LOS MODELOS DEL EXITO.
El mundo al revés premia al revés: desprecia la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo. Sus maestros calumnian a la naturaleza: la injusticia, dicen, es ley natural. Milton Friedman, uno de los miembros más prestigiosos del cuerpo docente, habla de «la tasa natural de desempleo». Por ley natural, comprueban Richard Herrnstein y Charles Murray, los negros están en los más bajos peldaños de la escala social. Para explicar el éxito de sus negocios, John D. Rockefeller solía decir que la naturaleza recompensa a los más aptos y castiga a los inútiles; y más de un siglo después, muchos dueños del mundo siguen creyendo que Charles Darwin escribió sus libros para anunciarles la gloria.
¿Supervivencia de los más aptos? La aptitud más útil para abrirse paso y sobrevivir, el killing instinct, el instinto asesino, es virtud humana cuando sirve para que las empresas grandes hagan la digestión de las empresas chicas y para que los países fuertes devoren a los países débiles, pero es prueba de bestialidad cuando cualquier pobre tipo sin trabajo sale a buscar comida con un cuchillo en la mano. Los enfermos de la patología antisocial, locura y peligro que cada pobre contiene, se inspiran en los modelos de buena salud del éxito social. Los delincuentes de morondanga aprenden lo que saben elevando la mirada, desde abajo, hacia las cumbres; estudian el ejemplo de los triunfadores y mal que bien hacen lo que pueden para imitarles los méritos. Pero «los jodidos siempre estarán jodidos», como solía decir don Emilio Azcárraga, que fue amo y señor de la televisión mexicana. Las posibilidades de que un banquero que vacía un banco pueda disfrutar, en paz, del fruto de sus afanes son directamente proporcionales a las posibilidades de que un ladrón que roba un banco vaya a parar a la cárcel o al cementerio.
Cuando un delincuente mata por alguna deuda impaga, la ejecución se llama ajuste de cuentas; y se llama plan de ajuste la ejecución de un país endeudado, cuando la tecnocracia internacional decide liquidarlo. El malevaje financiero secuestra países y los cocina si no pagan el rescate: si se compara, cualquier hampón resulta más inofensivo que Drácula bajo el sol. La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas.
El arte de engañar al prójimo, que los estafadores practican cazando incautos por las calles, llega a lo sublime cuando algunos políticos de éxito ejercitan su talento. En los suburbios del mundo, los jefes de Estado venden los saldos y retazos de sus países, a precio de liquidación por fin de temporada, como en los suburbios de las ciudades los delincuentes venden, a precio vil, el botín de sus asaltos.
Los pistoleros que se alquilan para matar realizan, en plan minorista, la misma tarea que cumplen, en gran escala, los generales condecorados por crímenes que se elevan a la categoría de glorias militares. Los asaltantes, al acecho en las esquinas, pegan zarpazos que son la versión artesanal de los golpes de fortuna asestados por los grandes especuladores que desvalijan multitudes por computadora. Los violadores que más ferozmente violan la naturaleza y los derechos humanos, jamás van presos. Ellos tienen las llaves de las cárceles. En el mundo tal cual es, mundo al revés, los países que custodian la paz universal son los que más armas fabrican y los que más armas venden a los demás países; los bancos más prestigiosos son los que más narcodólares lavan y los que más dinero robado guardan; las industrias más exitosas son las que más envenenan el planeta; y la salvación del medio ambiente es el más brillante negocio de las empresas que lo aniquilan. Son dignos de impunidad y felicitación quienes matan la mayor cantidad de gente en el menor tiempo, quienes ganan la mayor cantidad de dinero con el menor trabajo y quienes exterminan la mayor cantidad de naturaleza al menor costo.
Caminar es un peligro y respirar es una hazaña en las grandes ciudades del mundo al revés. Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen. El mundo al revés nos entrena para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa, nos reduce a la soledad y nos consuela con drogas químicas y con amigos cibernéticos. Estamos condenados a morirnos de hambre, a morirnos de miedo o a morirnos de aburrimiento, si es que alguna bala perdida no nos abrevia la existencia.
¿Será esta libertad, la libertad de elegir entre esas desdichas amenazadas, nuestra única libertad posible? El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo: así practica el crimen, y así lo recomienda. En su escuela, escuela del crimen, son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Pero está visto que no hay desgracia sin gracia, ni cara que no tenga su contracara, ni desaliento que no busque su aliento. Ni tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela.
Galeano. Fragmento de Patas arriba: La escuela del mundo al revés.
