Una de las cosas más perturbadoras que he visitado en mi vida ha sido el Convento de los Capuchinos en Palermo, Sicilia.
Las actuales catacumbas, que han dado fama a este convento, proceden del año 1599, cuando los frailes comenzaron a excavarlas y ampliarlas bajo el altar mayor por varios motivos: primero porque el lugar primitivo resultaba ya insuficiente y segundo porque decidieron trasladar los restos de los hermanos allí enterrados para dejar un lugar vacío que, debidamente acondicionado, sería utilizado como refugio u hospital para los viajeros que llegaban a Palermo de noche y no podían entrar en la ciudad cuyas puertas se cerraban herméticamente. Así, la primitiva cripta se transformó en hostería y hospital o refugio de viandantes.
Pero la gran sorpresa para los padres capuchinos fue que al ir a retirar los restos óseos de los enterrados para trasladarlos a las nuevas sepulturas de la catacumba, hallaron que los cuerpos de 40 de ellos se conservaban con la carne flexible aunque momificada, como si hiciese poco tiempo que hubiesen muerto. Estos cuerpos habían sido enterrados siguiendo su costumbre, sin caja, directamente en la tierra, como los musulmanes, en nichos excavados en las paredes. Trasladaron los cuerpos a sus nuevos refugios y, a medida que hacía falta, iban excavando nuevas galerías subterráneas así como nichos en sus muros donde colocaban los cuerpos de las frailes fallecidos.
Es impresionante la entrada en este recinto.
Las momias aparecen situadas de pie, adosadas a las paredes de las galerías, inclinadas hacia el visitante curioso, vestidas de las formas más extrañas. Unas con gabardina, otras con traje militar, otras con pantalones y chaqueta, camisa y corbata, dejando ver solamente las manos esqueléticas y la cara momificada, asomando los pies secos. Hay una galería dedicada sólo a los frailes capuchinos, otra para profesores, otra para mujeres y otra para niños.
En algunos casos los cuerpos están colocados horizontalmente, en decúbito supino, revestidos con trajes o ropas clericales, otras veces se puede ver varios nichos horizontales y dentro una serie de momias de mujeres vestidas como si estuviesen preparadas para ir de paseo. Realmente el espectáculo es macabro y abrumador para el que no esté muy acostumbrado a ver cadáveres.
Hay una iluminación natural con tragaluces y claraboyas, estando las paredes perfectamente encaladas. En algún rincón más oscuro hay luz artificial.
En una zona los cuerpos están dentro de sarcófagos de madera sin tapa y, como si estuviesen en una cárcel, las momias permanecen separadas del publico que transita por los pasillos por una valla metálica que impide que se llegue a ellas con las manos. Muchas, demasiadas…un verdadero almacén de muertos.
Pues bien, una nena llamada Rosalía, hija de un general de infantería, se enfermó de gripe porcina. Hablo de la famosa epidemia que azotó Sicilia en 1920.
Sus padres, angustiados, quisieron que su cadáver se mantuviera intacto y la momificaron. Ella está en el museo de momias del Convento de los Capuchinos de Palermo en un sitio preferencial con un impecable moño en su cabello.
Rosalía, muerta con dos años está considerada por los expertos como una de las momias contemporáneas mejor conservadas.
Hoy es noticia por estar en peligro de deterioro debido a bacterias que están comiendo literalmente el cuerpo de la momia.
El cuerpo fue momificado, por el doctor Solafia, mediante inyección de compuestos químicos pero hasta el día de hoy se desconoce la fórmula, pues se llevó su secreto a la tumba.
Se piensa que la sangre fue sustituida por un compuesto químico que permitió la conservación casi perfecta de los tejidos.
Las radiografías tomadas a la momia de Rosalía revelaron que también se utilizó formaldehido. Es posible, que para preparar las soluciones, Solafia empleara agua que hoy pude estar en los tejidos de la momia y ello facilitaría la acción de descomposición de las bacterias.
La momia de Rosalia fue uno de los últimos cuerpos que se depositaron en estas catacumbas. De esta forma, el cuerpo de la niña pasó a convertirse en la más celebre de las momias de las Catacumbas de los Capuchinos de Palermo.
Fuentes: http://es.wikipedia.org/wi
No hay comentarios:
Publicar un comentario