BIOGRAFIA DEL PEINE.

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Cuando el hombre primitivo comenzó a fabricar utensilios, uno de los primeros que creó su ingenio fue el peine.
Antes de eso utilizaba la mano para echarse hacia atrás la larga cabellera y por este motivo los primeros peines hechos por aquellos desconocidos artesanos de la Edad de Piedra, tuvieron la forma de esta herramienta universal: una mano abierta, hecha de madera, hueso o asta. Luego, con la aparición de los metales, los peines se hicieron sucesivamente de bronce, cobre, hierro y también de materiales preciosos, como plata y oro.
Además de un utensilio de aseo personal, los pueblos de la antigüedad consideraban al peine un elemento de uso religioso. Las mujeres lo llevaban colgando del cuello a modo de amuleto; los griegos primitivos, de culturas anteriores a la época de los poemas homéricos, consideraban que el sacerdote debía pasarse un peine por la cabellera antes de acercarse al altar, y esta costumbre persistió entre los pueblos helénicos y romanos hasta los albores de la Era cristiana.

Una demostración de lo difícil que es desterrar ciertas costumbres humanas, es precisamente la supervivencia de esta tradición en Inglaterra, donde hasta el siglo XVI los abades se sometían a un peinado litúrgico antes de ser consagrados. En cuanto a la forma, desde la más remota antigüedad hasta nuestros días apenas ha variado.

Los peines más antiguos se han encontrado en tumbas egipcias revistiendo formas parecidas a las actuales y con el doble destino de servir para el aseo de la cabeza y para el adorno del cabello. Los de esta segunda clase no se han hallado reales sino en figuras pintadas. Los de aseo constan en realidad y son de madera, no solo de la civilización egipcia sino aún de la prehistórica europea a partir de la primera edad de los metales.

En el palacio de Sargón en Korsabad (Asiria) se descubrieron peines con figuras de león en la parte media. El mismo doble carácter antedicho manifiestan los peines hallados en cistas y sepulturas romanass siend su material el marfil, la concha de tortuga, el cobre y la madera.

En la Edad Media, se usaban también como objeto litúrgico entre clérigos, de marfil o de madera y tanto los profanos como los religiosos de dicha época (y aun en el siglo XVI) solían adornarse con relieves de figuras en la parte media del objeto entre las dos filas de puntas. El más antiguo de esta última clase es el llamado de San Lupo o San Lope en la catedral de Sens, en Francia, del siglo VII: pero los de más remota fecha entre los profanos son los aludidos de las civilizaciones prehistórica, egipcia, griega y romana que se conservan en diferentes museos tales como los de Louvre, Británico, de Bruselas, Nápoles, Madrid, etc.

Más ancho o menos, más largo o más corto, el peine sigue siendo semejante a los primeros que fabricó el hombre, aunque se hayan abandonado los metales preciosos en favor de los materiales plásticos, más livianos y económicos.


Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Peine
http://elsimposio.wordpress.com/2008/12/17/breve-historia-del-peine/

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