EL VELO DE LA NOVIA. (Cataratas del Iguazú)
Leyenda guaraní
La exuberante vegetación de la selva tropical envuelve el paisaje con el embrujo de su magnifica belleza.
Los árboles elevan sus copas al cielo en isipós, helechos y bejucos, y se mezclan y se entrecruzan unos con otros en cascadas de verdes intensos, de amarillos, de sepias y de pardos.
El duro lapacho cubierto de flores violáceas, el peteribí festoneado de pétalos blancos, el jacarandá que luce su floración añil, el ivirá pitá con su manto de corolas amarillas, y los cedros, los algarrobos, los quebrachos y los timbós, que forman la abigarrada selva, son cuna y sostén de las maravillosas orquídeas que, en múltiples formas y coloridos hermosos, se ofrecen con profusión a los ojos admirados de los que llegan a gozar de belleza tan extraordinaria.
Y junto a esta hermosura de formas y de colores, el magnífico espectáculo del río, del Iguazú, del Agua Grande, como bien lo nombraron los primitivos habitantes de la región.
Fue en tiempos de los guaraníes, precisamente, hace muchísimos años, tantos que no se podría determinar su número.
En ese marco de soberbia belleza, en una choza levantada junto a la orilla, defendida por los colosos de la selva, vivía Panambí con su madre.
Tan bonita y tenue como mariposas que en vuelo raudo cruzaban la floresta, era esta Panambí de la leyenda.
Bonita, muy joven, de grandes y expresivos ojos negros y lacio y brillante cabello, vivía gozando de los dones que le brindaba la naturaleza.
Su voz armoniosa se desgranaba en dulces melodías, cuando, dirigiendo la frágil canoa, llevando su cesto tejido con fibras de yuchán, iba en busca de apetitosos frutos o de exquisita miel silvestre, de camoatí o de lechiguana.
Su madre la oía desde lejos y distinguía su voz cristalina destacándose del ruido que hacía el agua al precipitarse desde la altura y de los trinos de los pájaros que cantaban en la fronda...
Panambí llegaba fresca y armoniosa, con su cesto repleto de provisiones. Era una flor más, entre las flores de la selva y su sonrisa constante reflejaba su amor a la vida, su alegría de vivir.
Un día, como tantos otros, Panambí, con su cesto enlazado en el brazo, llegó hasta la orilla donde se hallaba amarrada la canoa.
Desató el cordel que sujetaba la canoa; tomó la pala y a los pocos instantes, manejada con pericia, la embarcación se deslizaba por las aguas tranquilas en dirección a su oga.
Volvía del grupo de islas a las que había llegado en busca de frutos y de miel de camoatí. Allí el río era ancho y la corriente muy suave. El crepúsculo teñía de rojo, violado y oro, las nubes y las aguas.
La vegetación de las orillas, erguida o inclinada sobre el río, ponía un marco de verdes diversos en el paisaje.
A mitad de camino se cruzó con otra canoa. La dirigía un indio joven, desconocido para ella, que la miró, con curiosidad primero, con interés, luego.
El indio, apuesto, de piel cobriza y brillante, de cuerpo recio y brazos fuertes, impulsaba la canoa con movimientos firmes y precisos.
Al pasar cerca de la doncella, clavó sus ojos dominadores en la dulce Panambí y una gran admiración se pintó en ellos.
La niña quedó como hipnotizada, incapaz de separar su vista del desconocido que así la había impresionado.
Continuó mirándolo en la misma forma hasta verlo desaparecer en la lejanía. Por un momento quedó inmóvil, en medio del río, la canoa mecida suavemente por el vaivén de las aguas.
Cuando volvió a la realidad, la luna había extendido su manto de plata y se reflejaba en el río dibujando una estela brillante.
Pensando en su madre que la esperaría ansiosa, dio a la pala un impulso vigoroso y la canoa surcó las aguas con rapidez.
Al llegar a su cabaña, tal como se lo figuraba, la madre la esperaba afligida.
- ¿Qué te ha sucedido, Panambí? ¿Cómo vuelves tan tarde? - le preguntó.
- No sé... madre... - respondió la niña con mirada ausente.
La madre la miró sorprendida. Una expresión desconocida, como ausente, se pintaba en el semblante de la niña. Por eso, alarmada, insistió:
-¿Qué te ha sucedido, Panambí? ¿No habrás hallado, por ventura, a Pyra-yara?
