Siguiendo con esta nueva sección dedicada a entender y explicar un poco mejor como funciona este sistema económico en el que vivimos, nos enfrentamos hoy a un nuevo concepto, bastante abstracto y complejo. El mercado. Los mercados. Si, esos de los que se habla tanto últimamente con expresiones como: “El miedo atenaza a los mercados” o “Nuevo ataque de los mercados a la deuda española”.
Hay diferentes formas de afrontar este término desde el punto de vista económico. Básicamente, el mercado, es la arena en la que se baten las empresas y corporaciones por vender, en competencia no siempre libre y legal, sus productos y servicios.
Pero también está el “mercado financiero”, que es el que nos interesa en este momento.
Éste sería el campo de batalla en el que se enfrentan por vender y comprar las acciones o participaciones en las empresas y estados. Es lo que se conoce como “mercados de valores”. Lo que viene a ser la bolsa.
También están los que se conocen como “mercados de derivados”. Un derivado financiero, es bueno decirlo, es un producto cuyo valor se basa en el precio de otro activo, de ahí su nombre. Por ejemplo, el valor futuro del oro se basa en el precio del oro actualmente. Los subyacentes utilizados pueden ser muy diferentes, acciones, índices bursátiles, valores de renta fija, tipos de interés o también materias primas.
Los mercados financieros están afectados por las fuerzas de oferta y demanda.
Cuanta más demanda exista de las acciones de una empresa, mas alto es el valor de estas acciones. Y al revés, supuestamente.
Cuanto más beneficio de una empresa, por otro lado, más tienen que valer sus acciones, en teoría.
Esto no siempre es así, pues hay muchos más factores en juego.
Especialmente dos: el rumor y la información velada.
En los mercados financieros la información se traduce en beneficios. Por eso los rumores cobran protagonismo.
Para entenderlo mejor, un ejemplo: imagina que eres un accionista particular, y te enteras que la empresa FABRICODINERO S.A. se va fusionar con otra, convirtiéndose en la líder del sector. Pero esa información aun la tenéis muy pocos. Ese es el momento para comprar acciones a un precio mucho menor de lo que costarán cuando la fusión sea conocida públicamente.
Pero también influye el rumor, como ya hemos dicho, pues imaginad que la información que recibís no es segura, si no algo que habéis escuchado por ahí. Según la fiabilidad que se le dé al rumor se invierte o no.
Por esto, queda claro, que el que tenga mayor acceso a información privilegiada y mayor criterio para acertar con el rumor triunfa en este loco mundo de la especulación bursátil.
Por otro lado, hay que dejar claro que existen diferentes protagonistas en esto que llaman “los mercados” (financieros)
Por un lado están los accionistas normales, más grandes o más chicos, personas individuales o empresas. Los que juegan en bolsa directamente.
Luego están los que juegan indirectamente.
Esto se puede hacer de varias maneras.
Una de ellas son los “Fondos de inversión”. En estos casos particulares o empresas ponen pasta a disposición de empresas de inversión o bancos para que con su pasta inviertan en acciones de otras empresas o en bonos estatales.
Aquí existen dos formas diferentes, básicamente de invertir: interés (renta) variable o fijo. El fijo es un interés acordado por las partes inalterable. Por ejemplo: inviertes 100 pavos a un 3% durante un mes. Resultado, pillas 103 pavos, 3 de beneficio. El riesgo es nulo, pues el interés es fijo. No puedes perder.
El interés variable depende del éxito con la inversión efectuada. Se puede ganar mucho o perder mucho. El interés varía según el mercado y según el acierto en la inversión.
Tras los fondos de inversión, los siguientes protagonistas son los fondos de pensiones, que vienen a ser lo mismo, con la salvedad de que la inversión se hace con la esperanza de recuperar el capital invertido y unos suculentos intereses para cuando nos llegue el momento de jubilarnos. La renta también puede ser fija o variable.
Ambos tipos de fondos representan una ventaja increíble para el mercado financiero, pues se trata del dinero de millones de “personas normales”, puesto en el juego en la gran ruleta de la especulación bursátil. Juegan con nuestro dinero, con lo cual, si se pierde pasta, se pierde la nuestra. Y ellos ganan siempre, pues se llevan su comisión por dejarnos jugar.
