EL MECANISMO DE ANTICYTHERE
En el año 1900, unos pescadores de esponjas descubren el pecio de una nave romana, auna profundidad de 42 metros, cerca de la costa norte de la isla griega de Anticythere.
Entre las numerosas ánforas, estatuas de bronce y de mármol, trajeron monedas de bronce corroídas, engastadas en los restos de una caja de madera que no se conservó.
Y entre todo ello aparecio este extraño elemento: El conjunto mide aproximadamente 21 centímetros por 16 y 5 de espesor.
Después de limpiarlo de su capa de poso calcáreo y de coral, las inscripciones permiten fechar el conjunto alrededor del 80 antes de Jesucristo, lo que corresponde con la edad de los diversos objetos domésticos encontrados, a pesar de la mayor antiguedad de unas estátuas.
Las ruedas dentadas y las graduaciones hacen pensar primero en un astrolabio y es catalogado así en el museo de Atenas.
Es uno de los primeros mecanismos de engranajes conocido, y se diseñó para seguir el movimiento de los cuerpos celestes. De acuerdo con las reconstrucciones realizadas, se trata de un mecanismo que usa engranajes diferenciales, lo cual es sorprendente dado que los primeros casos conocidos hasta su descubrimiento son del siglo XVI.
De acuerdo con los estudios iniciales llevados a cabo por Derek Price, historiador de la Universidad de Yale, el dispositivo era una computadora astronómica capaz de predecir las posiciones del Sol y de la Luna en el zodíaco, aunque estudios posteriores sugieren que el dispositivo era bastante más “inteligente”.
Empleando técnicas de tomografía lineal, Michael Wright, especialista en ingeniería mecánica del Museo de Ciencia de Londres, ha realizado un nuevo estudio del artefacto. Wright ha encontrado pruebas de que el mecanismo de Anticitera podía reproducir los movimientos del Sol y la Luna con exactitud, empleando un modelo epicíclico ideado por Hiparco, y de planetas como Mercurio y Venus, empleando un modelo elíptico derivado de Apolonio de Perga.
No obstante, se sospecha que parte del mecanismo podría haberse perdido, y que estos engranajes adicionales podrían haber representado los movimientos de los otros tres planetas conocidos en la época: Marte, Júpiter y Saturno. Es decir, que habría predicho, con un grado más que respetable de certeza, las posiciones de todos los cuerpos celestes conocidos en la época.
¡ Objeto curioso en el supuesto desierto tecnológico de los griegos !
De paso diremos que en el siglo II antes de Jesucristo, Herón de Alejandría había escrito un tratado de construcción de autómatas hidráulicos, y que anteriormente, en el siglo IV antes de Jesucristo, Archytas de Tarente habría hecho volar un "pájaro mecánico".
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