La niña la miró con mirada turbada y nada respondió. Ella misma no sabía lo que sucedía: pero eso si, sabía que no estaba como siempre.
El recuerdo del apuesto muchacho que viera en el río, no la abandonó desde entonces.
Si caminaba sobre la tierra rojiza que formaba los senderos, o marchaba por la selva separando helechos e isipós para poder pasar, o recostada en su hamaca miraba al cielo azul, o junto a la orilla mojaba sus pies en el agua clara que lamía la playa, la imagen del desconocido estaba siempre ante ella como un ser sobrenatural que la hubiera hechizado.
Sólo ansiaba que llegara la tarde para tomar su canoa y marchar a las islas, con la esperanza de volverlo a ver.
Y cada tarde y cada crepúsculo, el encuentro se repitió durante mucho tiempo.
Una noche, la paz reinaba en la selva y en la cabaña de la orilla, cuando se oyó, viniendo del río, un ruido de remos que hendían las aguas. Estas, a su contacto, se agitaban y se encrespaban, levantándose en olas que golpeaban con furia en la playa.
Panambí tuvo un sobresalto y se despertó como al conjuro de un mandato ineludible.
Abandonó la hamaca tejida, de algodón, donde hallaba descansando, y corrió a la orilla atraída por el llamado del desconocido que en ese instante pasaba con su canoa frente a la niña.
Panambí miraba absorta hacia el medio del río.
La misma fuerza que la impulsó hasta allí la condujo hacia el lugar donde se había detenido la canoa.
Al introducir sus pies en el río, éste se calmó y una superficie de aguas mansas y tranquilas la invitó a llegar hasta la embarcación que esperaba.
Panambí, inconsciente, obedeció a la fuerza poderosa que la dominaba y entró en el agua, la mirada fija en un punto lejano...
Las aguas, bajas al principio, sólo taparon sus pies, pero a medida que se internaba en ellas, iban cubriendo todo su cuerpo hasta que en un instante, sin notarlo siquiera, con la visión del apuesto guerrero que aún la esperaba, Panambí se hundió en las aguas que la envolvieron con su manto de cristal.
Poco después, el cuerpo exánime de la doncella, llevado por las aguas, aparecía junto a Pyra-yara, que no otro era el extraño ocupante de la embarcación.
El Dueño del río y de los peces, la tomó entre sus brazos fuertes y colocó el cuerpo sin vida en una balsa de juncos y tacuaras que flotaba amarrada a la popa de su canoa.
Con tan delicado botín, dirigió su embarcación hacia el lugar donde las aguas, al despeñarse en el abismo, formaban una enorme caída.
Los cabellos de Panambí, fuera de la balsa, marcaban una estela oscura en las aguas del río.
Navegaron durante algunos instantes, hasta que un ruido sordo e impotente, anunció la proximidad de la caída.
Al llegar, la canoa dirigida por Pyra-yara, apenas apoyada en las aguas, cayó al abismo formando un todo con la masa líquida, para seguir allí abajo el curso del río, como si no hubiera tenido que pasar semejante obstáculo, demostrando con ello su naturaleza sobrehumana.
No sucedió lo mismo con el cuerpo de Panambí que, despedido de la balsa por el potente impulso de la caída, quedó preso entre piedras del gran macizo por donde se volcaban las aguas al abismo, convirtiéndose en piedra ella misma y guardando sus formas humanas.
Un chorro de agua muy blanca y muy tenue se desliza desde entonces por su cabeza y cubre su cuerpo de piedra semejando un velo de novia que se deshace en gotitas de cristal antes de volver a formar parte del caudal del río.
Ese fue el final de Panambí, la enamorada de un imposible, que olvidó que Pyra-yara, Dueño del río y de los peces, es incapaz, por ser esencia divina, de amar a ninguna mujer sobre la tierra.
La exuberante vegetación de la selva tropical envuelve el paisaje con el embrujo de su magnifica belleza.
Los árboles elevan sus copas al cielo en isipós, helechos y bejucos, y se mezclan y se entrecruzan unos con otros en cascadas de verdes intensos, de amarillos, de sepias y de pardos.
El duro lapacho cubierto de flores violáceas, el peteribí festoneado de pétalos blancos, el jacarandá que luce su floración añil, el ivirá pitá con su manto de corolas amarillas, y los cedros, los algarrobos, los quebrachos y los timbós, que forman la abigarrada selva, son cuna y sostén de las maravillosas orquídeas que, en múltiples formas y coloridos hermosos, se ofrecen con profusión a los ojos admirados de los que llegan a gozar de belleza tan extraordinaria.
