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FERÉCIDES DE SIROS. EL MAESTRO DE PITÁGORAS

ByOskarele

Ferécides de Siros vivió en el siglo VI a. C. No es demasiado conocido, pese a que su obra es sumamente interesante. Parece ser que fue el primer filósofo que afirmó que el alma humana era inmortal. Consideraba que el mundo se creó por intervención divina pero que los dioses habían existido desde siempre, todo una idea para su época. Os voy a explicar un poco la vida y la obra de este señor:

Nació en la isla de Siros, una de las famosas Cícladas.

No está muy clara su fecha de nacimiento.

Tradicionalmente se dice que fue contemporáneo del rey lidio Aliates (605-560 a. C.) y de los famosos Siete Sabios (fechados hacia el 585 a. C.) citados por Diógenes, siendo el propio Ferécides uno de ellos. Según Apolodoro nació en la olimpiada 59 (544-541 a. C.). Según todo esto sería algo más joven que Tales de Mileto. Estas dataciones, aunque dudosas, son las más fiables, situándolo pues en el siglo VI a. C.

En torno a su vida existe una larga tradición que lo relaciona con Pitágoras. Unos dicen que era su tío, otros que fue su maestro y amigo.

Aristóxenes, en el libro “De Pitágoras y sus familias”, dice que murió de enfermedad y lo enterró Pitágoras en Delos.  La verdad, ninguna de las dos cosas está demasiado clara, aunque si existen ciertos indicios que permiten deducir una influencia de Ferécides en el pitagorismo posterior. Curiosamente algunos hechos increíbles atribuidos a Pitágoras (predecir un seísmo, un naufragio, la toma de la ciudad de Micenas…) fueron atribuido por otros al de Siros, como por ejemplo, por el propio Diógenes, que además da por sentado que se conocían y que Ferécides fue su maestro.

“Refiéranse de él muchos prodigios; pues paseando una vez por la playa del mar de Samos y viendo una nave que corría con buen viento, dijo que dentro de breve tiempo se anegaría, y efectivamente zozobró ante su vista. Igualmente, habiendo bebido agua sacada de un pozo, pronosticó que dentro de tres días habría terremoto, y así sucedió. Subiendo de Olimpia a Micenas aconsejó a Perilao, que lo hospedaba en su casa, partiese de allí con su familia. No se persuadió Perilao, y Micenas fue luego tomada por los enemigos.”

Se dice también que fue autodidacta y que estuvo relacionado con el zoroastrismo o que tuvo acceso a libros secretos de los fenicios para formarse. También se dice que visitó Egipto para aprender los misterios de los constructores de pirámides. De nuevo vemos un parecido enorme con la historia de Pitágoras. De nuevo leyendas… o no.

Ni siquiera su muerte esta mu clara: el propio Diógenes menciona varias posibilidades: o la cascó después de haber salvado a Éfeso gracias a su poder de predicción, o se suicidó en Delfos, o murió de una enfermedad o comido por los piojos y fue enterrado por Pitágoras en Delos:

“Escribe Hermipo que, como hubiese guerra entre los efesinos y magnesios, y desease venciesen los efesinos, preguntó a uno que pasaba «de dónde era», y respondiendo que de Éfeso, le dijo: «Pues llévame de las piernas, y ponme en territorio de Magnesia; luego dirás a tus paisanos me entierren en el paraje mismo donde conseguirán la victoria». Manifestó aquél este mandato de Ferecides a los ciudadanos, los cuales, dada la batalla al día siguiente, vencieron a los magnesios, y buscando a Ferecides, lo enterraron allí mismo, y le hicieron muy grandes honras. Algunos dicen que se precipitó él mismo del monte Coricio caminando a Delfos; pero Aristóxenes, en el libro De Pitágoras y sus familias, dice que murió de enfermedad y lo enterró Pitágoras en Delos. Otros quieren muriese comido de piojos.”


Se le atribuye un libro titulado “Heptamychia” (Los siete escondrijos o las siete cavernas), una de las primeras obras en prosa de la literatura griega. En el enseñaba su filosofía y su visión del mundo a través de representaciones míticas, en un proceso sin freno de racionalización de la tradición mítica olímpica y homérica, que llegará a su culminación con el bueno de Sócrates. El libro, desgraciadamente no se encuentra completo, aunque si lo suficiente para esbozar su pensamiento.

Un punto clave, y curioso, es que considera que Zas (Zeus), Khronos (Crono) y Ctonia (Gea), las tres divinidades primigenias, han existido desde siempre. No fueron creados. Heráclito, un par de siglos después, planteó que el mundo “fue siempre, es y será”. Anaxímenes y Anaximandro, de los que ya hemos hablado, también defendían que los sustratos básicos (arjé) existían desde siempre.

El caso es que Khronos, de su propio semen, produce el fuego, el viento y el agua (la tierra ya la había creado Ctonia). Esto nos retrotrae a la mitología egipcia, donde los componentes básicos del mundo también aparecían relacionadas con las aficiones onanistas de sus dioses (por ejemplo Atum-Rem de la mitología de Menfís). Además, la idea de que el semen humano es generador de vida estaba bastante extendida.

Sus opiniones podrían calificarse, sin violentar la imaginación, de filosóficas ya que manifiestan un procedimiento que no se distingue en esencia del de Tales y los primeros filósofos jonios. Lo que a éstos les dio el título de filósofos fue el abandono de las formas míticas por formas materiales (agua, viento, apeiron). Sus obras, como menciona Aristóteles, son un puente entre la mitología y la filosofía. El eslabón perdido.

Por otro lado, algunos autores plantean que fue el primero que señaló la inmortalidad del alma. Diógenes, por ejemplo, menciona esto: “Ferécides, hijo de Badio, natural de Siros, según dice Alejandro en las Sucesiones, fue discípulo de Pítaco. Fue el primer griego que escribió del alma y de los dioses.”. Cicerón y San Agustín también lo pensaban.

Mas info y fuentes aquí, aquí y aquí

NEOPLATONISMO. AUTORES. HIPATIA DE ALEJANDRÍA.


Perpetrado por Oskarele

Hubo una mujer en Alejandría llamada Hipatia, hija del filósofo Teón, que realizó tales logros en literatura y ciencia, que sobrepasó a todos los filósofos de su propio tiempo. Habiéndose formado en las ideas de Platón y Plotino, explicaba los principios de la filosofía a todos sus oyentes, muchos de los cuales venían de muy lejos para recibir sus enseñanzas”. Sócrates Escolástico (s. V d.C.). “Historia Ecclesiatica”. Libro VI, capítulo 15.

Hace un par de años el genial director de cine Alejandro Amenabar realizó una gran película sobre la vida de esta señora que nos ocupa, Hipatia de Alejandría, una matemática y filósofa neoplatónica, cuya muerte violenta marca un punto de inflexión entre la cultura del razonamiento griego y el oscurantismo del mundo medieval. Desgraciadamente sabemos relativamente poco sobre su vida (sabemos mas sobre su muerte) y de su obra se conoce sólo una pequeña parte.


Vivió durante la época del Imperio Romano en Alejandría, aunque por su formación podemos considerar que era griega, por la ubicación de Alejandría, egipcia y por la época, romana. Se cree que nació entre el 355 y el 370 d.C. y se sabe que su padre, Teón, fue también un ilustre matemático y astrónomo cuya vida está asociada al Museo de Alejandría , del que puede haber sido el último director.

Las dudas sobre su fecha de nacimiento hace que se barajen tres ideas distintas sobre cómo era Hipatia, ya que sabemos que falleció en el 415. Así podría ser, según la fecha, una mujer mayor, madura o joven. Más o menos se da por hecho que tendría unos cuarenta años cuando fue asesinada.

Su padre, Teón, supervisó la educación de su hija y, con un espíritu especialmente abierto para su época, permitió que desarrollara sus dotes excepcionales y se convirtiera en una astrónoma, filósofa y matemática. Quiso que fuese un ser humano perfecto por lo que vigiló la educación de su mente y de su cuerpo.

Y lo consiguió.

Hipatia aprendió también sobre la historia de las diferentes religiones que se conocían en aquel entonces, sobre oratoria, sobre el pensamiento de los filósofos y sobre los principios de la enseñanza. Viajó a Atenas y a Roma (parece ser que en Atenas siguió los cursos de la Escuela Filosófica dirigida por Temistius, Plutarco el Joven y por su hija Asclepigenia).

Y finalmente, a su regreso a Alejandría, se dedicó a enseñar matemáticas, astronomía, mecánica y filosofía (siguiendo las ideas propuestas por Plotino y Jamblico, además de las de Pitágoras y Platón) a gentes de todas las religiones, por lo que estaba bien considerada por casi todas las comunidades. Su casa se convirtió en un centro intelectual, adquiriendo el sobrenombre de la Filósofa y a ella venían estudiantes de Europa, Asia y África.


El filosofo pagano del siglo VI Damascio afirmaba que “además de conseguir el grado más alto de la virtud práctica en el arte de enseñar, era justa y sabia, y se mantuvo toda la vida virgen”, dato confirmado por la Suda, una enciclopedia bizantina del siglo XI, que sin embargo añade que fue esposa de Isidoro el Filósofo.

Este tal Damascio refiere una curiosa anécdota que muestra su supuesta actitud ante el sexo: en cierta ocasión un discípulo le confesó que estaba enamorada de ella. Hipatia le arrojó un paño manchado con su sangre menstrual, espetándole: “De esto estás enamorado, y no tiene nada de hermoso”…

Entre sus discípulos destaca Sinesio de Cirene, filósofo y cristiano, de familia ilustre, que llegó a ser nombrado Obispo de Temópolis. Se conocen siete cartas de Sinesio dirigidas a Hipatia. En esta correspondencia se mencionan los nombres de varios alumnos de Hipatia que fueron condiscípulos suyos, al parecer un grupo muy unido de aristócratas paganos y cristianos, algunos de los cuales desempeñaron altos cargos políticos.

El dato mejor conocido en la vida de Hipatia es su muerte.
Pero claro, como no sabemos cuando nació, podría haber tenido 25, 45 o 60 años.

Y murió víctima de las circunstancias convulsas de la Alejandría del siglo V. En el 412 el patriarca Cirilo, cristiano fanático, persiguió a los judíos, comenzando una espiral de odio religioso, íntimamente relacionado con asuntos de poder, pues el gobierno de Alejandría estaba siendo disputado entre el Prefecto de Roma, Orestes, y el Patriarca de Alejandría, Cirilo. Dos campos opuestos. Por un lado el orden antiguo, simbolizado por el gobernador Orestes, defensor del imperio greco-romano y de la emergente comunidad judía; y el poder cristiano en expansión conducido por Cirilo, que se apoyaba en el nacionalismo egipcio, en el malestar social y en las masas oprimidas de esclavos y de no ciudadanos.

