(B)
A pesar de la fama inglesa del consumo del té, China es el lugar de origen.
Según los documentos históricos, la cultura del té en China se remonta a más de 3000 años. A lo largo de todo ese tiempo, el té se ha impuesto de a poco como un elemento central en la vida de los chinos. Un refrán dice que cada casa debe tener 7 cosas: chimenea, arroz, aceite, sal, salsa, vinagre y té.
La costumbre de beber té está profundamente enraizada en la vida de los chinos. Un intelectual, Lu Yu, escribió el Chajing (Libro del té) en el siglo VII.
Rápidamente, el té se propagó a todos los rincones del país, no sólo en casa del emperador y los mandarines (funcionarios de la corte), sino también en casa de los pequeños comerciantes y soldados.
La costumbre de beber té se extendió a los países colindantes: Korea, Japón y Vietnam, por ejemplo.
Al principio del siglo XVII, los Países Bajos importaron por primera vez el té chino en Europa. Unos 50 años más tarde, la nobleza inglesa adoptó la bebida, adquiriendo el té de esta forma reconocimiento mundial.
El té se hace a partir de hojas del arbusto del té, recogidas antes de madurar completamente. Las distintas variedades de té se obtienen al tratar las hojas de diversas formas. La llave de la elaboración de té está en la fermentación. El color del té cambia, pasando gradualmente de verde a rojo. Mientras más se fermentan las hojas, más rojas se vuelven. Además, en función del grado fermentación, las hojas toman el perfume de flores, frutos o caramelo. En total, existen 6 principales variedades de té chino.
Al té no fermentado se le llama té verde. Al hervir, él toma un color verde claro o ligeramente amarillo, y exhala un olor fresco. Al té completamente fermentado se le llama té rojo en China (en francés lo llaman té negro) a causa del color bien oscuro que adquiere al ser hervido.
También existe el té blanco, ligeramente fermentado. Se le llama té blanco porque está cubierto de un vello blanco o verde claro. Menos frecuente, el té amarillo que es también un tipo ligeramente fermentado. Su elaboración es similar a la del té verde, pero se agrega una hierba llamada Menhuang, la cual le dona una coloración amarilla a esta variedad, como el Junshan o el Yinzhen.
El té negro es una variedad post-fermentada. Luego de la completa fermentación de las hojas, éstas se estrujan.
El té es la bebida nacional de los chinos. Contiene numerosas vitaminas, flúor, etc. Además, se dice que es beneficioso para la vista, relajante y diurético. Por consiguiente, los chinos piensan que beberlo regularmente ayuda a prolongar la vida. Además, las investigaciones científicas han demostrado las cualidades medicinales de esta bebida. Gracias a su larga historia de té, China posee la mayor variedad de té del mundo y se piensa que hoy en día existen más de mil!!!
A mí me encanta el té de hierbas…yuyitos les decimos por aquí. Hay de boldo, de menta, de peperina, de poleo, de canela, de naranja, de tilo, de manzanilla…y hasta con sabor de frutos del bosque. Tienen una fragancia exquisita.
Y..."me tomo 5 minutos y me tomo un té" :D
La imagen muestra al Monte Fuji desde una plantación de té.
No hay comentarios:
Publicar un comentario