Y junto a esta hermosura de formas y de colores, el magnífico espectáculo del río, del Iguazú, del Agua Grande, como bien lo nombraron los primitivos habitantes de la región.
Fue en tiempos de los guaraníes, precisamente, hace muchísimos años, tantos que no se podría determinar su número.
En ese marco de soberbia belleza, en una choza levantada junto a la orilla, defendida por los colosos de la selva, vivía Panambí con su madre.
Tan bonita y tenue como mariposas que en vuelo raudo cruzaban la floresta, era esta Panambí de la leyenda.
Bonita, muy joven, de grandes y expresivos ojos negros y lacio y brillante cabello, vivía gozando de los dones que le brindaba la naturaleza.
Su voz armoniosa se desgranaba en dulces melodías, cuando, dirigiendo la frágil canoa, llevando su cesto tejido con fibras de yuchán, iba en busca de apetitosos frutos o de exquisita miel silvestre, de camoatí o de lechiguana.
Su madre la oía desde lejos y distinguía su voz cristalina destacándose del ruido que hacía el agua al precipitarse desde la altura y de los trinos de los pájaros que cantaban en la fronda...
Panambí llegaba fresca y armoniosa, con su cesto repleto de provisiones. Era una flor más, entre las flores de la selva y su sonrisa constante reflejaba su amor a la vida, su alegría de vivir.
Un día, como tantos otros, Panambí, con su cesto enlazado en el brazo, llegó hasta la orilla donde se hallaba amarrada la canoa.
Desató el cordel que sujetaba la canoa; tomó la pala y a los pocos instantes, manejada con pericia, la embarcación se deslizaba por las aguas tranquilas en dirección a su oga.
Volvía del grupo de islas a las que había llegado en busca de frutos y de miel de camoatí. Allí el río era ancho y la corriente muy suave. El crepúsculo teñía de rojo, violado y oro, las nubes y las aguas.
La vegetación de las orillas, erguida o inclinada sobre el río, ponía un marco de verdes diversos en el paisaje.
A mitad de camino se cruzó con otra canoa. La dirigía un indio joven, desconocido para ella, que la miró, con curiosidad primero, con interés, luego.
El indio, apuesto, de piel cobriza y brillante, de cuerpo recio y brazos fuertes, impulsaba la canoa con movimientos firmes y precisos.
Al pasar cerca de la doncella, clavó sus ojos dominadores en la dulce Panambí y una gran admiración se pintó en ellos.
La niña quedó como hipnotizada, incapaz de separar su vista del desconocido que así la había impresionado.
Continuó mirándolo en la misma forma hasta verlo desaparecer en la lejanía. Por un momento quedó inmóvil, en medio del río, la canoa mecida suavemente por el vaivén de las aguas.
Cuando volvió a la realidad, la luna había extendido su manto de plata y se reflejaba en el río dibujando una estela brillante.
Pensando en su madre que la esperaría ansiosa, dio a la pala un impulso vigoroso y la canoa surcó las aguas con rapidez.
Al llegar a su cabaña, tal como se lo figuraba, la madre la esperaba afligida.
- ¿Qué te ha sucedido, Panambí? ¿Cómo vuelves tan tarde? - le preguntó.
- No sé... madre... - respondió la niña con mirada ausente.
La madre la miró sorprendida. Una expresión desconocida, como ausente, se pintaba en el semblante de la niña. Por eso, alarmada, insistió:
-¿Qué te ha sucedido, Panambí? ¿No habrás hallado, por ventura, a Pyra-yara?
La niña la miró con mirada turbada y nada respondió. Ella misma no sabía lo que sucedía: pero eso si, sabía que no estaba como siempre.
El recuerdo del apuesto muchacho que viera en el río, no la abandonó desde entonces.
Si caminaba sobre la tierra rojiza que formaba los senderos, o marchaba por la selva separando helechos e isipós para poder pasar, o recostada en su hamaca miraba al cielo azul, o junto a la orilla mojaba sus pies en el agua clara que lamía la playa, la imagen del desconocido estaba siempre ante ella como un ser sobrenatural que la hubiera hechizado.
Sólo ansiaba que llegara la tarde para tomar su canoa y marchar a las islas, con la esperanza de volverlo a ver.
Y cada tarde y cada crepúsculo, el encuentro se repitió durante mucho tiempo.
