“…Aterrados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Él les dijo “¿Por qué os asustáis y dudáis dentro de vosotros? Ved mis manos y mis pies. Soy yo mismo. Tocadme y ved que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo”. Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como ellos no creían aun de pura alegría y asombro, les dijo “¿Tenéis algo de comer?”. Le dieron un trozo de pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos”
EVANGELIO DE SAN LUCAS, 24, 37-43. Se desconoce el autor.
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