MIS ELFOS.

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¿Conocen elfos?

Los elfos son criaturas de la mitología nórdica y germánica que originalmente se trataban de una raza menor de dioses de la fertilidad y representados como hombres jóvenes y mujeres de gran belleza que viven en bosques, cuevas o fuentes. Se les consideraba como seres de larga vida o inmortales y con poderes mágicos. A pesar de sus orígenes y raíces nórdicas, también pueden ser comparados con las Hadas y otros seres de la cultura Celta. Pero, yo sé que también hay por aquí...

Los elfos son un gran enigma ; ya que dentro de sus leyendas, los elfos se desenvuelven casi al margen de los relatos; como los ecos de un mágico pasado que ha caído en desgracia. Afortunadamente para nosotros, el mito de los elfos jamás perdió del todo su antiguo esplendor: cedieron terreno ante otros seres mágicos, es cierto, pero sus sombras aún pueden sentirse como un susurro detrás del mito.

Nuestra visión sobre los Elfos ha cambiado enormemente en el último siglo; en gran medida esto se debió a la monumental obra de Tolkien, quien devolvió a los elfos parte de su antigua nobleza. Otro autor a quien debemos cierto homenaje es a Lord Dunsany, fantástico escritor del siglo XIX, en cuyas páginas abunda el esplendor élfico envuelto en la más honda melancolía. A los que hayan disfrutado "El Señor de los Anillos" les recomiendo la que es probablemente la mejor novela sobre elfos escrita por Dunsany; "The king of elflands daughter" (la hija del rey del país de los elfos).

Llamados alf o alfa en islandés, elfor o ellefolk en escandinavia, elfvar en Suecia; elv para los daneses, alfvar, alf, alfar o alfr para los germanos; aelpen y aelf para los anglosajones. Todos estas nombres tienen sus cimientos en la raíz indoeuropea albho, "blanco, brillante, resplandeciente", aunque otros afirman que proviene de la voz nórdica "evele", con la que se denominaba a los hombres de rasgos delicados. Este punto es cuestionable, ya que este término es posterior a los primeros relatos conocidos sobre los elfos. Igual, cada cual tiene sus elfos y con nombre propio.

Pues mi casa, mi auto, y sobre todo, mi heladera, están llenas de elfos. Son tremendos: anoche hice un flan y hoy, cuando me iba a servir un trozo…había desaparecido! También había logrado un poco de orden en mi escritorio y no intenten imaginar el desastre desde donde les escribo. Lo peor: han dejado un desparramo de tazas y vasos en la cocina, sin lavar, sin secar y sin guardar…Ah! Las toallas de mi baño están húmedas y en el piso! Y no sé qué ha pasado esta mañana en mi ausencia, pero hay mucha ropa fuera de los placares…es que hubo viento hoy, creo.

En fin…no me enojan, nunca me enojan.

Me cantan alegres cuando entro en éste, mi mundo, mi hogar, Sonríen, me despeinan, juegan, preparan chocolatadas con bizcochos, huelen a césped y tierra, traen las zapatillas sucias de sembrar y un puñado de anécdotas para contar en el bolsillo ¿Qué importa que sean desordenados con la vajilla? Son sabios para construir prolija la alegría.

Mis elfos son los bichitos de luz de la vida. Hacen cosquillas en el alma.

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