Por otro lado Hipatia no quiso convertirse al cristianismo galopante. Ni quiso dejar de enseñar sus doctrinas filosóficas neoplatónicas, cubiertas de un misticismo considerado como pagano por los fanáticos cristianos.
Así, en la cuaresma, en marzo del 415, acusada de ejercer sobre Orestes una influencia contraria a Cirilo, fue asesinada.

Una horda de cristianos exaltados, dirigidos por un lector de nombre Pedro, la encontraron en el centro de Alejandría, la desnudaron en público y la acribillaron a golpes y cuchillazos, desangrándose allí mismo, la arrastraron por toda la ciudad... Y posteriormente la descuartizaron.

Los asesinos de Hipatia no fueron castigados.

La entrada referente a Hipatia en la monumental enciclopedia bizantina del siglo XI conocida como la “Suda”  atribuye la responsabilidad del crimen a la envidia de Cirilo y al carácter levantisco de los alejandrinos. Sin duda fue víctima del conflicto entre el poder civil de Orestes y el eclesiástico de Cirilo, más que una confrontación entre paganismo y cristianismo.


El “Suda”, la citada enciclopedia bizantina monumental, recoge que fue autora de tres obras: un comentario a la “Aritmética” de Diofanto de Alejandría, el “Canón Astronómico” y un comentario a las “Secciones Conicas” de Apolonio de Perga. Pero seguramente preparó muchas más, sin tener en cuenta sus enseñanzas privadas, que tuvieron que ser todo un manantial de sabiduría.

Además, su padre, Teón, fue un prolífico escritor de “Comentarios”, algunos de los cuales han sobrevivido, como la revisión de los “Elementos” de Euclides, y la revisión de “El Data y La Óptica” también de Euclides. Esta edición de los Elementos es la base de casi todas las siguientes ediciones de ese libro y es la versión de referencia hasta finales del siglo XIX. Pues bien, es probable que Hipatia colaborara con él en dicha mejora y revisión, pues es mencionada por su padre como su discípula y asociada, y juntos escribieron un tratado sobre la obra matemática de Euclides. Además en otras obras, como el “Comentario del Almagesto de Tolomeo” se dice que era una “Edición controlada por la filósofa Hipatia, mi hija”

Por otro lado, parece ser que Hipatia mantuvo la tesis del heliocentrismo contra el geocentrismo. Los comentarios a este Almagesto de Tolomeo se consideran de gran importancia pues es fácil que Copérnico tuviera conocimiento de ellos y este conocimiento pudiera haber influido en la “Revolución Copernicana”, pues el único ejemplar del libro III se conservaba en Florencia en la biblioteca de los Médicis y Copérnico estuvo en Florencia estudiando textos astronómicos griegos, y especialmente la obra de Tolomeo.

Hipatia calculó los valores matemáticos de los acontecimientos celestes descritos por Tolomeo. Las Tablas o Canón Astronómico serían el resultado de ello.
Por otro lado, gracias a su correspondencia con Sinesio de Cirene, su discípulo, sabemos de otras contribuciones científicas, especialmente de varios inventos, entre ellos el Astrolabio, aunque en realidad existen modelos anteriores, analizados, incluso, por su propio padre. Posiblemente ella lo perfeccionó. También asegura que inventó un hidroscopio, para pesar o medir la fluidez de los líquidos…  que tendría aplicaciones médicas: “Me encuentro tan sumamente mal de salud que necesito un hidroscopio. ... será posible contar las incisiones que son las que dan a conocer el peso”.

A modo de curiosidad, mencionar que el asteroide Hipatia (descubierto en 1884) y el cráter lunar Hipatia fueron bautizados en su honor. Este último se sitúa junto a los cráteres que recuerdan a su padre, Teón, y a los patriarcas Cirilo y Teófilo. Con unas medidas de 28 x 41 km, se localiza en los 4,3°S y 22,6°E del meridiano lunar. Unos 70 km al norte del cráter se halla un sistema de canales de 180 km de longitud llamado Rimae Hypatia, un grado al sur del ecuador lunar, a lo largo del Mare Tranquillitatis…

Mas info y fuentes por aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%B3crates_de_Constantinopla, aquí: http://divulgamat.ehu.es/weborriak/historia/mateospetsuak/Inprimaketak/Hipatia.asp, aquí: http://www.historiaclasica.com/2009/10/que-sabemos-realmente-de-hipatia-de.html, aquí: http://www.astroseti.org/articulo/3515/, aquí: http://www.hipatia.info/index_es.php, aquí: http://www.fmujeresprogresistas.org/fichavisibilidad/Hipatiaciencia.htm.

NEOPLATONISMO. PLOTINO, EL TODO ES IGUAL AL UNO.


Perpetrado por Oskarele

Plotino (203-269 d.C.) es sin duda la principal figura de este movimiento neoplatónico. Era egipcio también, de Licópolis (hoy Assiut), y vivió entre el 205 y el 270 de nuestra era.  Cuando contaba 28 abriles, en el 232, fue llevado por un colega a escuchar a Amonio Saccas en Alejandría, y durante los seis años siguientes  fue su discípulo más fiel y entregado. Se dice que cuando terminó el primer discurso que le escuchó pronunciar dijo “Este es el hombre que estaba buscando”.

Su discípulo Porfirio, autor de su biografía Vida de Plotino y de la sistematización y publicación de su obra central “Enéadas”, refiere que en esos años que estuvo con él tuvo hasta 4 uniones místicas…

Estas “Enéadas”, su obra magna, es en realidad una recopilación de escritos suyos confeccionados desde el 254 (en total son, precisamente, 54), y es considerada hoy en día como uno de los tratados más sólidos de la Antigüedad, junto a los de Platón y los de Aristóteles.  Se llama así precisamente porque Porfirio lo recogió en seis grupos de nueve.

Unos años antes, en el 242, acompañó al emperador Gordiano I a Mesopotamia, con la idea de llegar a Persia. En el 244 fue a Roma, donde, durante diez años, enseñó Filosofía, contándose entre sus oyentes y admiradores al Emperador Galiano y su esposa Solonia.

En el 263 se retiró a Campania con algunos discípulos, incluyendo Porfirio, y allá murió en el 270, aquejado de una enfermedad chunga.

Vamos un poco con su pensamiento…

La doctrina central de Plotino es su teoría de la existencia de tres hipóstasis o realidades primordiales, de las que ya hablamos en el capitulo anterior: el Uno, el nous y el alma. En realidad, el principio básico es siempre el Uno, mientras que las otras dos realidades son derivadas.

Es un idealista puro.

“Todos los entes son entes en virtud del Uno, no sólo los así llamados en sentido primero, sino también los que se dicen sus atributos. Porque ¿qué es lo que podría existir que no fuera uno? (…) De los entes que decimos que son uno hacemos esta afirmación con una referencia concreta a su propia realidad. De modo que cuanto menos ser menos unidad, y cuanto más ser más unidad” (Enéadas: VI, 9, 1)


Parte de la enfática afirmación de la existencia del mundo espiritual, al margen, aunque interrelacionado, con el material. Como nuestra alma es espíritu, su origen no puede estar en el cuerpo (material). Así concluye que procede del Uno, el Absoluto, el Dios, el Bien.

El Uno sería el principio en sí, del que procede la multiplicidad, la variedad. Sería algo así como  la identidad que se despliega en la alteridad. Como es causa de todo, puede ser visto como Todo, en cuanto fundamento de todo, en cuanto produce y conserva en el ser el ser-uno de cada cosa singular, uniendo cada realidad a todas las demás y reconduciéndolas todas, como Todo, a sí mismo.

Toma ya!!!

Así, de este Uno emana en primer lugar el Intelecto (el Nous), que sería la primera alteridad, que es la imagen del Uno. Y es al mismo tiempo un derivado parcialmente diferenciado, porque es el mundo de las ideas, en el que están los múltiples arquetipos de las cosas.

De este Nous emana lo que denomina Mundo-Alma, el lugar donde emanan las fuerzas (como el Intelecto es el lugar donde residen las ideas). Una de estas fuerzas es el alma humana. Y estas fuerzas, tras sucesivas degradaciones hacia la nada llegan a ser finalmente materia.

Por otro lado, este Uno, como a la vez es Todo, es inenarrable, impronunciable, inabarcable. Plotino mismo dirá:

“¿Cómo, entonces, podremos hablar de Él? Podemos hacerlo, ciertamente, pero con ello no lo expresamos, ni tenemos conocimiento o pensamiento de Él. ¿Cómo, pues, podremos hablar de Él si no lo poseemos? Digamos que, si no lo poseemos por el conocimiento, no dejamos de aprehenderlo de algún modo y lo aprehendemos, en efecto, como para poder hablar de Él, aunque nuestras palabras no lo alcancen en sí mismo. Decimos de Él lo que no es, no decimos, en cambio, lo que es, porque hablamos de Él partiendo de las cosas que le son inferiores” (Enéadas: V, 3, 14).

Por otro lado, el hombre, compuesto de cuerpo y alma, es parcialmente como Dios, espiritual y, parcialmente como la materia, lo opuesto a lo espiritual.

Pero su deber es volver al Uno, al Dios, destruyendo de su ser, sus pensamientos y obras todo lo material. Y esto lo conseguirá gracias al conocimiento, que le permite discernir que es la realidad. El primer paso, en el retorno del alma a Dios es el acto por el que se libera por sí misma de la trama de la materia. Contempla en sí el Intelecto interior. De la contemplación del Intelecto interior, alcanza la contemplación del Intelecto superior y, desde éste llega a la contemplación del Uno.

Mas info y fuentes por aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Plotino, aquí: http://www.philosophica.info/voces/plotino/Plotino.html, aquí: http://www.luventicus.org/articulos/02A034/plotino.html.

NEOPLATONISMO. UNA INTRODUCCIÓN NECESARIA


Perpetrado por Oskarele

El neoplatonismo es un sistema filosófico nacido en la antigua y desaparecida Alejandría (sí, aquella de la biblioteca), en el siglo III de nuestra era y que perduró hasta el siglo VI. Se trata de última tendencia filosófica inspirada por la antigua filosofía griega, especialmente en Platón (de ahí el nombre), pero también en Pitágoras y Aristóteles, entre otros. Además estaba aliñado con pizcas de ideas místicas hindúes, persas y judías.

Se puede decir, sin duda, que es la última manifestación importante del pensamiento antiguo, antes del triunfo definitivo del cristianismo, con el que tendrá relativas malas relaciones y el advenimiento de otro tipo de pensamiento.

