EL NIÑO DE TAUNG Y LA SEÑORA PLES

Perpetrado por Oskarele

Raymond Dart (1893-1988), anatomista y antropólogo de origen australiano, era jefe del departamento de anatomía de la Universidad de Witwatersrand de Johannesburgo, Sudáfrica, en 1924. Ese año recibió un cráneo pequeño pero casi completo de lo que parecía un niño, con la cara intacta, una mandíbula inferior y lo que se llama “endomolde” (un molde natural del cerebro). Había sido encontrado en una cantera de piedra caliza situada al borde del desierto del Kalahari, en un lugar llamado Taung.

Dart se dio cuenta al momento de que no era un cráneo de un niño “humano”, sino que debía pertenecer a algún tipo de antepasado del hombre.

Pero tampoco parecía un Homo Erectus como el que había encontrado Dubois en Java unas décadas antes, sino algo mucho más antiguo y simiesco.

Además, este individuo, tenía todos los dientes de leche y le estaban terminando de salir las muelas, por lo que calculó que tenía que tener unos 3 o 4 años.


Por último, también se dio cuenta de que el cráneo pudo estar posicionado directamente sobre la espina dorsal, indicando una posición erguida, lo que lo alejaba de los simios.

Así que, ni corto ni perezoso, le asignó una antigüedad de dos millones de años y lo denominó “Australopithecus africanus” (que significa algo así como “hombre mono del sur africano”).

Escribió un artículo para la revista Nature (el 7 de febrero de 1925 se publicó) en el que calificaba los restos del “Niño de Taung”, como empezó a ser llamado como “asombrosamente humanos”, planteando que era necesario crear una familia completamente nueva para explicarlo, los Homo simiadae (los simios hombres).

Fue tratado aun peor de lo que lo fue Dubois.


A las autoridades científicas les molestaban casi todos los aspectos de su teoría, así como él mismo. Le echaron en cara ser un presuntuoso por currarse el solico la investigación y el análisis sin pedir ayuda a nadie. Hasta el nombre que eligió, Australopithecus, indicaba para los fieras una falta de precisión académica, al mezclar términos griegos y latinos… pero sobre todo fue criticado porque sus ideas hacían polvo las creencias científicas del momento: todos aceptaban en aquella época que los humanos y los simios se habían “separado” hace unos 15 millones de años en Asia.

Más que nada porque si los humanos hubiésemos salido de África seriamos todos “negroides”, pensaban las lumbreras del momento… por el amor de Dios.

Era sencillamente algo que no encajaba con lo que se conocía por aquella época.

Sólo doce años después, cuando Robert Broom, médico y paleontólogo de origen escocés, hombre de notable inteligencia y de carácter maravillosamente excéntrico (tenia, por ejemplo, la costumbre de hacer su trabajo de campo, cuando hacía calor, totalmente desnudo) descubrió otro ejemplar adulto de la misma especie en la cueva de Sterkfontein, el descubrimiento de Dart fue aceptado, y ambos ejemplares fueron clasificados como Australopithecus africanus, primeros fósiles de la subfamilia australopitécinos, perteneciente a la familia homínidos.

Broom era un paleontólogo consumado, y como también vivía en Suráfrica, pudo examinar personalmente el cráneo del Niño de Taung in situ. Inmediatamente se percató de que era tan importante como suponía Dart y habló con fuerza en defensa de las teorías de este, aunque sin éxito.

Es más, durante el siguiente medio siglo se siguió considerando que el Niño de Taung era un chimpancé. Dart se empeñó en el asunto, hasta el punto de pasarse cinco años escribiendo una monografía que nadie quiso publicar.

El Cráneo del Niño de Taung se pasó años sirviendo de pisapapeles en el escritorio de Dart.



Hoy es considerado como uno de los tesoros más importantes de antropología.

Por otro lado, la carrera de Broom parecía acabada, pero gracias a Dart, que tenía cierta mano con el gobierno sudafricano, consiguió un puesto para Broom como ayudante de Paleontología del Museo de Transvaal en Pretoria, en 1934.

Al final la suerte acabó sonriendo a Broom: en 1937 descubrió unos restos (una mandíbula de gran tamaño), de un proto-humano que en un primer momento se pensó que no pertenecía al género Australopithecus. Lo denominó “Paranthropus robustus” (algo así como semihumano robusto) y lo dató entre 2 y 1,2 millones de años de antigüedad.

Fue la primera especie descubierta del género Paranthropus.

Pero además, poco después, en abril de 1947, hizo una serie de descubrimientos espectaculares, incluyendo fragmentos de seis homínidos en Sterkfontein (denominado hoy en día como “Cuna de la humanidad”, así como “Patrimonio de la humanidad” por la UNESCO), que llamó “Plesianthropus transvaalensis”, pero que más adelante fueron clasificados como adultos de Australopithecus africanus, destacando un cráneo casi completo, que fue coloquialmente llamado “Señora  Ples” (por lo “plesianthropus”).

Tenía un antigüedad de entre 2.6 y 2.8 millones de años. Se debe señalar que el sexo del cráneo no está completamente determinado y que, de hecho, la Sra. Ples puede ser el Señor Ples.




Además, los análisis con rayos X de las raíces de los dientes de la Sra. Ples sugieren que era un subadulto, por lo tanto la denominación de “Señorita Ples” también es posible.

Por aquella misma época, 1946, propuso la subfamilia de los australopitécinos para explicar estos hallazgos. El resto de la carrera de Broom la dedicó a la exploración de estos yacimientos y la interpretación de los numerosos restos de homínidos primitivos que se encontraron.

 EL NIÑO DE TAUNG Y LA SEÑORA PLES JUNTICOS

Mas info y fuentes por aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Raymond_Dart, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Ni%C3%B1o_de_Taung, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Broom, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Paranthropus_robustus y aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Sra._Ples.

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