Una noche, la paz reinaba en la selva y en la cabaña de la orilla, cuando se oyó, viniendo del río, un ruido de remos que hendían las aguas. Estas, a su contacto, se agitaban y se encrespaban, levantándose en olas que golpeaban con furia en la playa.
Panambí tuvo un sobresalto y se despertó como al conjuro de un mandato ineludible.
Abandonó la hamaca tejida, de algodón, donde hallaba descansando, y corrió a la orilla atraída por el llamado del desconocido que en ese instante pasaba con su canoa frente a la niña.
Panambí miraba absorta hacia el medio del río.
La misma fuerza que la impulsó hasta allí la condujo hacia el lugar donde se había detenido la canoa.
Al introducir sus pies en el río, éste se calmó y una superficie de aguas mansas y tranquilas la invitó a llegar hasta la embarcación que esperaba.
Panambí, inconsciente, obedeció a la fuerza poderosa que la dominaba y entró en el agua, la mirada fija en un punto lejano...
Las aguas, bajas al principio, sólo taparon sus pies, pero a medida que se internaba en ellas, iban cubriendo todo su cuerpo hasta que en un instante, sin notarlo siquiera, con la visión del apuesto guerrero que aún la esperaba, Panambí se hundió en las aguas que la envolvieron con su manto de cristal.
Poco después, el cuerpo exánime de la doncella, llevado por las aguas, aparecía junto a Pyra-yara, que no otro era el extraño ocupante de la embarcación.
El Dueño del río y de los peces, la tomó entre sus brazos fuertes y colocó el cuerpo sin vida en una balsa de juncos y tacuaras que flotaba amarrada a la popa de su canoa.
Con tan delicado botín, dirigió su embarcación hacia el lugar donde las aguas, al despeñarse en el abismo, formaban una enorme caída.
Los cabellos de Panambí, fuera de la balsa, marcaban una estela oscura en las aguas del río.
Navegaron durante algunos instantes, hasta que un ruido sordo e impotente, anunció la proximidad de la caída.
Al llegar, la canoa dirigida por Pyra-yara, apenas apoyada en las aguas, cayó al abismo formando un todo con la masa líquida, para seguir allí abajo el curso del río, como si no hubiera tenido que pasar semejante obstáculo, demostrando con ello su naturaleza sobrehumana.
No sucedió lo mismo con el cuerpo de Panambí que, despedido de la balsa por el potente impulso de la caída, quedó preso entre piedras del gran macizo por donde se volcaban las aguas al abismo, convirtiéndose en piedra ella misma y guardando sus formas humanas.
Un chorro de agua muy blanca y muy tenue se desliza desde entonces por su cabeza y cubre su cuerpo de piedra semejando un velo de novia que se deshace en gotitas de cristal antes de volver a formar parte del caudal del río.
Ese fue el final de Panambí, la enamorada de un imposible, que olvidó que Pyra-yara, Dueño del río y de los peces, es incapaz, por ser esencia divina, de amar a ninguna mujer sobre la tierra.
PAISAJES DE PORTUGAL.
Para recorrer más bellezas de la tierra de HugoVlad visiten:
http://vladsworlds.blogspot.com/2011/12/viagens-na-minha-terra-travels-in-my.html
SILENCIO
Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.
Octavio Paz.
DIA DE LOS INOCENTES.
El Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de un episodio hagiográfico del cristianismo: el mito de la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.
La iglesia católica recuerda este acontecimiento el 28 de diciembre, aunque de acuerdo con los Evangelios, la matanza debió haber sucedido después de la visita de los Reyes Magos al rey Herodes (uno o dos días después del 6 de enero), aunque también la fecha de la adoración de los Reyes Magos a Jesús no tiene una fecha dada exactamente en las escrituras.
Es muy corriente la explicación de la Navidad y demás fechas alrededor de esta como fechas arbitrarias, pues estas no figuran en los evangelios. Según el evangelio (Lucas 1.13-60); Zacarias supo que Santa Isabel estaba encinta de Juan el Bautista mientras cumplía con la obligación de quemar incienso en el Templo, que debía hacer cada grupo sacerdotal dos veces por año (1 Crónicas 24). Zacarías pertenecía al octavo grupo, el de Abías, lo cual nos da dos posibles fechas para la concepción de Juan el Bautista, una a mediados de mayo y otra a mediados de noviembre, ninguna de las cuales coincide con la tradición.
El evangelista Lucas nos cuenta que había pastores que estaban pasando aquella importante noche a cielo raso, con sus rebaños. Esto nos lleva a la conclusión de que Jesús no pudo haber nacido en diciembre ya que es improbable que los pastores estuvieran acampando a cielo abierto en una época del año donde las temperaturas pueden llegar a bajo cero en la región de Belén. (Lucas 2.8-14).