En esencia se podría decir que era una corriente idealista y con tendencias al misticismo. Las últimas corrientes filosóficas griegas, el estoicismo, el epicureísmo, el eclecticismo y aún el escepticismo habían buscado como hacer felices a los hombres y, cada uno a su manera había fallado.

Así unos cuantos pensadores echan la vista atrás y encuentran en el idealismo de Platón mezclado con las ideas religiosas provenientes de Oriente un posible modelo que una pensamiento, moral y religión. Hay que tener en cuenta que su competidor principal en esos tres aspectos era el incipiente cristianismo, que, a su manera, intentaba lo mismo.

Parten de una concepción interesante: el principio de todo lo existente es la unidad absoluta, lo Uno, llamada realidad suprema o gran vacuidad, de la que surgen todas las demás realidades por emanación.

El primer ser emanado del Uno es el Logos (también conocido como Verbo o Inteligencia) que contiene las ideas de las cosas posibles. Después, la Inteligencia, el Logos, engendra el Alma como idea, principio del movimiento y de la materia.

Estas tres cosas, el Uno, el Logos y el Alma son las tres verdades absolutamente reales del neoplatonismo, defendidas a capa y espada por uno de los principales autores de esta corriente, Plotino, del que luego hablaremos. Pero en realidad el principio básico, esencial, único, es el Uno, lo absolutamente espiritual. El todo… y el resto de realidades son derivadas.

El Uno está más allá del Ser y, por lo tanto, no hay ninguna definición que describa positivamente al Uno y opta por la vía negativa, es decir, afirmando lo que no es. Y esto se debe, según los neoplatónicos, a que la comprensión humana no es capaz de comprender y explicar con el lenguaje esta realidad ultima.

El logos, por otro lado sería la primera emanación del Uno. Plotino lo ejemplifica de puta madre relacionándolo con el Sol y  la Luz: El Uno sería como el Sol y la Luz como el Logos. Es la puerta, la forma, por la que nosotros podemos ver al Uno. Plotino afirma que el Logos es observable aplicando nuestras mentes en dirección opuesta a nuestros sentidos. Este concepto está tomado de la noción de dialéctica de La República donde un proceso similar se dice que conduce a la visión de la forma del Bien, no del Bien mismo.

El Alma, la tercera realidad, es dual: existe a medio camino entre el Logos y el Mundo de los Sentidos. Para que el Alma se una al primer principio, al Uno, es preciso que supere el pensamiento y que, por el éxtasis, se confunda con él y pierda toda consciencia de sí misma. Plotino estaba convencido de haber llegado, dos o tres veces en su vida, a esta unión íntima con la más alta hipóstasis… El Uno.

De toda la vida se ha considerado a Amonio Saccas, un estibador de los muelles de Alejandría (su sobrenombre procede de este trabajo precisamente, "cargador de sacos" (en griego sakkas o sakkuforos), como el fundador de la Escuela Neoplatónica. Según Eusebio, Amonio nació de padres cristianos, pero se convirtió al paganismo. Su fecha de nacimiento se considera el 242.

Como no escribió nada, ya que prefería transmitir sus ideas verbalmente a sus discípulos, no conservamos mucho de su obra y pensamiento, más que por lo que de él escribieron sus seguidores Plotino, Longino y Erenio, que le tenían por “teodidacto” (enseñado por Dios).

Del primero de ellos, el más importante, hablaremos en el siguiente articulo…

Mas info y fuentes por aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Neoplatonismo, aquí: http://ec.aciprensa.com/n/neoplatonismo.htm, aquí: http://www.ecovisiones.cl/diccionario/N/NEOPLATONISMO.htm, aquí: http://filosofia.laguia2000.com/filosofia-en-roma/el-neoplatonismo-y-la-corriente-platonica y aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Amonio_Saccas.

EL ESTOICISMO. PARTE 6. EL ESTOICISMO ROMANO. MARCO AURELIO, EL EMPERADOR FILOSOFO.


Perpetrado por Oskarele

Ya hemos mencionado a dos de las tres grandes voces del estoicismo romano, Séneca y Epicteto. El tercero, sorprendentemente, fue un emperador. Marco Annio Catilio Severo, se llamaba. Pero fue más conocido por el nombre que adquirió como emperador del Imperio Romano: Marco Aurelio Antonino Augusto (alias “El Sabio”). Se convirtió en el último gran exponente del estoicismo, al que hemos dedicado unos cuantos articulillos últimamente.  Vamos a ver un poco de su vida y obra…

Nació en Roma en el 121, único  hijo varón de Marco Annio Vero, un político de origen hispano (nacido en Ucubi , actual Espejo, Córdoba) y Domicia Lucilla. Su tía abuela materna era Vibia Sabina, mujer del emperador Adriano.

Tras la muerte de su padre, cuando tenía tres años, fue adoptado y designado heredero por su madre y por su abuelo paterno, que murió en el año 138, cuando Marco Aurelio tenía diecisiete años de edad. Parece ser que desde chiquitillo cayó en gracia con el emperador Adriano, que lo apodó cariñosamente verissimus (honesto). Cuando el joven noble tenía seis años, fue el propio emperador Adriano el que gestionó su ingreso en el ordo equester.

Tras la muerte del hijo adoptivo de Adriano, Lucio Aelio César, éste decidió nombrar como heredero del Imperio a Antonino Pío con la condición de que adoptara a Marco Aurelio y a Lucio Ceionio Cómodo (el hijo de Lucio Aelio, al que posteriormente se conocería como Lucio Vero) como herederos y que los nombrara como los siguientes en la línea sucesoria. Se abría el camino hacia el trono romano para Marco, pues Antonino cumplió su palabra.

Sabemos de su vida durante aquellos años en los que reinó su padre adoptivo, Antonino Pío, gracias a la correspondencia que tuvo que con uno de los tutores que le designó Adriano, Marco Cornelio Frontón, una relevante figura de la cultura de la época y que, desde entonces, habría de ser su amigo y consejero espiritual. A través de esas cartas conocemos como era Marco Aurelio, un hombre culto, inteligente, trabajador y recto, y, por la parte que nos interesa, muy interesado en el saber y la filosofía.

Efectivamente, en esos años fue cuando abrazó el estoicismo, llegando  a convertirse en un amante de la obra del poeta estoico Epicteto, del que hablamos en el articulo anterior.

En el año 145 se casó con Annia Galeria Faustina, más conocida como Faustina la Menor, hija del emperador Antonino y con ello prima paterna de Marco Aurelio.

En el 161 palma el emperador Antonino. Marco Aurelio aceptó el trono con la condición de que Vero y él fueran nombrados de manera conjunta Augusto. Al ser nombrado emperador cambió su nombre por el de Marco Aurelio Antonino. La sucesión conjunta pudo haber sido debida a que Vero contaba con experiencia y talento militar, algo muy necesario durante el mandato de Marco Aurelio, en el que el Imperio se mantuvo constantemente en guerra con varios pueblos.

La maniobra del emperador salió bien y Vero se mantuvo leal hasta su muerte en una campaña del año 169. A partir de entonces gobernó él solo.

Como buen estoico, llevó a la práctica muchas de sus ideas humanistas: promovió medidas favorables para los esclavos, las viudas y los niños, prohibió las luchas de gladiadores y las luchas entre hombres y fieras… además se mostró mucho más tolerante con los cristianos, que estaban creciendo como la espuma. Adoptó la misma actitud que Trajano, que evitaba la persecución pero reprimía las manifestaciones públicas de su fe y castigaba a los fieles que, tras ser denunciados, se negaban a celebrar el culto romano. De hecho, los cristianos nunca lo incluyeron en su lista de perseguidores.

Por otro lado tuvo que mantener una fuerte política militar, pues el imperio estaba asediado por todos lados: así, rechazó a los germanos hasta más allá del Danubio en el 168, venció a los partos y les arrebató parte de Mesopotamia (161) y sometió a marcomanos (172), cuadros (174) y sármatas (175).

Tras la paz general de 175 y la ocupación de una franja de seguridad al norte del Danubio, admitió en el imperio, por primera vez, a bárbaros como colonos y soldados (algo que a larga acabaría con el imperio). Quebrantada la paz por los bárbaros en el 177, Marco Aurelio emprendió una nueva campaña, en el curso de la cual sucumbió a la peste que desde el 166 asolaba el imperio, que pasó a regir su hijo Cómodo.

Marco Aurelio murió el 17 de marzo de 180 en la ciudad de Vindobona (la actual Viena), en compañía de su hijo y sucesor Cómodo, nombrado César en el 166 y con el compartió gobierno desde el 177.

Tras su muerte fue deificado y sus cenizas se transportaron a Roma, donde permanecieron en el Mausoleo de Adriano. Se construyó además una columna conmemorando sus victorias contra los sármatas y los germanos.

Cómodo, su hijo, se convirtió en un líder político y militar paranoico, tremendamente egoísta y afectado por problemas neuróticos. Por esta razón, la muerte de Marco Aurelio ha sido considerada como el fin de la época de mayor prosperidad del Imperio, conocida como la Pax Romana.

Por la parte que nos toca, sus escritos filosóficos, su pensamiento, es realmente sensacional. Su gran obra fue “Meditaciones”, escrita en griego helenístico, en doce libros, durante las campañas de la década de 170, considerada como un monumento al gobierno perfecto. Su estilo, influido sin duda por los maestros estoicos, carece, sin embargo, de la dureza dogmática de Epícteto, de quien adoptó el elogio de la libertad humana, o del tono docto y académico de Séneca.

Por el contrario, sus pensamientos son mucho más personales, íntimos y críticos. La obra se basa en una serie de reflexiones inspiradas por su experiencia cotidiana. Y, como hemos dicho, la influencia estoica es clarísima, en especial la del esclavo liberto Epicteto. Algo que no deja de ser curioso y sintomático de la valía de este señor. Un emperador inspirado en un esclavo. No en vano,  detestaba el poder despótico al que él mismo denominó, irónicamente, «cesarizar».

Marco Aurelio  prestó especial atención a la muerte y la vida, con ideas que rozan el existencialismo del siglo XX. Por ejemplo: "Vivimos por un instante, sólo para caer en el completo olvido y el vacío infinito de tiempo de esta parte de nuestra existencia" o esta otra cita: “Piensa en lo que han hecho, tras pasar una vida de implacable enemistad, sospecha, odio... ahora están muertos y reducidos a cenizas". 

O esta: “La vida del hombre es una simple duración, un punto en el tiempo, su contenido una corriente de distancia, la composición del cuerpo propensa a la descomposición, el alma un vórtice, la fortuna incalculable y la fama incierta. Las cosas del cuerpo son como un río y las cosas del alma como un sueño de vapor, la vida es una guerra y la fama después de la muerte, solo olvido."

