PA LO QUE HEMOS QUEDAO: EL MÁS NOBLE DE LOS JUEGOS.

Perpetrado por Oskarele

"La vida es demasiado corta para el ajedrez”. Lord Byron
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Aunque hoy en día parece condenado al ostracismo popular por culpa de la sobredosis de bits, televisión y juegos de videoconsolas, el ajedrez ha sido durante siglos el entretenimiento favorito de las clases ilustradas, especialmente en el Medievo, gracias a la difusión que tuvo desde el mundo árabe, donde triunfó este apasionante juego, de origen indio.

Concebido en origen como una metáfora de la guerra, su esencia no era bélica, sino mental, pues requería habilidades cerebrales bastante altas. Vamos a ver un poco la historia de este fascinante juego, el ajedrez.

Antes de nada, y aunque supongo que todos sabéis como se juega, habría que mencionar que es un juego para dos jugadores, planteado sobre un tablero cuadriculado de 64 casillas (8x8), alternadas en blanco y negro. Al principio del juego cada jugador tiene dieciséis piezas: un rey, una dama, dos alfiles, dos caballos, dos torres y 8 peones, con diferentes movimientos según cada pieza que paso de describir ahora. El objetivo final viene a ser derrocas al rey del contrario, lo que se hace pillando la casilla que ocupa el rey sin que el otro jugador pueda librarse del ataque, una jugada llamada jaque mate.

Aunque puede parecer fácil de primeras, la cosa es bastante complicada, dependiendo siempre del nivel del contrincante. La clave esta, básicamente, en prever los movimientos del rival, y en planificar las jugadas propias con antelación y pulso.

Ahora vamos con la historia.

Aunque, al parecer, se han encontrado frescos en algunas tumbas egipcias en la que los faraones parecer jugar a algo similar al ajedrez, en la tumba de Tutankamon (1300 a. C.), por ejemplo, entre los numerosos objetos que acompañaban a la momia se hallo un tablero cuadriculado y piezas con significativa semejanza, aunque en menor número, el origen comprobado y conocido aparece algo más lejos, en la India, donde en el 700 de nuestra era, por lo menos, existía un juego llamado Chaturanga, que bien podría definirse como el abuelo del ajedrez y cuyo origen no está demasiado claro. Las referencias más antiguas al Chaturanga se encuentran en el Mahábharata escrito alrededor del año 500 a. C... Lo que daría una antigüedad muy notable.

Firdusi, poeta persa del siglo X expresa, en su obra “Libro de los Reyes” plantea que el juego se creó debido a una polémica surgida tras una guerra de sucesión al trono entre dos hermanos. Un grupo de sabios decidió reproducir dicha batalla colocando en un suelo de escaques de madera teca oscura y marfil blanco estatuillas que representaban: dos grupos de infantes en fila, atrás del grupo de infantes se colocaron ordenadamente, el rey, su general, dos elefantes, dos carruajes y dos caballeros con sus respectivos equinos. A cada estatuilla se le atribuyó el papel que habían jugado en la batalla y lo representaron mediante movimientos sobre las casillas. Sea o no cierto, parece un origen probable.

Por otro lado, el término Chaturanga se acuñó de “chatur” que significa "cuatro" y “anga” que significa "miembros" ó "fuerzas", es decir los cuatro miembros que integran un ejército: infantería, caballería, elefantes y carruajes.

Efectivamente, se jugaba sobre un tablero con 64 casillas, y cada jugador tenía 16 piezas, aunque no son las mismas que conocemos: en el extremo se situaba el carro (actual torre) y a su lado se alineaban el caballo, el elefante (hoy alfil), el rey y su consejero (la dama o reina apareció en el Renacimiento). Frente a ellos estaba la infantería, los peones. Queda claro que se trataba de una reproducción de un campo de batalla.

Desde la India el juego siguió dos caminos de expansión: hacia el este, Asia, donde las piezas se adaptaron al rollo de cada cultura. Así, por ejemplo, en Siam, reino navegante, el carro era un barco y los peones conchas marinas. En el Tíbet el elefante era un camello y en China no había rey, sino que la pieza de más valor era un general.

Por otro lado también se difundió hacia occidente. Primero a Persia, que lo transmitieron a Bizancio y de aquí a los árabes, que lo difundieron a todos los confines del Islam. La primera mención árabe al ajedrez en un texto persa del 600. De autoría árabe serán los primeros tratados sobre el ajedrez (lo llamaban Shatranj), de la época de los califas abasidas. El propio Harun Al Rasid, califa de Bagdad del siglo IX, que aparece en “Las mil y una noches”, consideraba los elementos del juego de gran valor y le ofreció al Carlomagno (768-814) un ajedrez de mármol, del que sólo se conservan algunas piezas en la biblioteca de París.

Es cierto, por otro lado, que las reglas del ajedrez árabe, el Shatranj, no son exactamente las mismas con las que se juega hoy en día.

A Europa llegaría gracias a la invasión de los árabes de la Península Ibérica. Las primeras piezas de ajedrez en Europa, datadas en el año 900 fueron encontradas en Peñalba de Santiago, conociéndoselas como "las piezas o bolos de San Genadio". En el siglo XI, un medico de Alfonso VI, Petro Alfonsi, judío, escribe uno de los primeros manuscritos sobre la creciente importancia y popularidad del juego. Era una de las siete materias que un buen caballero tenía que dominar.

Esta importancia queda aun mas de manifiesto cuando, un par de siglos después, Alfonso X, el sabio, compiló una serie de reglas, modos de juego, consejos, problemas y ejemplos en una obra increíble, “Libro del ajedrez, cuadrados y tablas2, de 1283, un bellísimo códice con geniales ilustraciones.

Tras la llegada del ajedrez a Europa, se va transformando hasta llegar a ser el juego que hoy conocemos. Las piezas se transforman en lo que hoy son, con ese recuerdo de la sociedad medieval: rey, dama, caballo (en representación del caballero), torre y obispo, que sustituye a un elefante que en Europa no existe como arma de guerra, aunque en español conserva el nombre de alfil (elefante en árabe).

Para la unificación de las reglas fue decisiva la invención de la imprenta (1450), ya que a partir de entonces se pudieron componer libros con las reglas que se difundieron por todo el mundo.

A lo largo de los siglos XV y XVI, época del Renacimiento, van apareciendo los movimientos y las reglas actuales. Nuestro Felipe II financió la carrera de Ruy López, un obispo de Badajoz que se convirtió en uno de los principales jugadores del XVI. En aquella época había jugadores profesionales que iban de corte en corte demostrando su arte. Entre estos destacó el veneciano Leonardo da Cutri.

Fue precisamente Italia quien dominó el panorama ajedrecístico hasta el siglo XVIII, cuando la Ilustración francesa convirtió al ajedrez en una de sus distracciones favoritas.

El siglo XIX trajo consigo la profesionalización del ajedrez en Europa y su práctica en torneos. El primero de ellos se celebró en Londres en 1851. El primer campeonato mundial se hizo en 1886… En 1924 se funda en París la Fédération Internationale des Échecs (FIDE) que cuenta con unos 175 países miembros. Es la segunda mayor federación deportiva del mundo tras la FIFA que tiene 180 países afiliados... y hasta ahora.