Flavio Josefo (37–101), en su Historia de Judea nunca relata una matanza de niños. Ningún historiador contemporáneo relata la matanza de los inocentes. Se sabe que el mensaje del evangelista Mateo se dirigió a judíos conversos de la época. Se cree que como Mateo no conocía mucho del nacimiento de Jesús de Nazareth, y como los judíos veneraban a Moisés como el más grande profeta del Pueblo, quien en su momento debió ser salvado de una matanza de niños, quizás extrapoló esta leyenda mosaica a la historia de Jesús.
En Hispanoamérica y en España es costumbre realizar en esta fecha bromas de toda índole. Los medios de comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de tal modo que la información parezca real. Se trata de una libertad que se dan los agentes mediáticos para dar rienda suelta a su sentido del humor, oportunidad que solamente tienen una vez al año. Es tradición que los periódicos publiquen páginas enteras de noticias cómicas, con la advertencia de que es día de los inocentes, que van desde las que son una obvia mofa a cualquier suceso reciente, hasta las que parecen serias y engañan al lector desprevenido. El día de los inocentes se vive en todo el mundo hispanohablante.
Fuente: Wikipedia
LA VELOCIDAD.
Ray Kurzeweil el investigador estrella de la inteligencia artificial ha divulgado un documental titulado El hombre trascendental donde pronostica que en unos 20 años seremos inmortales. O poco menos. Gracias a la nanotecnología implantada en nuestros cuerpos seríamos capaces de correr quince minutos a la velocidad del recordman Usain Bolt y, por las mismas razones, llegaremos a escribir un libro en apenas unos minutos. Como consecuencia el mundo se convertirá en una suerte de núcleo radiante en donde la inteligencia, especialmente la inteligencia, no nos dejará ni dormir ni morir. ¿El sexo? la práctica del sexo virtual incomparablemente más rápido que el carnal se expandirá en todas las direcciones y con él un contacto humano tan íntimo como instantáneo. La ideología, en fin, que pone en relación el paso del tiempo con las relaciones más fuertes o la frondosidad de un árbol con la morosa implantación de sus raíces quedará definitivamente rota. No seremos más por estar más sobre un oficio sino que el oficio surgirá como un chorro, y como de un orificio. De este modo comprenderemos porqué los artistas famosos lo son ahora de la noche a al mañana, porqué se suceden con tanta celeridad las creencias, se cambia con tanta facilidad de aficiones, lugar, pareja o punto de vista. La lentitud no nos llevaba a la conservación como esperábamos, siquiera del cuerpo. Es la velocidad la que nos bruñe, nos pule, nos flipa, nos trasciende.
Vicente Verdu.
Publicado el 29/9/2009 en http://www.elboomeran.com/blog-post/11/7736/vicente-verdu/la-velocidad
VIRGILIO. Poeta romano del siglo I a.C.
VIRGILIO. Poeta romano del siglo I a.C.
SUEÑOS DE ROBOT
"Después de cientos de miles de millones de años pensó en él, de pronto, como Ames. No en la combinación de longitud de onda que, a través del universo, era ahora el equivalente de Ames, sino en el sonido en sí. Le volvía un leve recuerdo de ondas sonoras que ya no oía y ya no podía oír. El nuevo proyecto aguzaba su recuerdo de tantas y tantas cosas de eones y eones de antigüedad. Redujo el vórtex de energía que sumaba el total de su individualidad y sus líneas de energía se tendieron hasta más allá de las estrellas.
(...)
Y Ames vio también y recordó que en tiempos había sido un hombre. La fuerza de su vórtex partió la cabeza por la mitad, y escapó por las galaxias siguiendo la huella energética de Brock... de regreso al infinito destino de la vida. Y los ojos de la destrozada cabeza de materia seguían brillando con la humedad que Brock había puesto allí para representar las lágrimas. La cabeza de materia hizo aquello que los seres-energéticos ya no podían hacer. Y lloró por toda la humanidad y por la frágil belleza de los cuerpos de los que en tiempos se habían desprendido, hacía millones de años. "
Isaac Asimov
Sueños de robot (fragmento)
Sueños de robot (1986) es una colección de cuentos cortos de Isaac Asimov. La mayoría habían sido publicados en otras colecciones anteriormente siendo esta recopilación motivada por la colección de dibujos realizada por Ralph McQuarrie (diseñador de numerosas películas de ciencia ficción) ilustrando las historias de Asimov. La historia Sueños de robot fue la única escrita explícitamente para esta recopilación y narra el descubrimiento por la doctora Susan Calvin de un robot con perturbadores sueños. Muchas de las otras historias están inspiradas en conflictos entre los robots y las Tres Leyes de la Robótica de Asimov.