Luego están los fondos soberanos, vehículos de inversión creados por países ricos en materias primas o con superávit fiscal. Suelen actuar a largo plazo y destinan su dinero tanto a deuda (pública y privada) como a renta variable. Los 15 mayores fondos soberanos manejan activos valorados en 2,5 billones de euros. Los principales fondos corresponden a Abu Dhabi, Noruega, Arabia Saudí, China, Kuwait, Singapur, Rusia y Catar. Mirados con recelo hace unos años por Occidente por su opacidad y carácter estatal, los fondos soberanos son ahora cortejados por empresarios y gobernantes debido a su abundante liquidez.
Y también están los fondos de alto riesgo. Se basa en apostar por inversiones arriesgadas con la intención de comprar barato y vender caro. Pura especulación.
Por supuesto, esto es inmensamente más complejo y laberintico.
Kafkiano.
En fin, una locura. Un extraño mecanismo donde los actores en escena son millones de personas, desde megacorporaciones a muchos de nosotros que tenemos planes de pensiones o pasta a plazo fijo. Unos con mas pasta, otros con menos, pero todos jugando en este volátil juego.
Por eso, todos somos mercado.
Los mercados somos nosotros.
Mas info y fuentes por aquí: http://www.elpais.com/articulo/economia/manos/mecen/mercados/elpepieco/20110804elpepieco_9/Tes, aquí:http://es.wikipedia.org/wiki/Mercados_financieros, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Mercado_de_valores, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Forex, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Derivados_financieros.
Por un lado están los accionistas normales, más grandes o más chicos, personas individuales o empresas. Los que juegan en bolsa directamente.
Luego están los que juegan indirectamente.
Esto se puede hacer de varias maneras.
Una de ellas son los “Fondos de inversión”. En estos casos particulares o empresas ponen pasta a disposición de empresas de inversión o bancos para que con su pasta inviertan en acciones de otras empresas o en bonos estatales.
Aquí existen dos formas diferentes, básicamente de invertir: interés (renta) variable o fijo. El fijo es un interés acordado por las partes inalterable. Por ejemplo: inviertes 100 pavos a un 3% durante un mes. Resultado, pillas 103 pavos, 3 de beneficio. El riesgo es nulo, pues el interés es fijo. No puedes perder.
El interés variable depende del éxito con la inversión efectuada. Se puede ganar mucho o perder mucho. El interés varía según el mercado y según el acierto en la inversión.
Tras los fondos de inversión, los siguientes protagonistas son los fondos de pensiones, que vienen a ser lo mismo, con la salvedad de que la inversión se hace con la esperanza de recuperar el capital invertido y unos suculentos intereses para cuando nos llegue el momento de jubilarnos. La renta también puede ser fija o variable.
Ambos tipos de fondos representan una ventaja increíble para el mercado financiero, pues se trata del dinero de millones de “personas normales”, puesto en el juego en la gran ruleta de la especulación bursátil. Juegan con nuestro dinero, con lo cual, si se pierde pasta, se pierde la nuestra. Y ellos ganan siempre, pues se llevan su comisión por dejarnos jugar.
Luego están los fondos soberanos, vehículos de inversión creados por países ricos en materias primas o con superávit fiscal. Suelen actuar a largo plazo y destinan su dinero tanto a deuda (pública y privada) como a renta variable. Los 15 mayores fondos soberanos manejan activos valorados en 2,5 billones de euros. Los principales fondos corresponden a Abu Dhabi, Noruega, Arabia Saudí, China, Kuwait, Singapur, Rusia y Catar. Mirados con recelo hace unos años por Occidente por su opacidad y carácter estatal, los fondos soberanos son ahora cortejados por empresarios y gobernantes debido a su abundante liquidez.
Y también están los fondos de alto riesgo. Se basa en apostar por inversiones arriesgadas con la intención de comprar barato y vender caro. Pura especulación.
Por supuesto, esto es inmensamente más complejo y laberintico.
Kafkiano.
En fin, una locura. Un extraño mecanismo donde los actores en escena son millones de personas, desde megacorporaciones a muchos de nosotros que tenemos planes de pensiones o pasta a plazo fijo. Unos con mas pasta, otros con menos, pero todos jugando en este volátil juego.
Por eso, todos somos mercado.
Los mercados somos nosotros.
Mas info y fuentes por aquí: http://www.elpais.com/articulo/economia/manos/mecen/mercados/elpepieco/20110804elpepieco_9/Tes, aquí:http://es.wikipedia.org/wiki/Mercados_financieros, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Mercado_de_valores, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Forex, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Derivados_financieros.
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