A pesar de estas reflexiones sobre la vida y la muerte, Marco Aurelio fue un defensor racional de la virtud.
Tras la muerte de Marco Aurelio, se considera que el estoicismo entra en decadencia. Las sucesivas crisis políticas, económicas y militares que asuelan el Imperio romano durante el siglo III tienen como consecuencia una revalorización de la espiritualidad que el estoicismo no puede afrontar, surgiendo el Neoplatonismo, que, a partir del 250 d. C., desplazará al estoicismo como principal doctrina de las élites.

El giro cultural de esta época provoca que el plan de vida estoico pase a ser negativamente considerado. Igualmente, el auge del cristianismo afecta negativamente a todas las escuelas filosóficas helenísticas, al ser rechazadas muchas de sus enseñanzas por contrarias a la doctrina cristiana.

Para el año 300, la única capaz de objetar algo al cristianismo es el neoplatonismo, y el triunfo de aquél sentencia definitivamente al movimiento helenista en general, que formalmente concluye en el 529 d. C., cuando Justiniano cierra las escuelas filosóficas de Atenas (el Liceo, la Academia, la Stoa).

Mas info y fuentes por aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Estoicismo, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Marco_Aurelio, aquí: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marco_aurelio.htm, aquí: http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/marco-aurelio_meditaciones.html (la obra “Meditaciones”, completa) aquí: http://homepage.mac.com/eeskenazi/marco.html y aquí: http://ec.aciprensa.com/m/marcoaurelio.htm.

ASÍ HABLÓ ZOROASTRO. PARTE 3. EL FIN DEL MUNDO. EL JUICIO FINAL.


Perpetrado por Oskarele

Zoroastro defendió que al final el mal seria destruido y prevalecería el bien. En su doctrina hace especial hincapié en el final de los tiempos, convirtiéndose en la primera escatología sistemática de la historia de las religiones, y que, además, ejercería una influencia importantísima sobre las especulaciones apocalípticas del judaísmo, el cristianismo y el Islam, pues enseñaba, grosso modo, que tras el fin del mundo habría una resurrección general, tras la cual las fuerzas del bien y del mal tendrían que someterse a una prueba de fuego y metal fundido.

Aunque no está mu claro en los Gathas si esta prueba conllevaría la destrucción del Angra Mainyu, el espíritu maligno, y sus secuaces, los daevas, el resultado del juicio seria el establecimiento definitivo del reino de Ahura Mazda, la divinidad única, así como la proclamación de una edad de oro del orden. En ese “Mundo renovado”, ya fuera físico o espiritual, solo tendrían cabida los buenos y los justos, y su recompensa final estaría condicionada solamente por las elecciones éticas que hubieran hecho en la vida en la Tierra.

¿A qué os suena esto?

Aparte de esta gran “consumación”, al completarse el ciclo actual del mundo, e iniciarse un nuevo ciclo libre de todo mal, habría, además, un juicio individual inmediatamente después de la muerte de cada uno, en el que cada hombre, como responsable de sus actos en la Tierra, tendrá que dar cuenta de ellos y será el balance resultante el que decida su destino: si se ha portao bien y practicaba los buenos pensamientos, palabras y acciones, indicadas por Zoroastro, adquirirá un caudal de meritos que, transferidos a su cuenta celestial, le harían solvente y le darían el aprobado en el día del juicio final.

Si esos meritos anotados en su cuenta celestial compensaban sus malas acciones, en el cuarto día después de palmar, pasarían sin dificultad el puente “chinvat” (el separador entre “la casa de la mentira” y la “casa del canto”, el paraíso). Para los que hayan sido chungos, y se han dejado llevar por el mal, este puente se iría estrechando paulatinamente, hasta ser del grosor del filo de una navaja… por lo que terminarían perdiendo el equilibrio y acabarían precipitándose  a las profundidades de un lago ardiente. Los buenos, en cambio, lo cruzarían sin problemas y entrarían en el cielo. Pero si en la balanza la cosa se queda en el medio irían al “hainestakans”, un estado intermedio, entre la Tierra y las estrellas, donde estarían hasta el juicio final.

Esta doctrina esta intimamente relacionada con lo explicado en el artículo anterior, el libre albedrio moral, la libre elección entre las tentaciones del bien y del mal. Así pues, el hombre se curra su propia salvación, lo que siembre en esta vida lo recogerá en la otra. Y nadie podrá decidir o alterar el resultado, ni oraciones ni sacrificios podrían alterar la justicia del proceso.

Posteriormente, en los Avestas posteriores, esta movida se complicaría con la conversión de los espíritus gemelos (el bien y el mal), en dos dioses opuestos, Ahura Mazda, el bien, llamado ahora Ormuz, y Angra Mainyu, creador de todo lo malo, a quien se le da el nuevo nombre de Ahrimán, que, a diferencia del demonio en las tradiciones judeocristianas, era el creador material de los daevas a él sometidos, así como de ciertos animales malos o nocivos, como las serpientes, los lobos, las hormigas y la langosta, así como de los hombres de carácter diabólico y de la brujería, la magia negra y la enfermedad.

Sería una concepción doble, dualista, gobernada por dos divinidades distintas e independientes la una de la otra, con sus respectivos ejércitos de seguidores y seres. Eran iguales en poderío y eternidad. En efecto, uno de los escritos mas reciente del Avesta, el “Vendidad”, nos presenta a Ahura Mazda explicándole a Zoroastro como Angra Mainyu trastocó todos sus planes para hacer de Persia un paraíso terrenal introduciendo en ella el frio riguroso en invierno y el calor excesivo en verano, y todos los demás males que tenían que soportar los de la zona, así como las enfermedades que eran, nada más y nada menos, 99.999 en total.

De todos modos se creía en la victoria última y definitiva de Ormuz.

Otro escrito bastante reciente, el “Bundahish” o “Creación original”, del siglo IX de nuestra era, expone una teoría de la edades del mundo, idea que se remonta al siglo V a. C. Propone que en el tiempo, cuya duración total es de 12.000 años, existen cuatro periodos de 3.000 años cada uno. El primero estuvo dominado por los “fravashis”, espíritus ancestrales que después actuarían como genios guardianes de los hombres y de otros espíritus. El segundo periodo traería la aparición del primer hombre y del primer buey, y también fue cuando los arcángeles formaron el cuerpo de Zoroastro, aunque no se presentaría como personaje histórico hasta el último periodo. En el tercero predominaron las fuerzas del mal y fueron creados los progenitores de la humanidad, de quienes descienden los fundadores de la dinastía irania.

El cuarto periodo, inaugurado por la fundación del zoroastrismo, aun no ha culminado: a intervalos de 1000 años Zoroastro será seguido de tres “salvadores”, el último de los cuales, el Saoshyant, o mesías, nacido sobrenaturalmente de una virgen que beberá de un lago cuyas aguas conservan el semen de Zoroastro, instaurará en el mundo un nuevo orden glorioso.

Y entonces resucitaran los muertos y llegará el juicio final, que procederá a separar los buenos de los malos.

Después se creará un nuevo cielo y una nueva tierra en los que el bien, la alegría y la paz reinarán para siempre.

Como veremos en el artículo siguiente, los parecidos con la doctrina apocalíptica de la religiones de Abraham son mas que claros.

Mas info y fuentes: aquí: http://www.homohominisacrares.net/php/zoroastro.php, aquí: http://www.portalplanetasedna.com.ar/la_cultura16.htm, aquí: http://www.filosofia.org/zgo/hf2/hf21021.htm, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Zoroastro, aquí: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/z/zaratustra.htm, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Zoroastrismo.

ASÍ HABLÓ ZOROASTRO. PARTE 2. EL BIEN Y EL MAL, GEMELOS PELEADOS


Perpetrado por Oskarele

 “Cuando dudes si un acto es bueno o malo, abstente de practicarlo”

Casi todo lo que sabemos sobre Zoroastro, su obra y sus enseñanzas se deriva, principalmente, de los “Gathas”, una colección de himnos contenida en la primera y más antigua parte del “Avesta”, una recopilación de escrituras zoroástricas que, en su versión más conocida en la actualidad, fue confeccionada durante el reinado de Sapor II (309-379). Sin embargo, desde entonces se han perdido partes importantes, especialmente después de la caída del Imperio persa, cuando el zoroastrismo es sustituido por el islam. La copia más antigua de los textos data de 1288.

Como hemos dicho, la parte más antigua del “Avesta” son los “Gathas”, una serie de himnos transmitidos oralmente durante siglos, en verso, y que fueron escritos en un dialecto más antiguo y con un metro diferente al empleado en el resto del Avesta (conviene señalar que la lengua de los Gāthā es muy próxima a la del Rig Vedá, y sus lectores pueden comprenderla)

Se dice que pudieron se compuestos por el propio Zoroastro, pero no está demostrado. En estos himnos aparece como un sacerdote al que Ahura Mazda le habría dado la misión de renovar la antigua religión, abandonando el culto a las divinidades más antiguas a favor de este único Dios, así como la de preparar a la humanidad en una lucha sin tregua contra las fuerzas del mal, personificadas en los Daevas.

Ahura Mazda sería, pues, el único dios del Bien, la encarnación de la Luz, de la Vida y de la Verdad. Zaratustra condena el culto del haoma (soma) y, entre otros, el sacrificio del Toro que es el animal más sagrado reconocido por Zaratustra. Además elimina la condición divina del fuego, para hacerlo un símbolo concreto de la Luz. En lo sucesivo el fuego no se venera como un dios, sino como un aspecto principal de Ahura Mazda.

En muchos aspectos esta divinidad, Ahura Mazda, es semejante al Varuna indio, El Que Todo Lo Sabe, con quien probablemente se identificaba en sus orígenes. Pero Zoroastro, y he aquí su gran aportación, lo presentó como creador universal y mantenedor del bien y del mal, el Eterno y el Puro, así como “La única verdad”.

Observen el claro paralelismo entre este novedoso Dios Único y la  metafísica platónica, donde las ideas son eternas, puras y única fuente de verdad, y en la que gracias a la acción de un Demiurgo, un ser creador, que las usa como modelo, se crea todo lo sensible.

Bueno, pa ser exactos, habría que decir que no es la única divinidad.

Más bien es la más grande y la más importante, ya que hay otras cuantas que le son subordinadas, como los Amesha Spenta, seis categorías divinas, que algunos interpretan como atributos suyos personificados, aunque para otros son seres divinos creados por él. Serian: Vohu Manō: Buen Pensamiento. Asha Vahishta: Mejor Rectitud. Xshathra Varya: Imperio Deseable.  Spenta Armaiti: Benéfico Pensamiento Perfecto.  Haurvatāt: Integridad. Ameretāt: No-Muerte.

