En definitiva “este hombre extraordinario de talentos y conocimientos y de todo aquello q pueda merecer la consideración personal… riqueza y beneficencia” q llego a declarar “tengo la naturaleza en mis manos, y como Dios, q creo el mundo, puedo hacer surgir de la nada cualquier cosa q quiera” dejó a su muerte una estela de fama legendaria q no ha dejado de crecer an sin q sepamos muy bien cuales fueran los meritos para tal reconocimiento.
Poco después de su fallecimiento, fueron aquellos a los q importunaba, aquellos mismos q en vida le trataron de charlatán, los primeros en promover su “canonización”; por medio del menoscabo y la ironía no hicieron sino difundir las cualidades más atrevidas sino disparatadas q se le adjudicaron en vida
“yo sabía bien q muchos grandes y gentes de pueblo se dejaban embaucar por este hombre q no poseía ni verdadero arte ni ciencia… q sabía un montón de cosas pero de nada a fondo… lo bastante audaz para hacer sospechar q lo sabía todo… no solo estaba en condiciones de mejorar el cuero o la lana… tenia la reputación de saber hacer oro… había encontrado el secreto de rejuvenecer, incluso de no morir” pero teniendo q reconocer q “fue considerado como un dios, y atrajo la atención de los príncipes”.
En adelante la marca SG fue utilizada de manera desinhibida para participar en todo tipo de anécdotas q o bien le daban por vivo o como aparecido o incluso tomando papel relevante en el conducir de acontecimientos pasados, como la revolución francesa, siendo instigador o valiente y frustrado opositor según fuera la preferencia del autor folletinesco; un servidor del diablo o un importante representante de la logia blanca en su cruzada por la luz a través de los tiempos.
“Corrió un día el rumor de q el conde de Saint Germain, el más enigmático de todos los incomprensibles se encontraba en Viena…”
“el laboratorio está abierto… Saint Germain está sentado a la mesa, leyendo tranquilamente a Paracelso… ellos se quedan mudos en el umbral…ambos hombres saben bien q esta aparición no puede ser otra q la del hombre de los milagros… parecia como si un aura de esplendor lo envolviese. Una dignidad soberana se desprendía de él…entonces SG adopto gradualmente un aspecto solemne. Durante algunos segundos devino rígido como una estatua; sus ojos siempre inexpresablemente vivos, se obscurecieron, sin color ni fuego… `me voy… se me necesita en Constantinopla y posteriormente en Inglaterra, para preparar dos inventos q se utilizaran el siglo q viene; los ferrocarriles y los barcos a vapor… las estaciones sufrirán gradualmente cambios… es la detención gradual del tiempo mismo, q anuncia el fin de un ciclo´” según relato de Franz Gräffer, escritor vienes, q nos hace participes a mediados del SXIX de un supuesto encuentro mantenido por su hermano, cincuenta años atrás, con el mismísimo conde q ya por entonces se suponía muerto.
Más tarde, algo más tarde sería una mujer, de nombre igual de sugestivo y grandilocuente q nuestro héroe, Madame Blavatsky, fundadora de la teosofía con sus ideas, mixtura interesada del cristianismo, el saber egipcio y el legendario oriente, quien catapulta a SG, “el más grande adepto oriental q haya visto europa en el curso de los últimos siglos” en sus propias palabras, a la cumbre del movimiento de maestros ascendidos cuya labor es la de guiar a la humanidad hacia la plenitud; “uno de los seres invisibles mas encantadores q han tomado la máscara de Blavatsky en la composición de Isis sin velo” según su sucesor.
Primer rosacruz, masón, iluminado o illuminati, ascendido, ángel… la fábula, la historia se abrazan con naturalidad como lo propio e impropio en el mundo de los sueños para terminar por ofrecer un arquetipo; como Enoch, Maitreya, Merlín o Lao-Tse; su retrato muestra el logro de la transcendencia humana; la superación del rígido y consuntivo régimen material por la consciencia; la consecución de la verdadera piedra filosofal q nos ha de revertir a un estado de eterna infancia, de inagotable curiosidad y paz, el autentico secreto de la inmortalidad, el verdadero edén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario