El evento de Tunguska fue una explosión aérea de muy alta potencia ocurrida sobre las proximidades del río Podkamennaya en Tunguska, Evenkía, Siberia, Rusia el 30 de julio de 1908.
Ese día un bólido, de unos 80 m de diámetro, detonó en el aire.
Se produjo una explosión que fue detectada por numerosas estaciones sismográficas alrededor del mundo. Su magnitud fue tal que incluso pudo ser registrada por un barómetro de una oficina meteorológica del Reino Unido, ubicada a miles de kilómetros de distancia, gracias a fluctuaciones que causó en la presión atmosférica.
Mucho menos sutiles, los efectos en las inmediaciones del “punto cero” incluyeron el derribo de todos los árboles situados en un área más de 2000 kilómetros cuadrados. En poblados situados a 400 kilómetros del epicentro de la explosión la onda expansiva tuvo la potencia suficiente para romper ventanas y derribar a personas adultas.
A 600 kilómetros del impacto, en el distrito de Kansk, los pobladores cuentan que algunos marineros y caballos fueron derribados por la onda de choque, mientras las casas temblaban y la vajilla se rompía. Incluso el conductor del famoso tren Transiberiano tuvo que detener la marcha por que temía que las vibraciones hiciesen descarrilar el convoy.
Según testimonios de la población tungus, la etnia local nómada de origen mongol dedicada al pastoreo de renos, que lo vio caer, «brillaba como el Sol».
De hecho, los expertos calculan que el Evento Tunguska liberó la energía equivalente a una bomba atómica de 10 a 15 megatones, donde un megatón equivale a la explosión de un millón de toneladas de TNT. Para que te des una idea de lo que esto significa, recordemos que la arrojada sobre Hiroshima tenía “solo” 0.015 megatones, y arrasó una ciudad entera.
Afortunadamente, Siberia era una zona muy poco poblada. De hecho, en muchas regiones aún hoy se pueden recorrer cientos de kilómetros sin encontrar ni rastros de la humanidad. Si el Evento Tunguska hubiese tenido lugar sobre una zona densamente habitada, como Europa o América, los muertos se hubiesen contado por millones.
Tan asombroso evento intrigó profundamente a los científicos. Pero a pesar de ello no se enviaron geólogos u otra clase de expertos hasta el punto del impacto hasta 1921. Hay que recordar que, en términos de distancias, el mundo era mucho más grande en 1908 que en al siglo XXI. Sólo cruzar el Atlántico era todo un acontecimiento para la mayoría de las personas, y una expedición de ese tipo tomaba años de planificación. Y el gobierno zarista de Rusia parecía tener más interés en hacerlo pasar por una "advertencia divina" contra las agitaciones revolucionarias en curso que averiguar la verdad detrás del evento.
Sin embargo, 13 años más tarde, en 1921, la Academia Soviética de las Ciencias envió al científico Leonild Kulik a Tunguska para que estudie el hecho. Kulik tomó una gran cantidad de fotografías pero fue incapaz de descubrir cráter alguno. Describió una región de más de 50 kilómetros de diámetros en la que no había quedado un árbol de pie, y realizó varios dibujos de la forma que tenía esa zona. Intrigado justamente por el aspecto de está, que se parecía mucho a una mariposa, dedujo que posiblemente hubiesen tenido lugar dos explosiones simultaneas, ligeramente separadas entre si. Volvió a la zona 17 años más tarde, pero no pudo descubrir nada más.
En las décadas de 1950 y 1960 se enviaron expediciones mejor equipadas, y los científicos pudieron recoger muestras que luego resultaron ser identificadas como microlitos cristalinos y otros objetos de naturaleza extraterrestre. Recientemente, en 1999, científicos italianos que viajaron a Tunguska demostraron que el lago Cheko, de 50 metros de profundidad y 450 kilómetros de diámetro, no existía antes de 1908.
Algunos científicos creen que se trataría de un fragmento menor del cuerpo impactante, cometa o asteroide, y que chocó a velocidad reducida. No obstante, los resultados de esta expedición no son definitivos, puesto que habría que obtener muestras más profundas.
Otros han puesto en duda esta hipótesis, ya que consideran extraño que se generara sólo un cráter menor, en vez de un gran cráter, como el cráter del meteorito en Arizona, o un rosario de pequeños cráteres, como el meteorito de Sikhote-Alin, en Rusia, o Campo del Cielo en Argentina.
Además existen árboles en el lago que aparentan tener más de cien años.
Y bien…a partir de allí, varias teorías: un cometa, una bomba de hidrógeno natural, antimateria o tormenta magnética. Nada demostrado aún.
Pero la conclusión aceptada hoy por todos los astrónomos serios, es que el evento de Tunguska se debió a la colisión de un fragmento del cometa Encke, que afortunadamente se volatilizó antes de tocar el suelo.
O…vino a parar a PLQHQ y nos escribe sobre la Historia del átomo. ;D
Fuentes:
http://axxon.com.ar/rev/168/c-168divulga
http://es.wikipedia.org/wiki/Evento_de_T
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