Asimov consideraba dos de los relatos de esta colección: La última pregunta y El chiquillo feo como sus dos trabajos cortos predilectos seguidos por El hombre bicentenario publicado en otras recopilaciones. Por su parte el relato Sueños de robot fue nominado al premio Nébula de 1986 y Hugo de 1987 como mejor historia corta ganando el premio Locus de 1987 de la misma categoría y aparece en otras recopilaciones de historias de robots de diferentes autores.
Fuente: Wikipedia
(...)
Y Ames vio también y recordó que en tiempos había sido un hombre. La fuerza de su vórtex partió la cabeza por la mitad, y escapó por las galaxias siguiendo la huella energética de Brock... de regreso al infinito destino de la vida. Y los ojos de la destrozada cabeza de materia seguían brillando con la humedad que Brock había puesto allí para representar las lágrimas. La cabeza de materia hizo aquello que los seres-energéticos ya no podían hacer. Y lloró por toda la humanidad y por la frágil belleza de los cuerpos de los que en tiempos se habían desprendido, hacía millones de años. "
Isaac Asimov
Sueños de robot (fragmento)
Sueños de robot (1986) es una colección de cuentos cortos de Isaac Asimov. La mayoría habían sido publicados en otras colecciones anteriormente siendo esta recopilación motivada por la colección de dibujos realizada por Ralph McQuarrie (diseñador de numerosas películas de ciencia ficción) ilustrando las historias de Asimov. La historia Sueños de robot fue la única escrita explícitamente para esta recopilación y narra el descubrimiento por la doctora Susan Calvin de un robot con perturbadores sueños. Muchas de las otras historias están inspiradas en conflictos entre los robots y las Tres Leyes de la Robótica de Asimov.
Asimov consideraba dos de los relatos de esta colección: La última pregunta y El chiquillo feo como sus dos trabajos cortos predilectos seguidos por El hombre bicentenario publicado en otras recopilaciones. Por su parte el relato Sueños de robot fue nominado al premio Nébula de 1986 y Hugo de 1987 como mejor historia corta ganando el premio Locus de 1987 de la misma categoría y aparece en otras recopilaciones de historias de robots de diferentes autores.
Fuente: Wikipedia
LOS DIOSES DE LA LUZ
(Leyenda Mapuche)
Antes de que los Mapuches descubrieran cómo hacer el fuego, vivían en grutas de la montaña a las que llamaban "casas de piedra".
Temerosos de las erupciones volcánicas y de los cataclismos, sus dioses y sus demonios eran luminosos. Entre estos, el poderoso Cheruve. Cuando se enojaba, llovían piedras y ríos de lava. A veces el Cheruve caía del cielo en forma de aerolito.
Los Mapuches creían que sus antepasados revivían en la bóveda del cielo nocturno. Cada estrella era un antiguo abuelo iluminado que cazaba avestruces entre las galaxias.
El Sol y la Luna daban vida a la Tierra como dioses buenos. Los llamaban Padre y Madre. Cada vez que salía el Sol, los saludaban. La Luna, al parecer cada veintiocho días, dividía el tiempo en meses.
Al no tener fuego, porque no sabían encenderlo, devoraban crudos sus alimentos; para abrigarse en tiempo frío, se apiñaban en las noches con sus animales, perros salvajes y llamas que habían domesticado.
Tenían horror a la oscuridad, era sigo de enfermedad y muerte. Se imaginaban cosas terribles.
En una de esas grutas vivía una familia: Caleu, el padre, Mallén, la madre y Licán, la hijita.
Una noche, Caleu se atrevió a mirar el cielo de sus antepasados y vio un signo nuevo, extraño, en el poniente: una enorme estrella con una cabellera dorada.
Preocupado, no dijo nada a su mujer y tampoco a los indios que vivían en las grutas cercanas.
Aquella luz celestial se parecía a la de los volcanes, ¿traería desgracias?, ¿quemaría los bosques?. Aunque Caleu guardó silencio, no tardaron en verla los demás indios. Hicieron reuniones para discutir qué podría significar el hermosos signo del cielo. Decidieron vigilar por turno junto a sus grutas.