Luego están Spenta Mainyu, el espíritu santo y benéfico, opuesto a Angra Mainyu, el espíritu malvado primigenio, encarnación de las tinieblas y la muerte.

Más que enemigos, estos dos espíritus son gemelos, uno bueno y otro malo, que confluyen en Mazda, pero no se dicen que fueran creados por él, sino que existían antes de la creación del mundo.


Esta es una de las principales claves de la doctrina de Zoroastro es precisamente esto: la sempiterna lucha entre el bien y el mal, anterior y paralela a la divinidad, que posteriormente si sería el Dios del Bien, pero que en un principio se consideraba como principios en sí, al margen de Mazda, pero que, como creador de todo, al final, siempre prevalece, por lo mismo que el bien siempre debe prevalecer al mal.

Los Daevas serian los hijos de Angra Mainyu, el espíritu malvado, y buscan perder al hombre a través de malos pensamientos, palabras y acciones. Por eso el deber de los hombres elevados consiste en resistir esas poderosas tentaciones y destruir el mal mediante la correcta elección.

Es importante mencionar que cuando Mazda creó al hombre, según la doctrina de Zoroastro, lo creo con libertad de elección moral, con libre albedrio, algo que heredará posteriormente la tradición judeocristiana. Así, el ser humano tiene ante sí a ambos espíritus, tiene dos opciones. La buena elección es seguir el camino de Spenta Mainyu y convertirse al bien, a la verdad, a la justicia y a la bondad, siguiendo el ejemplo de Ahura Mazda; la opción de elegir a Angra Mainyu le llevará a la mentira, al mal sentir, al odio, que son las características del mal camino.

Con la elección acertada, aquellos que obedecen la ley (ashavan) de Mazda colaboran en su victoria final sobre el mal.

“Los dos espíritus primigenios que se revelaron como gemelos en la visión, son lo Mejor y lo Malo en el pensamiento, la palabra y la acción. Y entre uno y otro los prudentes escogen con acierto, pero los necios no”

Ahora bien, ¿En que consiste hacer el bien?

La moral zoroastrista se resume en la frase "buenos pensamientos, buenas palabras, buenos actos" (“Humata, Hukhta, Hvarshta” en avéstico y “Pendar-e Nik, Goftar-e Nik, Kerdar-e Nik” en persa moderno). Pero, a un nivel más pragmático, consiste en decir siempre la verdad, repudiar la vida nómada, labrar la tierra, cultivar cereales y frutas, tratar con cariño a los animales domésticos y regar los campos secos, porque “el que no es labrador no tiene parte en la buena nueva”. Esta identificación de la agricultura con la vida honesta procede del hecho de que los admiradores de Mazda, así como, posiblemente, el propio Zoroastro, eran granjeros sedentarios que tenían que defenderse del pillaje de los nómadas del norte, los turanios, a quienes consideraban seguidores del mal, que intentaban robar su ganado para sacrificarlo en honor a los daevas (hay que recordar que en los indoarios de la India, los Daevas eran las divinidades buenas, opuestos a los ashura, que eran los malos)

Es precisamente contra estos turanios contra los que lucho en guerra santa, llegando a perder la vida en el campo de batalla.

Las otras partes del Avesta son claramente posteriores a los Gāthā. Particularmente los himnos denominados Yasht, donde se ve el resurgir del panteón que había querido eliminar Zaratustra. Son la fuente de información más importante sobre la mitología irania. A pesar de su contradicción los Gāthā y los textos del Avesta reciente son venerados de la misma forma por el zoroastrismo.

Mas info y fuentes: aquí: http://www.homohominisacrares.net/php/zoroastro.php, aquí: http://www.portalplanetasedna.com.ar/la_cultura16.htm, aquí: http://www.filosofia.org/zgo/hf2/hf21021.htm, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Zoroastro, aquí: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/z/zaratustra.htm, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Zoroastrismo.

ARISTÓTELES. SOBRE SU OBRA


Perpetrado por Oskarele

Como discípulo claro de Platón, por un lado, y como el más grande, influyente y leído filosofo de la antigüedad, al mismo nivel que su maestro, es obvio que es necesario comparar la obra de ambos. Pa empezar hay que dejar claro que si bien los escritos platónicos estaban dedicados al gran público y apenas queda nada de sus lecciones internas en la academia, con Aristóteles pasa lo contrario: nos han llegado sus obras escritas para uso interno del Liceo y, curiosamente se han perdido la mayor parte de sus obras publicas, que, al igual que las de Platón, estaban escritas en forma de diálogo.

Este hecho marca claramente los estilos literarios de ambos: las obras de Platón son más fluidas y estéticas, pues estaban pensadas para el público en general, mientras que las de Aristóteles son más toscas y esquemáticas, al ser resúmenes de las lecciones impartidas en el Liceo. Es más, si encontramos esa fluidez en sus diálogos, obras de juventud realizadas a la sombra de su maestro Platón y que no están exentas de ciertas gracias literarias.

Andrónico de Rodas, director de la escuela aristotélica entre el 78 y 47 a. C., en el siglo I a. C., divulgó para el gran público las obras de Aristóteles, estableciendo una clasificación cronológica que se mantuvo posteriormente durante siglos.

A él se debe la famosa división entre escritos exotéricos y esotéricos (públicos o internos), con la consiguiente leyenda de la doble doctrina, y también el nombre de los libros de Metafísica: los que van después de la Física.

Posteriormente se corregirían algunos errores de su datación, pero básicamente se suele emplear esta estructura en la actualidad:

1) Primer período (368-348 a. C.). La época en la que estuvo en la Academia platónica, en la que sigue fielmente sus principios, con estas obras:

- "Eudemo" o "Sobre el alma" (un diálogo en el que se mantiene la teoría de las Ideas y la inmortalidad del alma)
- "Protréptico" (carta en la que también se mantiene la teoría de las Ideas)

2) Segundo período (348-335 a. C.): desde que pasa de la Academia hasta que vuelve a Atenas tras pasar de Alejandro Magno, periodo en el que se aleja de Platón y crea su propio pensamiento, con estas obras:

- "Sobre la filosofía" (crítica la teoría de las Ideas, al menos en su interpretación matemática que las identifica con los números)
- "Ética a Eudemo" (se atribuye a sus años en Assos, ateniéndose aún a la concepción platónica de la virtud)
- "Del cielo" (Cosmología)
- "De la generación y la corrupción"
- Se atribuyen también a esta época algunos de los libros de la "Metafísica" (W. Jaeger) y de la "Política"

3) Tercer período (335-322): La época en el Liceo, periodo al que pertenecen la mayor parte de sus obras, destacando claramente la orientación empirista y científica de su pensamiento en contraposición a la filosofía metafísica de Platón. Muchas de estas obras no formaban unidades, si no que eran lecciones independientes, posteriormente agrupadas. Destacan las siguientes obras:

A) Lógica
- "Categorías" (Sobre los géneros supremos del ser y del decir)
- "Sobre la interpretación" (Sobre el enunciado y la proposición)
- "Primeros analíticos" (Los silogismos)
- "Analíticos posteriores" o "segundos" (La demostración científica)
- "Tópicos" (Los recursos silogísticos para solventar cualquier dificultad)

B) Metafísica
- Los libros "Metafísicos”. Componen el tratado del ser en cuanto ser, es decir, la ontología aristotélica.

C) Obras científicas
- "Física" (Tratado sobre la naturaleza. Análisis del cambio)
- "Meteorológicos"
- "Historias de los animales" (Zoología: un conjunto de estudios a los que dedicó la mayor parte de su actividad y que para algunos es su obra maestra)
- "Del movimiento de los animales"
- "De la generación de los animales"
- "Sobre el alma" (La psicología)
- "Parva naturalia" (conjunto de pequeños tratados sobre la percepción, la memoria, el sueño...)

D) Ética y política
- "Gran moral"
- "Ética a Nicómaco" . Obra que contiene la doctrina ética de Aristóteles.
- "Política". Exposición del pensamiento aristotélico sobre la organización social y política.
- "Constituciones" . Análisis de numerosas constituciones de las polis de su época.

E) Estética
-"Retórica" (El arte de convencer)
-"Poética" (Sobre la creación artística, obra perdida en su mayor parte)

ARISTÓTELES. SOBRE SU VIDA


Perpetrado por Oskarele

“En los hombres la experiencia proviene de la memoria. En efecto, muchos recuerdos de una misma cosa constituyen una experiencia. Pero la experiencia, al parecer, se asimila casi a la ciencia y al arte. Por la experiencia progresan la ciencia y el arte en el hombre” (Metafísica, Libro I, cap. I.)

Aristóteles fue un filósofo griego de los más importantes, junto a Sócrates y Platón, su maestro, y sus ideas han ejercido una gran influencia en la historia intelectual, científica y del pensamiento de occidente. Su obra es vastísima, tocando todos los palos del conocimiento, desde la filosofía de la ciencia a la estética, pasando por la lógica, la metafísica, la ética, la retorica y la física.

A lo largo de una serie de artículos vamos a tratar la maravillosa aportación al mundo del pensamiento y de las ciencias por parte de Aristóteles, empezando, como siempre, con un ligero esbozo sobre su vida y obra, para luego continuar analizando las principales ideas y aportaciones de su filosofía.

Aristóteles nació en el 384 a. C. en la ciudad de Estagira (por esto le llamaban el Estagirita), en Tracia, según nuestro compañero de viaje Diógenes Laercio, quien nos dice además que era hijo de Nicómaco y Efestiada, y que su padre ejercía la medicina en la corte del rey Amintas III de Macedonia, "por causa de la medicina y por amistad", lo que se ha tratado de asociar con el posterior interés naturalista de Aristóteles.

Diógenes describe a Aristóteles como "el discípulo más legítimo de Platón, y de voz balbuciente... que tenía las piernas delgadas y los ojos pequeños, que usaba vestidos preciosos y anillos, y que se cortaba la barba y el pelo". (Vidas de filósofos ilustres, libro V, 1).

No sabemos mucho de su juventud, pero lo cierto es que cuando contaba 17 primaveras, en el 367 a. C.  Fallece su padre y fue enviado a Atenas por su tutor, Proxeno de Atarneo, por entonces el centro intelectual del mundo griego, para que estudiase en la Academia de Platón, donde permanecería los siguientes veinte años, hasta el 347 a. C., fecha de la muerte de Platón. Mucho se ha especulado sobre la supuesta mala relación entre ambos, pero, a tenor de los escritos de Aristóteles, en los que trata a su maestro con sumo respeto y admiración, no parece probable. Lo que sí se produjo es un distanciamiento en cuanto a las teorías filosóficas, a pesar de que en un principio Aristóteles atravesó por una fase profundamente platónica, antes de desarrollar sus propias concepciones filosóficas.

