LAPIDACION


(B)

En el mes de abril del 2007, la lapidación de una chica de 17 años de la secta yazidí, una antigua minoría religiosa kurda que venera al Diablo, recrudeció la violencia en el norte de Irak. Doaa Aswad Dekhil se enamoró de un musulmán y se convirtió al islam con la intención de casarse con él. De vuelta a su casa, 2.000 personas de su pueblo, Bashika, cerca de la localidad de Mosul, observaron cómo un grupo de ocho o nueve hombres, presuntamente de su familia, la apedrearon hasta la muerte mientras un vecino anónimo grabó la escena con el teléfono móvil.

Las imágenes no tardaron en colarse en Internet y lo que se ve en ellas pone los pelos de punta. Una chica morena vestida de rojo intenta evitar las piedras. Está cubierta por su propia sangre. La muchacha intenta levantarse, pero alguien la empuja y otra persona le machaca la cabeza con un trozo de hormigón.

"Nunca habíamos visto en Irak un incidente de estas características, tan cruel y fuerte", confirmaba en Madrid la ministra de Derechos Humanos de Irak, Wijdan Mijail Salim. La ministra aseguró que varios hombres fueron detenidos por el asesinato de la joven, pero no concretó el número. La muerte de la joven fue condenada por Amnistía Internacional, que puntualizó que existen algunas dudas sobre qué pasó realmente:

"Algunos informes afirman que se convirtió al islam, pero otros lo niegan". La organización asegura que la chica tardó 30 minutos en morir y que un líder religioso de la secta intentó acogerla en su casa.

La venganza llegó días después, cuando 21 seguidores de la secta yazidí murieron en una emboscada tendida por un grupo armado en la ciudad de Mosul.

En la confesión de los yazidís (unos 300.000 fieles) dijeron venerar a Satán, al que consideran el verdadero dominador del universo. Por eso son también conocidos como los Adoradores del Diablo.
Los fieles pueden comer cerdo y beber alcohol, pero de ninguna forma pueden comer lechuga. Su religión -una mezcla de islam, judaísmo y cristianismo- tiene muchas reglas: los varones no deben arrancarse ni un solo pelo, ni lavarse, ni siquiera la cara, y las mujeres tienen que ir siempre de blanco, y no pueden aprender a leer ni a escribir. El azul es un color prohibido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario