El último reducto del MATRIARCADO en China LOS MOSU


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Zha Shi, aldeano de una familia mosu que ha vivido por generaciones en la región del lago Lugu, tierra natal de la única sociedad matriarcal existente en China, comenta sobre los cambios que ha sufrido su pueblo en los últimos tiempos que “el turismo nos enriquece la vida, pero al mismo tiempo nos trae otras cosas que nos hace sentirnos perplejos y afligidos. En algunos de nosotros ha surgido el egoísmo, la persecución de la fama y el beneficio, y los jóvenes tienen cada vez más la idea de repartir los recursos familiares y vivir aparte”.

El lago Lugu, ubicado en la confluencia de las provincias sudoccidentales de Yunnan y Sichuan, es una zona de paisajes y lugares históricos de gran fama nacional, conocido como el “último reino de la sociedad matriarcal de la humanidad”. Los mosuos, que han habitado generación tras generación a la orilla de este lago durante los últimos 1500 años, son uno de los pocos pueblos conocidos que conservan hoy en día rasgos típicos de una sociedad matriarcal. Son una rama de la etnia naxi que cuenta con una población de más de 30 mil personas. Los miembros de esta comunidad tienen como lazo principal de parentesco la sangre de la madre, y el matrimonio es inexistente, sino que tienen un sistema en el cual la mujer conserva a los hijos y el hombre, que vive con su propia madre, la visita en su hogar.

En los últimos años, los atractivos turísticos del lago Lugu se han incrementado sin cesar. Las estadísticas revelan que en 2008, la ciudad de Lijiang recibió 6,25 millones de turistas nacionales y extranjeros, con unos ingresos derivados del turismo de 6.900 millones de yuanes. A pesar de que esto ha aumentado la riqueza de la región, el turismo ha erosionado también gravemente los principios y costumbres de la cultura de los mosuos.

Con el fin de proteger esta cultura única, las autoridades locales han iniciado la construcción de un “reino de las mujeres” dotado con 3.600 millones de yuanes, que toma como núcleo la cultura de la sociedad matriarcal y el lago Lugu, con el propósito de minimizar la influencia foránea que trae el turismo a la región.

Según el plan, el “reino de las mujeres”, situado en el centro de la zona de paisajes del lago Lugu, dista sólo 1,5 kilómetros de la costa y cubre una superficie de 450 hectáreas. El proyecto, de tres fases, se terminará en cinco años y formará una zona ecológica y cultural que permitirá un tipo de turismo no agresivo con los valores culturales de la etnia y con el entorno natural, siendo capaz de recibir un total de 5.000 personas al día.
“El reino de las mujeres” tiene también la ventaja de que proporcionará trabajo a los lugareños y aliviará la presión de la contaminación de las aguas del lago por parte del turismo, comentó Zhang Jun, responsable del proyecto. Según él, bajo la influencia de la cultura foránea, algunos mosuos empiezan a reconsiderar su propia cultura, y el modo de producción y de vida ha pasado de estar basado en la labranza de la tierra y la pesca a tener como componente esencial el turismo, modificándose tanto la distribución del trabajo como la vida de las familias. Las ancianas, que ostentaban el poder en la tribu, están siendo reemplazadas por jóvenes varones que saben hablar el chino y tienen más posibilidades de comunicarse con el exterior.

Durante un tiempo, un 90 por ciento de los hoteles caseros de la aldea fue adquirido por comerciantes foráneos con la intención de hacer negocio. Esto, sin embargo, separó a los turistas del conocimiento de las costumbres de la etnia mosuo, propiciando la invasión de otros valores sociales e incluso ha conducido a los jóvenes a considerar la cultura de mosuo como algo inferior.

Zhang Wenyin, subdirector del Departamento de Comunicación de la Municipalidad de Lijiang, dijo: “El proyecto del “reino de las mujeres” constituye una buena forma de resolver el difícil problema de conjugar conservación y desarrollo. Ello depende de si los servicios turísticos ofrecidos pueden o no demostrar de manera clara el concepto de libertad, amor, responsabilidad, armonía y felicidad reflejados en la cultura de la sociedad matriarcal. Es necesario que en la mente del turista estén presentes de forma clara las características propias del lago Lugu, y que aprenda a respetarlas. Esto contribuirá también a elevar la imagen del “reino de las mujeres” como recurso esencial del turismo del lago Lugu, imposible de construir en otro lugar.

El lago Lugu se convirtió en 1994 en una zona turística de categoría provincial, pero sin embargo, debido a diversos motivos, el desarrollo del turismo en la zona fue por un tiempo muy desordenado, lo que perjudicó los recursos ambientales y la conservación de la cultura local. En octubre de 2004, el gobierno provincial de Yunnan convocó una reunión de trabajo sobre protección medioambiental del área en cuestión e invirtió más de 80 millones de yuanes en el saneamiento del lago Lugu.

Extraído de http://spanish.china.org.cn/travel/txt/2009-07/23/content_18189341.htm

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