ABONANDO NUESTRO JARDIN O HUERTITA.


La fertilización es necesaria para evitar el agotamiento del suelo. Una de las técnicas mas interesantes para producir abonos es la del compostaje, que nos permite valorizar nuestros residuos creando nutrientes para nuestras plantas. Este ciclo de retorno encaja a la perfección con el concepto holísico de la Agricultura Ecológica.

Fertilizar con compost es sencillo y bastará con 2 o 3 aplicaciones anuales. Solo hay que añadirlo al sustrato que ya tengan y mezclarlo. Pueden aprovechar para hacerlo en las partes del ciclo de rotación anual que menos plantas tengan.

Fabricar nuestra propia compostera es muy fácil, simplemente necesitan un receptáculo donde dejar compostar la materia orgánica. Tiene que tener agujeros para la aireación y a ser posible uno en la parte de abajo para sacar compost maduro. A partir de ahi, adaptar lo que la imaginación les sugiera. Los hay hechos con palets, bidones, arcones, cubos o cualquier material reciclado. Yo tengo un pozo en el jardín. Allí produzco compost de forma contínua. El sector más hondo es donde siempre encuentro el material listo.

Los unicos parámetros básicos para su construcción son: permitir el aireado, poseer una tapa y ser lo suficientemente comodo para que las operaciones de llenado, vaciado y removido no se conviertan en un suplicio.

¿Quá puedo y que no puedo poner en mi compostadora?
■Puedes compostar: Restos vegetales de los alimentos, restos del jardín o del huerto, cáscaras de huevo, de frutos secos etc.. Será importante mantener un equilibrio entre restos “verdes” y los “marrones”.

■No puedes compostar: Cualquier material no orgánico (plásticos, metales), y lácteos, carnes y pescados.

Es importante que en la parte superior de la compostadora siempre halla materia seca, como restos de hojas para evitar los olores e insectos.

Durante el proceso de compostaje es esencial remover el compost 1 o 2 veces al mes para que esté aireado. También debemos mantener el compost siempre ligeramente húmedo. Después de 2 o 3 meses tendrás un excelente compost con el que alimentar a tus plantas. Este proceso será más rápido cuanto más pequeños sean los materiales orgánicos que ponemos a compostar.

Sabrás que tu compost está listo cuando deje de desprender calor, su olor sea terroso y su tamaño se haya reducido casi a la mitad.

Además de mejorar el suelo, aprovechamos así cáscaras de papas, frutas u hojas otoñales.

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