ENCUENTROS EN LA TERCERA DIMENSIÓN
Perpetrado por Oskarele
Mira que yo siempre había renegado de esto de conocer gente por internet. Es más, siendo sincero, he de decir que ni siquiera me gustaba este tema de las redes sociales ni del internet. Pero al final el rio se hace camino, y un buen día me hago una cuenta en facebook, y empiezo a conocer gente, y decido crear esta página, y conozco más gente. Y acabo haciendo amigos. ¿Amigos?
Complejo el tema, además de bastante tratado en los últimos tiempos con el boom de las redes sociales y toda esta movida. ¿Podemos considerar amigos a esas personas con las que día a día compartimos parte de nuestras vidas, aunque sea solo a través de un flujo de bytes, unas cuantas letras ordenadas y algunos que otros archivos jpeg?
Pues también andaba yo receloso del empleo de ese término para este tipo de relaciones.
Siempre he sido muy amigo de mis amigos. Siempre he querido a mis amigos casi más que a mi familia. Siempre he pensado que un amigo es esa persona que está ahí aunque no esté. Que es capaz de decirte a la cara “te odio” y “te quiero” cuando tiene que decírtelo. O de decirlo sin decirlo. Que aparece, de día a día o de año en año, y produce instantáneamente una sonrisa en tu cara. Que se pone a hablar contigo tras un tiempo alejados como si acabase de regresar del baño. Que no te exige amistad, sino que tu, como él, estés ahí, siempre, pa lo bueno y pa lo malo, pal ayer y pal mañana. Pa reír y pa llorar.
Por esto mismo, por el inmenso valor que le doy a la amistad, nunca me he negado a hacer nuevos amigos.
A lo que si me había negado es a hacerlos por aquí, por esta dichosa pantalla a un teclado pegada con la que nos estamos comunicando ahora mismo.
Pero todo cambió gracias a PA LO QUE HEMOS QUEDAO.
Tras año y medio he ido conociendo a gente, a personas, a almas que existen, piensan y sienten, más allá del ancho mar o aquí al lao de mi casa. He ido conociendo a personas maravillosas que han hecho tambalearse mi igual anquilosado concepto de amistad.
¿Qué diferencia, pues, a este tipo de amigos digitales con los amigos de toa la vida?
Pues, sin duda, es una cuestión de dimensiones y de lenguaje.
Los amigos digitales viven en este mundo virtual, son bytes y se manifiestan en las dos dimensiones de estos monitores. Además, precisamente por este déficit dimensional, solo pueden comunicarse mediante letras, pixeles y, a lo sumo, audio en forma de mp3 o video en forma de mp4.
Pero tienen otra capacidad apasionante que recientemente acabo de descubrir: pueden salir de este mundo virtual, que quizá funciona como una cárcel, y encarnarse en cuerpos humanos.
Es más, en realidad todo ellos, aunque parezca mentira, son humanos que viven físicamente detrás de estas pantallas y que comen, cagan y mean como todos nosotros.
Y cuando uno tiene la suerte de conocer a uno de estos amigos digitales encarnado en humano todo cambia.
Y precisamente esto me ha sucedido hace poco.
Por primera vez en mi vida (y espero que no sea la última)
Por primera vez he conocido físicamente y tridimensionalmente a un amigo digital encarnado, y a su mujer. Y la sensación, que en un principio presuponía iba a ser extraña, no lo fue para nada.
En realidad fue como si nada. Como si hubiésemos estado la noche anterior de borrachera y fuésemos amigos hace veinte años.
De esto que te pones a hablar, entre caña y caña, entre migas y migas, y no puedes parar. Y quieres decir, oír, expresarte, escuchar, entender a esa persona tan cercana y tan distante a la vez que en realidad acabas de conocer, aunque conocías hace tiempo.
Y ves que pasa el tiempo y que este preciado y genial encuentro se termina. Que dan las seis y tienes que irte. Que te quedas con ganas de más. De quedar al día siguiente con la excusa que sea. Por quedar. Pa hablar. Pa reír. Pa lo que sea.
¿No es eso amistad?
El caso es que creo que ese es el paso definitivo para que un amigo digital pase a ser un amigo de verdá: romper con bidimensionalidad y manifestarse en carne y hueso.
Sé que es difícil. Pero espero algún día poder encontrarme en 3D con algunos de ustedes (ellos saben quienes son). Haré todo lo que esté en mi cartera.
Ahora puedo decir que gracias a estas redes sociales se hacen amigos. Amigos de verdad. O al menos, amigos en potencia.
Un abrazo F. y D.
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