Tras palmar Platón, en el 347 a. C., la academia pasó a estar a cargo de su sobrino, Espeusipo, sobrino de Platón, que provocó un giro místico-religioso a las actividades de la misma, lo que no fue del agrado de nuestro protagonista, que se piró (hay quien dice que el motivo fue en realidad no haber sido elegido el sucesor de Platón). Sea como sea, se marchó en compañía de su colega Jenócrates, a Assos, en Asía Menor, donde reinaba el tirano Hermias, (antiguo amigo y compañero en la Academia), fundando allí una sección de la Academia que él mismo dirigió durante tres años. Aquí fue donde comenzó a desarrollar sus teorías y sus primeras opiniones contrarias a los planteamientos platónicos (en especial contra la teoría de las Ideas, como podemos comprobar en la obra de esta época “Sobre la filosofía”).

También allí contrajo matrimonio con Pythia, hija adoptiva o sobrina de Hermias, con la que llevó una vida feliz hasta la muerte de ésta, que no se sabe mu bien cuando fue. Lo que sí sabemos es que después se enrolló con Herpilis, con la que tuvo un hijo llamado Nicómaco, como su pare.

Tras el asesinato de Hermias, en el 345 a. C., se trasladó a Mitilene, en la isla de Lesbos, entrando allí probablemente en relación con Teofrasto, que sería posteriormente el más destacado discípulo y continuador de su obra de. Allí continuó con su actividad filosófica hasta que en el año 343 a. C.  fue llamado por Filipo de Macedonia para hacerse cargo de la educación de su hijo Alejandro, el futuro Alejandro Magno, que tenía entonces trece años, probablemente por la amistad y parentesco con Hermias, aliado de Filipo.

Allí permaneció siete u ocho años, hasta el 336-5, cuando Alejandro subió al trono, regresando entonces Aristóteles a Atenas, donde fundaría su propia escuela del saber, el famoso Liceo (llamado así por estar situado dentro de un recinto dedicado al dios Apolo Licio). Se trataba también de una comunidad filosófica, pero en esta las clases eran públicas y gratuitas. El edificio tenía un jardín y un paseo (perípatos) del que los aristotélicos recibirán el nombre de “peripatéticos”, ya sea porque Aristóteles impartiera sus enseñanzas paseando, como recoge Diógenes Laercio ("... tomó en el Liceo un sitio para pasear, y paseando allí hasta la hora de ungirse los atletas, filosofaba con sus discípulos, y de este paseo fue llamado peripatético"), o porque, simplemente, se impartieran dichas enseñanzas en el paseo.

Por aquella época, Alejandro Magno, realiza sus famosas campañas militares, que entre otras cosas producen la unificación de Grecia y la pérdida de independencia para las polis, entre las que se encontraba Atenas. Como Aristóteles fue su preceptor, comenzó a ser considerado un personaje no grato para muchos. La cosa se puso más chunga cuando Alejandro palmó, en el 323 a. C., sintiéndose fuertemente amenazado por los crecientes sentimientos antimacedónicos.

Así, “para que los atenienses no vuelvan a pecar contra la filosofía” (en referencia a la condena de Sócrates), Aristóteles dejó la ciudad y viajó a Calcis, en la isla de Eubea, donde murió al año siguiente, en 322 a. C., por causas naturales, supuestamente, una enfermedad del estómago.

PLATÓN. PARTE 8. LA CIUDAD Y EL BUEN GOBIERNO


Perpetrado por Oskarele

Para Platón al ser humano no le queda otra que vivir en sociedad. Es su forma natural de vivir. No es autosuficiente, ni económicamente ni moral o espiritualmente. El ser humano tiene inclinaciones naturales hacia el amor, la amistad, la empatía y la convivencia… y estos instintos solo se pueden desarrollar en comunidad.

Esto en un mundo como el de la antigua Grecia era algo obvio, hasta el punto de que difícilmente se podría concebir la vida del hombre manteniéndose ajena al Estado, aunque también se le daba una enorme importancia al individualismo.

Platón de alguna propondrá la necesidad de que el estado tenga una estructura paralela a la estructura del alma humana. La comunidad, para funcionar perfectamente, tiene que funcionar como el individuo. Por eso en su obra, sobre todo en la “República” establece un paralelismo entre la moral individual y la moral colectiva. Lo que vale para el uno vale para el “todos”.

Un punto esencial es determinar que es la “justicia”, entendida como el principio básico sobre el que tiene que descansar el estado ideal. Pero ya sabemos lo difícil que le resultada a esta gente encontrar una definición clara  y concisa de un término, mucho más cuando es un término moral.

Lo cierto es que la experiencia demuestra que no ha existido ninguna ciudad justa.



¿Cómo tendría que ser una sociedad ideal según Platón? Pa empezar tiene que ser una que atienda a las necesidades básicas de sus miembros relacionadas con la subsistencia. Como los hombres nacen con diferentes capacidades o desarrollan diferentes oficios, lo suyo es que cada uno desarrolle lo que posee por naturaleza o lo que ha aprendido. Así se tienen que cubrir todas las labores básicas con diferentes oficios: carpinteros, granjeros, agricultores, herreros…

Pero hay un “poblema”: conforme la sociedad crece se hace necesaria la obtención de más recursos, por lo que se tiene que expandir por los territorios anexos… lo que suele llevar a la guerra. Y para esto tiene que haber una casta de hombres dedicados a estas labores a tiempo completo. Serán los “Guardianes de la ciudad”.

Pero, no solo de pan vive el hombre.

El ser humano necesita también satisfacer otras tendencias de su naturaleza relacionadas con el arte, la poesía, la diversión en general, etc... El fin de la ciudad, que comienza siendo estrictamente económico, no se limita a la producción de bienes, sino que se encamina más bien a hacer posible una vida feliz para el hombre.

Y de coordinar todo esto tienen que encargarse unos gobernantes, que formarían la tercera clase social junto a los currantes y a los guerreros guardianes. Pero cada una de estas clases ha de tener unas características distintas a las que poseen en la sociedad actual, lógicamente, pa empezar, que todas las clases están formadas tanto por hombres como por mujeres, que tenían idéntica valía (esto es un planteamiento bastante cercano a la Comunidad Pitagórica, que planteaba una igualdad extrema)

En un planteamiento curiosamente cercano a planteamientos revolucionarios posteriores, la clase de los currantes, que en el estado ateniense apenas obtenía beneficio de su trabajo, siendo la clase más baja y puteada, en este estado ideal platónico pasa a ser la que posee las mayores riquezas, además de ser la única que puede tener acceso a la propiedad privada, tanto de los medios de producción como de la vivienda… y de la familia.

Los guerreros, en cambio, no tienen acceso a todo esto. Y no deja de ser lógico, pues para evitar caer en tentaciones, como usar la fuerza para acaparar riqueza o dar más importancia a la defensa de lo propio que a la defensa de lo comunitario, no puede tener nada: ni propiedad, ni familia, ni ná.

Y lo mismo pasa con los gobernantes.

Pero ¿Cómo hacemos pa saber que individuos pertenecen a cada clase? En la sociedad de Platón las clases sociales se definían por el origen familiar. Pero en esta sociedad, lógicamente, no puede ser así. Aunque si tiene un componente innato esta movida: así como el alma tiene tres partes, correspondientes cada una con una virtud, la sociedad tiene tres clases, correspondientes a su vez con estas tres virtudes y con las tres partes del alma.

La virtud de la clase obrera, según Platón, sería la templanza (la parte concupiscible, básica, del alma), es decir, el disfrute con moderación de los bienes materiales; la virtud propia de la clase de los guerreros es la valentía (la parte irascible del alma) y la virtud propia de los gobernantes es la sabiduría (la parte racional del alma).

Así, según la parte del alma que mas predomine perteneceremos a una clase social u otra.

Y la justicia, en esa sociedad ideal, será dada por el equilibrio entre esas tres fuerzas y clases sociales.

La criba se hará mediante un proceso educativo que ira seleccionando y clasificando a los individuos, en función de su tipo de alma, siendo la educación más importante la de los gobernantes.

Así, todos, niños y niñas, recibirán inicialmente la misma formación, dirigida por el estado, no por sus familias, centradas en torno a la música y la poesía. El estudio del ritmo y la armonía suscitará en ellos una elevación hacia la comprensión y el respeto de las obras bellas y puras, lo que les alejará del vicio. El amor por la belleza desarrollará en ellos la generosidad, la grandeza de alma, la moderación y el coraje.

A esto hay que añadir una fuerte educación física, pues haciendo fuerte y ágil al cuerpo, se hace ágil y fuerte al alma. Por eso también es muy importante el cuidado de la alimentación.

A lo largo del proceso educativo se irá produciendo una criba, pues muchos niños abandonaran sus estudios por resultarles difíciles y tediosos, mientras que otros avanzaran entusiasmados. Y esta criba viene determinada, como ya hemos dicho, innatamente por la parte del alma que prevalezca en el sujeto. Y así se llegará al nivel máximo de la escala educativa, en el que se formará a los gobernantes con la ciencia máxima, la dialéctica, que llevará al conocimiento de las ideas.

Así, la tarea de gobernar será cosa de los filósofos, los que mediante la dialéctica logren ver la autentica realidad del mundo de las ideas.

PLATÓN. PARTE 5. ANTROPOLOGIA PLATONICA: EL ALMA INMORTAL


Perpetrado por Oskarele

Ya hemos dejado claro que, para Platón, conocer la realidad es conocer las ideas. Como estas no son objetos empíricos, la realidad no puede ser conocida por la experiencia que proporcionan los sentidos. Solamente la razón puede acceder a la verdad verdadera.

Pero ¿Cómo es posible tal conocimiento?

Para entender esto es preciso entender como es la concepción platónica del ser humano.

La concepción del hombre en Platón está también inspirada en la teoría de las Ideas. Como no…

El hombre tiene una naturaleza dual: tiene un cuerpo y tiene un alma.

El cuerpo pertenece al mundo empírico de los sentidos, y, por lo tanto, está sujeto al cambio y la destrucción.

Es corruptible y mortal.

El alma, en cambio, hunde sus raíces en el mundo de las ideas: es eterna, y por lo tanto, inmortal y trascendente.

Existía antes y existirá después de nosotros.

El hombre es el resultado de una unión "accidental" entre el alma y el cuerpo, dos realidades distintas que se encuentran unidas en un solo ser de modo provisional, de tal modo que lo más propiamente humano que hay en el hombre es su alma, a la que le corresponde la función de gobernar, dirigir, la vida humana.

