LA NEOLENGUA ORWELLIANA


Perpetrado por Oskarele

Newspeak en inglés. Al final de la magnífica novela de George Orwell, 1984, encontramos un apéndice titulado “Los principios de la neolengua”, donde se explican las características básicas de esta lengua ideada por Orwell y de la que se habla en muchas ocasiones a lo largo de la obra. Se trata de la “lengua oficial de Oceanía, creada para solucionar las necesidades ideológicas del Ingsoc” y tenía que haber reemplazado al Inglés hacia el año 2050, para lo que se iba reactualizando y generando día a día, en sucesivos diccionarios de Neolengua, siendo la más perfeccionada la de la Onceava edición del mismo…

Tenía dos objetivos básicos: proveer de un medio de expresión a los miembros del partido por un lado, y por otro, ir haciendo inviables otras formas de pensamiento contrarias a los principios del Ingsoc, es decir, evitar el Crimental…

 “En tanto que el pensamiento depende de las palabras.”

Así, por ejemplo, la palabra “libre” aun existe en neolengua, pero se eliminan los significados “no deseados” de la misma. Así se puede usar en afirmaciones como “este mueble está libre de polvo”, pero no en el antiguo significado que tenía en la oración “pensamiento libre”. Así el propio concepto de libertad política o individual dejaría de existir en las mentes de los hablantes.

Así unas palabras se modifican o se reducen en sus significados, y otros directamente se eliminan.
Este es uno de los puntos más desoladores y desesperanzadores de la novela, ya que es la herramienta perfecta para lograr la absoluta sumisión y evitar cualquier atisbo de rebelión, tanto política como moral.
Syme, compañero de Winston, el protagonista de la novela, es uno de los encargados de confeccionar la undécima edición del diccionario, y en una conversación explica su funcionamiento:

- ¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final, acabamos haciendo imposible todo crimen del pensamiento. En efecto, ¿cómo puede haber crimental si cada concepto se expresa claramente con una sola palabra, una palabra cuyo significado esté decidido rigurosamente y con todos sus significados secundados eliminados y olvidados para siempre? Y en la onceava edición nos acercamos a ese ideal, pero su perfeccionamiento continuará mucho después de que tú y yo hayamos muerto. Cada año habrá menos palabras y el radio de acción de la conciencia será cada vez más pequeño. Por supuesto, tampoco ahora hay justificación alguna para cometer crimen por el pensamiento. Sólo es cuestión de autodisciplina, de control de la realidad. Pero llegará un día en que ni esto será preciso. La revolución será completa cuando la lengua sea perfecta. Neolengua es Ingsoc e Ingsoc es neolengua —añadió —con una satisfacción mística—. ¿No se te ha ocurrido pensar, Winston, que lo más tarde hacia el año 2050, ni un solo ser humano podrá entender una conversación como esta que ahora sostenemos?”

En el momento en que los humanos hubiesen perdido de sus mentes conceptos como libertad, justicia, derechos, amor, sentimiento, empatía… ya no podrían pensar en esas cosas, con lo cual habrían dejado de existir. Ese es el objetivo último del control salvaje que planea el partido. Dominar hasta el último rincón escondido de la mente de sus súbditos. Este concepto es uno de los más novedosos e interesantes que aporta Orwell, porque lleva la coerción y la coacción a sus últimos extremos, los del pensamiento humano.

Pero el mismo Orwell nos da un atisbo de esperanza: este epilogo parece estar escrito en un futuro lejano en el que el sistema dictatorial del Partido y el gran Hermano ya no existen. Habla a posteriori de las intenciones que tenían, pero que, parece ser no se han llegado a cumplir:

“Neolengua era la lengua oficial de Oceanía y fue creada para solucionar las necesidades ideológicas del Ingsoc o Socialismo Inglés. En el año 1984 aún no había nadie que utilizara la neolengua como elemento único de comunicación, ni hablado ni escrito.”


“La neolengua se basaba en la lengua inglesa tal como ahora la conocemos, aunque muchas frases de neolengua, incluso sin contener nuevas palabras, serían apenas inteligibles para el que hablara el inglés actual.”

Si El partido hubiese conseguido sus objetivos este epilogo estaría escrito en Neolengua. Pero el bueno de Orwell solamente lo insinúa, lo deja caer, no nos da información detallada sobre lo que realmente pasa para que no triunfe el sistema. Nos deja la curiosidad de saber cómo habrá desaparecido ese estado destructor y homicida. Pero eso es lo de menos. Por lo menos ha sido destruido.

En nuestra sociedad actual podemos encontrar alguna tendencia parecida, especialmente enmarcada en prohibiciones o censuras de determinados discursos y palabras, casi siempre enmarcados dentro de eso que denominan “lo políticamente correcto”. Esto es un método curioso, ya que no se censura desde arriba, sino desde dentro, siendo más bien “auto-censura”. Ahí cientos de ejemplos de la dictadura lingüística de lo políticamente correcto, aquí van algunos, por ejemplo: en Estados Unidos está muy mal visto decir “negro”  (nigger), lo correcto es decir “afroamericano” (pero esto desde la perspectiva de los caucásicos norteamericanos, porque el colectivo negro americano usa constantemente esa expresión para referirse a sí mismos, aunque es cierto que siempre lleva un matiz despectivo, como decir “negrata”). Lo mismo pasa, por ejemplo, en España con la palabra “maricón”, lo correcto en la actualidad es decir “gay” u “homosexual”.
Pero cualquiera que haya conocido a un homosexual sabrá que entre los miembros de este colectivo es bastante común denominarse así, con unas connotaciones humorísticas claras.

Por otro lado tendríamos el lenguaje técnico, científico o académico de las universidades, academias, laboratorios, hospitales… o el lenguaje jurídico de los abogados, notarios… lenguajes específicos de un sector, prácticamente incomprensibles para el resto de los mortales y que podrían encajar perfectamente en el Vocabulario C de la neolengua.

Y luego está el lenguaje Político, lo más parecido que tenemos al Doblepensar de la novela de  Orwell: todos sabemos que muchas veces cuando un político dice “blanco” realmente está diciendo “negro”. Así por ejemplo, algo extraído de la más rabiosa actualidad: cuando un presidente de gobierno dice que “las cifras del paro han mejorado porque solo ha aumentado en 70000 personas, veinte mil menos que el mismo mes del año pasado” esta doblepensando, porque lo que en realidad está diciendo es mentira: las cifras no han mejorado, para que mejoren el paro tiene que disminuir.

Eso es doblepensar, hacer lo blanco negro.



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