PARTE 50. UNA CLAVE EN NUESTRA HISTORIA: LOS DOSSIERS SECRETS. PARTE 1. GENEALOGÍA DE LOS REYES MEROVINGIOS


Perpetrado por Oskarele

En enero de 1964 se entregó en la Biblioteca Nacional de París el primero de los documentos conocidos como “Les Dossiers Secrets”, de los que hicimos una introducción en el artículo anterior. Se titulaba así: “Généalogie des Rois Mérovingiens et Origine des diverses Familles Françaises et Etrangères de Souche Mérovingienne d’Après L’Abbé Pichon, le Docteur Hervé et les Parchemins de l’Abbé Saunière de Rennes-le-Château (Aude)” que viene a significar “Genealogia de los reyes merovingios y origen de diversas familias francesas y extranjeras de estirpe merovingia, inspirado en el abad Pichon, el Doctor Hervé y los pergaminos del abad Saunière de RLC”.

Toma ya…

La fecha de impresión dice ser “Ginebra, 1956”, lo que lo dataría antes de las visitas de Plantard a RLC, pero no hay nada que demuestre que es de verdad de ese año.

El supuesto autor es Henri Lobineau, un supuesto genealogista. Pero sin duda se trata de un seudónimo, posiblemente relacionado con el historiador del XVIII Gui-Alexis Lobineau (aunque también puede tener relación con una de las calles que pasa por la iglesia de Saint Sulpice de París, llamada así).

En teoría y según el título, el tal Lobineau, utilizó tres fuentes (el abad Pichon, el doctor Hervé y los pergaminos de RLC) para confeccionar esas genealogías de los merovingios. Se sabe que los dos primeros eran historiadores y genealogistas, pero no se sabe si escribieron algo sobre los merovingios. La tercera fuente, la de los supuestos pergaminos de RLC, es la más fascinante, más que nada porque es la primera vez que se relaciona el misterio de Saunière con la estirpe merovingia.

El panfleto consiste en una pesada lista de tablas genealógicas que muestran la supuesta descendencia de los merovingios a través de familias como los duques de Lorena o los condes de Bar. Lo curioso es que la mayoría de ellas son correctas… aunque justo las más dudosas son las que unen a las diferentes casas con la antigua dinastía francesa.

En una de ellas, la tabla 5, aparece una curiosa nota: “Un día, los descendientes de Benjamín dejarán sus tierras, algunos se quedarán. Dos mil años después, Godofredo IV se convertirá en rey de Jerusalén y fundará la Orden de Sión”… para continuar explicando la conexión entre ambas ideas: los francos proceden de la tribu germana de los sicambrios que a su ven proceden de una de las tribus de Israel, los benjaminitas, que se fueron de Palestina a Arcadia (En Grecia), para acabar finalmente en el Rhin.
Así plantea que los merovingios eran los descendientes de los benjaminitas. Pero también afirma que hasta Clodoveo eran “reyes paganos del culto a Diana”, para luego convertirse al cristianismo “por necesidad”.

¿Pero qué pasa con la afirmación que hace de que Godofredo de Bouillon? Recordemos que este fue uno de los líderes de la Primera Cruzada, y que se convirtió en rey de Jerusalén tras morir su hermano Balduino. Según el texto del supuesto Lobineau, como este era descendiente de merovingios y benjaminitas, y estos habían vivido precisamente en la zona de Jerusalén, al tomar el poder allí tomó lo que era suyo.

El problema es que para aceptar esto hay que aceptar que los merovingios sobrevivieron tras ser sustituidos por los carolingios en el 751. Lobineau plantea que Dagoberto II, que murió en 679, dejando un heredero de solo tres años, Sigeberto, que desaparece de la historia oficial tras la muerte del padre. Según los Dossiers, sobrevivió, escapó de las garras de Pipino (que supuestamente mató a su padre) y escapó con la familia de la madre a un lugar seguro…

Y que mejor lugar que Rennes-Le-Château, tierra natal de su madre, Gìsele. Allí creció el niño hasta convertirse en Sigeberto II. Y aquí surge la dinastía que unos siglos después dará lugar a Godofredo IV.

Por lo tanto, y según esto, el supuesto secreto que encontró Saunière y que lo hizo rico son esos famosos pergaminos encontrados en el pilar visigótico. El abad se llevó aquellos papeles a París, donde, supuestamente, fueron analizados por el abad Hoffet, que los estudio junto con los citados Pichon y Hervé…

Por último, en este extraño texto, Lobineau sugiere que la fortuna de Saunière tiene su origen en el tesoro oculto de Dagoberto…pero también este fue el origen de su desgracia pues “solo el descendiente legitimo del “Príncipe Ursus” puede tocarlo sin caer en desgracia”… “esta es la leyenda por la que el Evangelio, en los pergaminos, maldice al incrédulo que ose robar un fragmento de este tesoro”.

Como vemos aquí se anticipan ya algunas de las claves que permiten entender el éxito de este misterio, aunque solo hay referencias vagas al Priorato de Sión, aunque se nombra de nuevo a la abadía de Notre-Dame de Mont Sión, en Jerusalén (que ya aparecía en el apéndice de “Los templarios están entre nosotros”, de tres años antes).

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