ABOGADO



Deriva del latín advocatus : convocado. Mientras que en castellano se aplica a quien da consejos jurídicos y representa a los litigantes en los tribunales, en latín tenía un sentido más amplio, designando a un patrono, tutor o a una persona influyente que asumía la defensa de otra, o de una institución o de una ciudad. El abogado profesional era denominado en latín clásico causidicus, patronus causae y en una época posterior adsertor o assertor.
Advocatus es el participio pasivo del verbo advocare : convocar, llamar en ayuda. Esta formado por la preposición ad (hacia) y el verbo vocare (llamar), que deriva de la raíz indoeuropea wekw : hablar, la cual se halla también en la palabra voz (del latín vox, vocis).
Aparentemente el sustantivo castellano abogado no surge del participio pasivo del verbo abogar, sino que este verbo se formó en su acepción actual a partir de abogado.
En América Central se utiliza la palabra abogaderas para hacer referencia a razones o argumentos capciosos, argucias. En Perú se dice abogaderías.

El decálogo del abogado, también conocido como los "Mandamientos del Abogado" fue realizado por el jurista uruguayo Eduardo Couture, ex decano y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República.

Estudia. El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.

Piensa. El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.

Trabaja. La abogacía es una dura fatiga pues esta al servicio de la Justicia.

Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha siempre por la justicia.

Sé leal. Leal con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas. Intenta ser leal con todo el mundo y todo el mundo intentará ser leal contigo.

Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.

Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.

Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz, como sustituto bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, Justicia, ni Paz.

Olvida. La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

Ama a tu profesión. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado.

Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Abogado
http://www.abarcusrosario.com.ar/Etim.htm#abogado

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