(Circular de la Oficina Central SS para la economía y la administración):


(Circular de la Oficina Central SS para la economía y la administración):

“Objeto: Utilización de los cabellos.

El jefe de la Oficina Central SS para la economía y la administración, SS Gruppenführer Pohl ha ordenado recuperar los cabellos humanos en todos los campos de concentración. Los cabellos humanos serán transformados en fieltro industrial, después de hilado y bobinados. Alisados y cortados, los cabellos de mujer permiten fabricar zapatillas para las dotaciones de submarinos y protectores para la autopista del Reich.

Se ordena, por consiguiente, conservar, tras haberlos desinfectado, los cabellos de los detenidos de sexo femenino. Los cabellos cortados de los detenidos de sexo masculino no pueden ser utilizados más que a partir de una longitud de 20 milímetros. Por ello, el SS Gruppenführer Pohl da su conformidad para que a título experimental los cabellos de los detenidos de sexo masculino no sean cortados más que cuando alcancen, tras su corte, una longitud de 20 milímetros.

Con el fin de evitar las facilidades de evasión que ofrece una cabellera más larga (sic), los detenidos deberán ser marcados, cuando el comandante lo considere necesario, mediante una franja de cabellos cortados al rape. Se tiene la intención de utilizar el pelo reunido en todos los campos de concentración en una empresa instalada en uno de los campos. Se enviarán instrucciones más detalladas para su entrega. La cantidad recogida mensualmente (de hombres y mujeres por separado) debe serme comunicada antes del 5 de septiembre de 1942”

Firmado: Richard Glücks, SS Brigadenführer y General de la Waffen SS (llegó a ser SS Gruppenführer y Teniente General de las Waffen SS)

(Osk): aunque parezca mentira, esto es real. Pasó, como todos sabemos.

Tenéis mas información sobre este tiparraco aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Richard_Gl%C3%BCcks, en español y aquí: http://en.wikipedia.org/wiki/Richard_Gl%C3%BCcks.

Texto extraído de “Pop Control. Crónicas post-industriales”, de Miguel Ibáñez, Ed. Glénat, 2000.

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