Tanto la concepción del alma como la de sus funciones en relación con el cuerpo sufrirán diversas modificaciones a lo largo de la obra de Platón, aunque se mantendrá siempre la afirmación de su unión accidental.

Como hemos dicho, al tener raíces en el mundo de las ideas, el alma debe tener conocimiento de ese mundo del que proviene… pero ese conocimiento parece haberlo olvidado cuando se encarna en este mundo. Pero precisamente por esto, al ser olvidado y no perdido, es posible rescatarlo con el trabajo y la formación adecuada.

Así, el verdadero aprendizaje, el verdadero conocimiento, es un recuerdo.

La idea de que el alma es inmortal y transmigra le viene a Platón, casi con toda seguridad, de los pitagóricos. A su vez éstos la habían tomado con probabilidad del orfismo, movimiento de carácter religioso y mistérico que se desarrolla en Grecia a partir del siglo VIII, y cuya creación fue atribuida a Orfeo. Se trataba, al parecer, de una renovación del culto dionisíaco que se proponía alcanzar la purificación a través de rituales ascéticos, en la creencia de la inmortalidad y transmigración (metempsícosis) de las almas, que se encontrarían encerradas en el cuerpo como en una prisión.

Pero, para quienes no fueran próximos al orfismo o al pitagorismo, la afirmación de la inmortalidad del alma no podía dejar de ser una afirmación sorprendente. De ahí la necesidad de Platón de demostrar dicha inmortalidad.

Las referencias a la inmortalidad del alma, así como los primeros intentos por abordar su demostración, los encontramos en los llamados diálogos de transición; aunque será en los diálogos de madurez, (en el Fedón, Fedro...), en donde se desarrollen las pruebas fundamentales, siendo ratificada la creencia en la inmortalidad del alma en uno de los diálogos de vejez, en el “Timeo”.

El “Menón” tiene por objeto la investigación acerca de si la virtud es enseñable. ¿Cómo podremos saber si la virtud es enseñable, o no, si no sabemos antes lo que es la virtud? Antes de decidir si tal objeto posee o no tal cualidad es necesario saber qué es ese objeto, por lo que la discusión se encamina hacia la búsqueda de la definición universal de virtud. Pero esto es algo muy difícil, que nos lleva a entrar en una espiral en la que nunca podemos alcanzar el conocimiento (pues lo estamos buscando en el mundo de los sentidos).  La alternativa que propone Sócrates, y que dice haber conocido a través de una sacerdotisa experta en las cosas divinas, es la de una nueva explicación del conocimiento: la teoría de la reminiscencia.

Aprender no es apropiarse de algo ajeno al alma, sino recuperar lo que el alma ya poseía de alguna manera, es decir, recordar lo que desde luego ya sabía.

¿Cuándo ha conocido el alma lo que recuerda?

Puesto que no ha sido en esta vida ha tenido que ser necesariamente en una vida anterior, de donde se sigue que el alma es inmortal.

En el “Fedón”, diálogo en el que se relata la conversación que tuvo Sócrates con sus amigos el último día de su vida, se discute también el tema de la inmortalidad del alma.  Al principio Sócrates afirma dos cosas: a) que estamos en la vida colocados en un lugar por voluntad de los dioses y b) que el filósofo debe aspirar a abandonar, esta vida. Parecen afirmaciones contradictorias, así que Sócrates demostrar que el verdadero filósofo debe afrontar la muerte con valentía y que puede esperar una vida feliz en el otro mundo.

¿Por qué el verdadero filósofo no debe temer la muerte? Porque ella le libera del cuerpo, que es un obstáculo para el alma en la búsqueda de la verdad. Pero, para que el filósofo, liberado del cuerpo, pueda alcanzar la verdad únicamente con su alma, es necesario que ésta sea inmortal.

De ese modo es como Sócrates se halla obligado a demostrar la inmortalidad.

Una vez hecha la demostración, Sócrates saca las consecuencias morales: los buenos serán recompensados y los malos castigados en el otro mundo.

Los argumentos para demostrar la inmortalidad del alma en el Fedón son los siguientes:

1.    El argumento de los contrarios está basado en una vieja concepción de la cultura griega según la cual los contrarios proceden unos de otros, combinada con la creencia de que nuestras almas van de aquí a otro mundo y que de ese otro mundo retornan a este. Las almas vivientes procederían, entonces, de almas muertas, y éstas de aquellas.

2.     El segundo argumento está basado en la teoría de la reminiscencia, y es similar al que se propone en el "Menón", con la particularidad de que aquí ya hay una referencia clara a la teoría de las Ideas. Si se admite que existen las Ideas y que el conocimiento es el recuerdo de éstas, entonces el alma ha tenido que existir antes de esta vida.

3.    El tercer argumento también está basado en la teoría de las Ideas. Si existen las Ideas entonces tenemos dos tipos de existencia: el de las Ideas y el de las cosas. Si la naturaleza del alma le confiere el papel de conocer las Ideas (Formas) y dirigida al cuerpo, ha de ser semejante a las Ideas o Formas, por lo que ha de ser simple y no compuesta. Ahora bien, lo simple es incorruptible, por lo que el alma de ser inmortal.

4.    Hay todavía un cuarto intento por demostrar la inmortalidad del alma, apoyándose, esta vez, en la idea tradicional de que el alma es el principio vital de los seres: todo lo que tiene alma tiene, pues, vida, y la vida acompaña necesariamente al alma; sería contradictorio admitir que el principio vital "muere", por lo que la alma ha de ser inmortal.

En el “Fedro” encontramos un nuevo argumento sobre la inmortalidad del alma, basado en la idea de que el alma es el origen de todo movimiento; se establece una equivalencia entre vida y movimiento, siendo el origen de ambos el alma, la única realidad que tiene capacidad de moverse a sí misma sin necesidad de la acción de una fuerza exterior:

"Toda alma es inmortal. Pues aquello que está siempre en movimiento es inmortal. Todo aquello que mueve a otra cosa siendo, a su vez, movido por otra cosa, cuando cesa su movimiento, cesa también su vida. Sólo aquello que se mueve a sí mismo, al no fallar nunca, tampoco cesa nunca de moverse, sino que es la fuente y principio del movimiento para todas las otras cosas que mueve. Pues el principio nunca comenzó a existir.”

PLATÓN. PARTE 2. OBRA


ByOskarele

Ni están todos los que son, ni son todos los que están… se dice que tenemos todos los Diálogos de Platón, lo que no quiere decir que todos los Diálogos con su nombre que han llegado hasta nosotros sean suyos… ahora veremos porque.

Lo que sí es cierto es que Platón elige el diálogo como forma de expresión de su pensamiento; quizá como tributo a su maestro Sócrates a quién, por lo demás, convierte en interlocutor de prácticamente todos ellos; o quizá por el influjo de su época.

Su obra se puede dividir en varios períodos, según distintos criterios, siendo una de las clasificaciones más aceptadas la cronológica:

1. Diálogos de juventud (de los 28 a los 38 años) (399-389), dominados por los temas de carácter socrático, en los que se mantiene fiel a lo enseñado por Sócrates. La mayor parte de estos diálogos terminan sin llegar a ningún resultado definido… es el característico “no saber nada”. Esta es la época de los viajes a Megara, Cirene, Egipto e Italia y los diálogos serian estos:

- Apología de Sócrates (defensa de Sócrates durante su juicio)
- Critón (Sócrates en la cárcel sobre problemas cívicos y lo injusto de su condena)
- Laques (sobre la valentía)
- Lisis (sobre la amistad)
- Cármides (sobre la templanza)
- Eutifrón (sobre la Piedad)
- Ión (contra los poetas y los rapsodas)
- Protágoras (¿Es enseñable la virtud?)



2. Diálogos de transición (de los 38 a los 41 años) (389-385), en los que ya se empieza a alejar de la senda socrática, comenzando a introducir elementos de su propia cosecha, algunos de los cuales apuntan ya hacia la teoría de las Ideas. Tiene lugar en ésta época el primer viaje a Siracusa (Sicilia) a la corte de Dionisio primero y la amistad con Dión. Serán estas obras

- Gorgias (Sobre retórica y política)
- Crátilo (Sobre la significación de las palabras)
- Hipias mayor y Menor (Sobre la belleza el primero, y sobre la verdad del segundo)
- Eutidemo (Sobre las falacias de los sofistas)
- Menón (¿Es enseñable la virtud? Pues si)
- Meneceno (parodia sobre la retórica)

3. Diálogos de madurez (de los 41 a los 56 años) (386-370), en las que ya encontramos el pensamiento de Platón en toda su dimensión, donde ya la influencia de Sócrates es mínima. Es la época de Academia en Atenas y serán estas obras:

- Fedón (Sobre la inmortalidad del alma, el último día de Sócrates en prisión)
- Banquete (Sobre el amor y la belleza)
- República (Sobre política y otros asuntos: metafísicos, gnoseológicos, etc.)
- Fedro (Sobre el amor, la belleza y el destino del alma)

4. Diálogos críticos y de vejez (de los 56 a los 80 años) (370-347), en los que revisa alguna de sus ideas y se muestra algo más pesimista:

- Parménides (defensa de la teoría de las ideas frente a las críticas recibidas)
- Teeteto (Sobre el conocimiento real, fuera de los sentidos)
- Sofista (Lenguaje, retórica y conocimientos)
- Político (Sobre política y filosofía. El verdadero gobernante es el que sabe)
- Filebo (sobre la relación entre el placer y el bien)
- Timeo (sobre ciencia natural y cosmología. En él aparece por primera vez el Demiurgo)
- Critias (sobre el estado ideal agrario contrastado con el poderío marítimo imperialista. Aquí aparece el mito de la Atlántida...)
- Las Leyes (La ciudad ideal, revisión pesimista de la República)
- Carta VII (en esta carta Platón nos presenta su conocida y breve autobiografía)


Los personajes de los diálogos son generalmente personajes históricos, como Sócrates, Parménides de Elea, Gorgias o Fedón de Elis, aunque a veces también aparecen algunos de los que no se tiene ningún registro histórico aparte del testimonio platónico. Cabe destacar, además, que si bien en muchos diálogos aparecen discípulos de Sócrates, Platón no aparece nunca como personaje. Solamente es nombrado en Apología de Sócrates y en Fedón, pero nunca aparece discutiendo con su maestro ni con ningún otro.

