¿Sabías por qué NO TENER DOS DEDOS DE FRENTE significa ser corto de entendimiento?
También ser un irresponsable que actúa a lo loco y sin conocimiento.
Ya en el antiguo Egipto o incluso en la Grecia clásica se aceptaba como posible leer la predestinación de una persona en los rasgos corporales. Hoy en día todavía hay manifestaciones de este tipo en nuestra cultura, como las lecturas de mano.
En el siglo XIX, como extensión de esta creencia, se consideraba que el estudio del cráneo de una persona era suficiente para determinar sus instintos, sentimientos y, en general, su capacidad intelectual.
La frenología, la craneometría y la fisonomía, pretendían determinar la inteligencia, el carácter y los sentimientos de una persona mediante el estudio de sus proporciones craneales.
La frenología, considerada hoy en día una pseudociencia, fue popularizada por el médico austriaco Franz Joseph Gall (1758-1828). Postulaba que distintas partes del cerebro controlan diferentes rasgos del carácter, y por ello, si una parte del cráneo es más grande, el rasgo de la personalidad asociado es más acusado.
Como sea que los estudios de Gall situaban las facultades mentales en la zona frontal, se asimiló una frente ancha y despejada a la inteligencia y una frente corta con el nacimiento del pelo cerca de las cejas a la ausencia de ella.
No tener dos dedos de frente es una clara exageración, pero ilustra muy bien el concepto.
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