saludables, descanso, buena alimentación, deporte y afectos.

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