Ya en la antigüedad se formularon sospechas en torno a la autoría de algunos de estos diálogos. Algunos atribuían el “Alcibiades II” a Jenofonte. Otros rechazan la autoría de las “Leyes” o incluso de la “República”…  en la actualidad la crítica especializada afirma que, sin duda, los diálogos más importantes, como el “Fedón”, “El banquete”, “La república” o el “Timeo”, son sin duda suyos. Lo que sí es probable es que muchos de los diálogos menores no lo sean, como el citado “Alcibiades II”, el de los “Amantes” o el “Minos”.

SÓCRATES. EL FILÓSOFO. PARTE 2: EL PUEBLO DE ATENAS VS. SOCRATES


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Melitos coge el micro y dice “Melitos, hijo de Melitos, del demo de Pithhos, acusa a Sócrates, hijo de Sofronicos, del demo alopecense, bajo juramento, de las siguientes cosas: Sócrates es culpable: primero, de NO HONRAR A LOS DIOSES que honra la ciudad, por introducir nuevas y extrañas prácticas religiosas; y, segundo, de CORROMPER además A LOS JOVENES. El acusador pide la pena de muerte”

Os cuento el final: Sócrates, finalmente murió por culpa de este tal Melitos. Y por culpa del pueblo de Atenas. Y en última instancia, por su culpa. El genio, cuando contaba 70 añicos, aceptó serena y orgullosamente su destino, se bebió la cicuta, y se fue.

Sócrates, al igual que, por decir alguien, Jesucristo, tenía que morir como murió para convertirse en quien es. Para convertirse en el arquetipo del filosofo que prefiere morir antes que renegar de sus principios e ideas. Lo podía haber evitado, y no lo hizo.

Vamos a ver qué pasó:

Lo que sabemos de este proceso contra Sócrates se lo debemos, principalmente, a dos fuentes: la “Apología de Sócrates al jurado” de Jenofonte y la “Apología de Sócrates” de Platón, ambos colegas y discípulos del juzgado. En ambas obras se muestra como se defendió Sócrates del tribunal y del pueblo que le juzgaba. De ellas podemos deducir que pasó realmente.

Se juzgó y condeno al maestro, pero se le condenó porque se creyó ver en él  a una figura representativa de la sofistica, movimiento filosófico sobre el que hemos hablado un par de capítulos atrás. Estos sofistas, con sus ideas relativistas y desintegradoras habían estado relacionados con las políticas (la dictadura de los Treinta) que habían contribuido a hundir a Atenas. Los sofistas eran acusados precisamente de lo que fue acusado Sócrates, de dudar de los dioses, de cuestionar la autoridad paterna y de relativizar los más simples principios de la sociedad. Además, dos políticos, Alcibiades y Critias, habían sido colegas y discípulos de Sócrates, y ambos estaban denostados en aquel momento.

La multitud, que al fin y al cabo es la que decidía el veredicto, no supo distinguir la sutil diferencia entre Sócrates y los sofistas. Para la masa su actividad era similar. Pero a pesar de esto, era difícil que  obtuviera la culpabilidad y casi imposible la pena de muerte. Para salvar ambas cosas, Sócrates tenía que humillarse.

Y no lo hizo.

Hay que entender una cosa IMPORTANTÍSIMA para comprender lo que pasó: el maldito sistema judicial griego. En aquel entonces la cosa funcionaba, grosso modo, así: primero se hacia una votación en el tribunal popular (formado por 501 personas) en el que se decidía si era culpable o inocente.

Sócrates fue declarado culpable por 281 a 220.

Después la acusación proponía una condena y la defensa otra. Y de nuevo se votaba cual de las dos condenas era la definitiva.

Aquí fue donde la lio Sócrates:
El Melitos ese que le acusaba pidió la pena de muerte. Casi nadie apostaba porque esta iba a ser la condena elegida. Una contrapropuesta congruente (como el destierro o el pago de una fianza, o un poco de talego) hubiese sido aceptada. Sócrates, simplemente, tenía que admitir su culpabilidad y proponer una pena para sí mismo.

Y esto no sucedió: Sócrates, orgullosa y coherentemente, no aceptaba el veredicto, no aceptó ser culpable, no quiso proponer una condena alternativa.

Así que al tribunal no le quedó otra que condenarlo a muerte.
No tengo estadísticas a mano, pero seguro que pocas personas se han visto con la oportunidad de ser absueltos de una pena de muerte por admitir ciertas contradicciones en su actitud ante la vida. Pocos seres serian capaces de mantener sus principios aunque la vida se la estuviesen jugando como hizo Sócrates.

La sentencia se dio por mucha mas mayoría que la que le había declarado culpable. La ejecución se demoro cerca de un mes, tiempo suficiente para que los colegas de Sócrates tramasen una huida, a la que, de nuevo coherente, se negó, afirmando que sería contrario a sus principios.

En el “Fedón” de Platón se cuenta como fue el ultimo día: Sócrates pasó el ratico charlando con sus colegas tebanos, Cebes y Simias, acerca de la inmortalidad del alma. Cuando se bebió la cicuta (planta que posee unos alcaloides la hostia de tóxicos), y yacía moribundo dijo: “Critón, le debemos un gallo a Esculapio; págaselo, pues, no lo descuides”.

Cuando el veneno le llegó al corazón, hizo un movimiento convulsivo y murió… “Y Critón, al advertirlo, le cerró la boca y los ojos. Tal fue, oh Ejécrates, el fin que tuvo nuestro amigo, hombre del que podemos asegurar que fue el mejor de todos los de su tiempo que hemos conocido, y además, el más sabio y el más justo”

HERÁCLITO DE ÉFESO. EL OSCURO


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El oscuro de Éfeso”, como era también llamado Heráclito, nació en torno al año 535 a. C. para fallecer en el 484 a. C. Se sabe que procedía de una familia aristocrática, siendo su padre, al parecer el jefe político de su ciudad, Éfeso, en la costa occidental de Asia Menor. Pero sabemos muy poco de su vida, como ya va siendo habitual con todos estos filósofos presocráticos.

Era apodado el oscuro por su enigmático y extraño carácter, que impregnaba también sus ideas y su filosofía, que, desgraciadamente apenas han sobrevivido hasta nuestros tiempos, de no ser por sus seguidores y detractores, ya que apenas quedan algunos fragmentos originales de su obra “De la naturaleza”, que trataba de una gran cantidad de temas, que van desde la política a la teología, sin que se trata realmente de un libro de filosofía sistemática, sino más bien de una recopilación de aforismos e ideas sobre diferentes reflexiones.

Muchos consideran que realmente no escribió nada, sino que sus enseñanzas fueron exclusivamente orales, siendo sus discípulos los encargados de reunir lo esencial de sus ideas en esos pequeños aforismos que perduran. Diógenes dice de él: “Fue admirado desde niño, y siendo mancebo decía «que no sabía cosa alguna»; pero cuando llegó a la edad perfecta decía que «lo sabía todo». De nadie fue discípulo, sino que él mismo se dio a las investigaciones, y decía haberlo aprendido todo por sí mismo.

Parece ser que sus ideas políticas eran contrarias a la democracia de corte ateniense y que formaba parte de un reducido grupo de nobles que simpatizaba con los persas, a cuyos dominios pertenecía Éfeso en aquellos tiempos, contra la voluntad de la mayoría de sus vecinos, a los que no tenia en demasiada estima, sobre todo, según nos dice nuestro amigo Diógenes, porque expulsaron de la ciudad a su amigo Hermedoro: “Reprendió vivamente a los efesinos porque habían echado a su compañero Hermodoro, diciendo: «Todos los efesinos adultos debieran morir, y los impúberes dejar la ciudad, entendido de aquellos que expelieron a Hermodoro, su bienhechor, diciendo: ninguno de nosotros sobresalga en merecimientos; si hay alguno, váyase a otra parte y esté con otros.

Esta decepción hacia sus congéneres humanos le llevó, según Diógenes a retirarse a los montes, manteniéndose con hierbas que encontraba por ahí.

Esta fue la causa de su hidropesía, según este autor, una enfermedad que consiste en la retención de líquidos en los tejidos del vientre, síntoma de un mal funcionamiento de las funciones digestivas y renales.

Diógenes dice que, enfermo, regresó a la ciudad, “preguntaba enigmáticamente a los médicos «si podrían de la lluvia hacer sequía». Como ellos no lo entendiesen, se enterró en el estiércol de una boyera, esperando que el calor del estiércol le absorbiera las humedades. No aprovechando nada esto, murió de sesenta años

SU OBRA
Heráclito, siguiendo lo habitual en los filósofos de la época, se plantea la naturaleza del mundo que le rodea. Para él “Este cosmos no lo hizo ningún dios ni ningún hombre, sino que siempre fue, es y será fuego eterno, que se enciende según medida y se extingue según medida.” El cambio, el devenir, se produciría entonces por la oposición de los contrarios: “Conviene saber que la guerra es común a todas las cosas y que la justicia es discordia y que todas las cosas sobrevienen por la discordia y la necesidad.

Pero no es algo arbitrario ni caótico, sino algo ordenado y armónico. Es la unidad de los elementos opuestos.

Es la unidad de todo lo real.

El fuego eterno seria el sustrato ultimo de la naturaleza y de la materia. Todos los seres serian transformaciones y derivaciones de este primitivo fuego, y a su vez, todo se acaba convirtiendo en fuego etéreo. Serian pues dos corrientes: una de arriba abajo (transformación del fuego primitivo en materia) y otra de abajo a arriba (transformación de las piedras en agua, de esta en vapor, de este en aire…)

Todo sale del fuego, y tarde o temprano, vuelve a él.

La idea de que el mundo y la realidad están sometidos a un devenir y a un cambio constante no es nada nuevo.

Todos los presocráticos se quedaron con eso, con observaciones como “todo fluye” o “no te puedes bañas dos veces en el mismo rio”. Heráclito fue quizás el primero en considerar que es tan importante el cambio como la estabilidad que subsiste, aunque posteriormente seria malinterpretado como un relativista radical, sobre todo por Platón.

Así el motor del cambio seria la lucha de los contrarios, la perpetua oposición, lucha conducida y guiada por el “logos”, proporción y medida de todo, principio básico del orden del universo, que expresa la coherencia que subyace en las cosas. Aquí es donde interviene el filosofo, que ha de introducir el orden en lo que aparece caótico y cambiante, así, el orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible, mejor que la visible», aunque Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas viva relegada a su propio mundo, incapaces de ver el real. Si bien Heráclito no despecha el uso de los sentidos (como Platón) y los cree indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y que es igualmente necesario el uso de la inteligencia, como afirma en el siguiente fragmento:

Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas visibles, de la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole: cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos llevamos

Mas info y fuentes aqui: http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=625, aqui: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/heraclito.htm y aqui: http://es.wikipedia.org/wiki/Her%C3%A1clito