DIA DEL CABALLO CRIOLLO.

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El 24 de abril de 1925 se inició en Buenos Aires una de las travesías más famosas del siglo pasado. Dos caballos criollos, Mancha y Gato, guiados por el profesor suizo Aime Tschiffely emprendían una marcha de 21.500 km. para unir las ciudades de Buenos Aires y Nueva York, estableciendo el récord mundial de distancia y altura ( 5.900 m en el Paso El Cóndor, entre Potosí y Chaliapata, Bolivia).

Emilio Solanet, criador y propulsor del reconocimiento de la raza criolla y el primero que creyó en el proyecto de Tschiffely, le regaló dos caballos: Mancha y Gato que tenían 15 y 16 años y eran poco amigables. Habían crecido en la Patagonia junto a una tribu Liempichun y Solanet se los había comprado al cacique tehuelche Liempichin en el Chubut.

Se necesitaron unas cuantas semanas para que jinete y montados se prepararan para semejante travesía que se inició el 23 de abril de 1925. No había caminos en varios tramos del recorrido, y cuando los había, no se destacaban por su estado y ni siquiera pensar en llevar una carpa. Durante el viaje cruzaron varias veces la Cordillera de los Andes, con temperaturas de hasta 18º bajo cero. De Huarmey a Casma ( Perú) con temperaturas de más de 52º. Después de más de tres años y cinco meses, el 20 de septiembre de 1928, Aime Tshiffely, montado en Mancha (Gato tuvo que quedarse en la ciudad de Méjico al ser lastimado por la coz de una mula), logró llegar a la Quinta Avenida de Nueva York. Llevaba en los cascos de su caballo criollo el polvo de veinte naciones, en un trayecto más largo y rudo que el de ningún conquistador, y sobre el pecho, un moño con los colores argentinos. Con esta hazaña pudo demostrar la resistencia del caballo criollo. (pobre caballo...me da pena)

Por decreto del año 1998, a setenta años, se instituyó en la Argentina el 20 de septiembre como Día Nacional del caballo

Hoy, a ochenta y tres años del evento, recordamos a todos los caballos, en especial a los criollos que acompañaron a San Martín: el bayo de San Lorenzo, el alazán tostado de cola cortada, al corvejón, al zaino oscuro, entre muchos que fueron usados por el Libertador. Al oscuro de Urquiza. Al blanco de Belgrano. A los del Rosas: al soberbio tordillo patas negras, al colorado pampa, al bayo de Entre Ríos, al gateado, al tordillo negro. A los preferidos de Güemes: el tordo y el Gateado, (un bayo de crines, cola y patas negras)...y al mío, que es más bueno que el pan.

Todos los que amamos a estos amigos incondicionales que nos procuran horas de recreación, de práctica de deportes, los que son usados en terapias, (físicas o psíquicas), rendimos un humilde homenaje, traducido en cuidados, cariño y el mejor de los tratos...

Todo agradecimiento es poco en comparación con lo que recibimos de ellos.

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