El verano estaba llegando a su fin y las mujeres subieron una mañana muy temprano a buscar frutos de los bosques para tener comida en el tiempo frío.
Mallén y su hijita Licán treparon también a la montaña.
-Traeremos piñones dorados y avellanas rojas -dijo Mallén.
-Traeremos raíces y pepinos del copihue -agregó Licán
La niña acompaño otras veces a su madre en estas excursiones y se sentía feliz.
-Vuelvan antes de que caiga la noche -les advirtió Caleu.
-Si nos sorprende la noche, nos refugiaremos en una gruta que hay allá arriba, en los bosques -lo tranquilizó Mallén.
Las mujeres llevaban canastos tejidos con enredaderas. Parecía una procesión de choroyes, conversando y riendo todo el camino.
Allá arriba había gigantescas araucarias que dejaban caer lluvias de piñones. Y los avellanos lucían sus frutas redondas, pequeñas, rojas unas, color violeta y negras otras, según iban madurando.
No supieron cómo pasaron las horas. El Sol empezó a bajar y cuando se dieron cuenta, estaba por ocultarse. Asustadas, las mujeres se echaron los canastos a la espalda y tomaron a sus niños de la mano.
-¡Bajemos, bajemos! -se gritaban unas a otras.
-No tendremos tiempo. Nos pillará la noche y en la oscuridad nos perderemos para siempre -advirtió Mallén.
-¿Qué haremos entonces? -dijo la abuela Collalla, que no por ser la más vieja, era la más valiente.
-Yo sé donde hay una gruta por aquí cerca, no tenga miedo, abuela -dijo Mallén.
Guió a las mujeres con sus niños por un sendero rocoso. Sin embargo, al llegar a la gruta, ya era de noche. Vieron en el cielo del poniente la gran estrella con su cola dorada.
La abuela Collalla se asustó mucho. -Esa estrella nos trae un mensaje de nuestros antepasados que viven en la bóveda del cielo -exclamó.
Licán se aferró a las faldas de su madre y lo mismo hicieron los demás niños.
-Vamos, entremos a la gruta y dormiremos bien juntas para que se nos pase el miedo -dijo Mallén.
-Eso sería lo mejor, murmuró Collalla, temblorosa.
Ella conocía viejas historias, había visto reventarse volcanes, derrumbarse montañas, inundaciones, incendios de bosques enteros.
No bien entraron a la gruta, un profundo ruido subterráneo las hizo abrazarse invocando al Sol y la Luna, sus espíritus protectores.
Al ruido siguió un espantoso temblor que hizo caer cascajos del techo de la gruta. El grupo se arrinconó, aterrorizado.
Cuando pasó el terremoto, la montaña siguió estremeciéndose como el cuerpo de un animal nervioso.
Las mujeres palparon a sus hijos. Nadie estaba herido. Respiraron un poco y miraron hacia las boca blanquecina de la gruta: por delante de ella cayó una lluvia de piedras que al chocar echaban chispas.
-¡Miren! -gritó Collalla. ¡Piedras de luz! Nuestros antepasados nos mandan este regalo.
Cómo luciérnagas de un instante, las piedras rodaron cerro abajo y con sus chispas encendieron un enorme coihue seco que se erguía al fondo de una quebrada.
El fuego iluminó la noche y las mujeres se tranquilizaron al ver la luz.
-La estrella con su espíritu protector mandó el fuego para que no tengamos miedo -dijo la abuela Collalla riendo.
Niños y mujeres también rieron, aplaudiendo el fuego.
El grupo silencioso contempló las llamas como si fuera el mismo Padre Sol que hubiera venido a acompañarlas.
Se sentaron junto a la gruta, oyendo crepitar las llamas como música desconocida.
Al rato, llegaron los hombres desafiando las tinieblas por buscar a sus niños y mujeres.
Caleu se acercó al incendio y cogió una llama ardiente; los otros lo imitaron y una procesión centelleante bajó de los cerros hasta sus casas.
Por el camino iban encendiendo otras ramas para guiarse.
Al otro día, oyendo el relato de las piedras que lanzaban chispas, los indios subieron a recogerlas y al frotarlas junto a ramas secas, lograron encender pequeñas fogatas.
Habían descubierto el pedernal. Habían descubierto cómo hacer el fuego.
Desde entonces, los Mapuches tuvieron fuego para alumbrar sus noches, calentarse y cocer sus alimentos.
Antes de que los Mapuches descubrieran cómo hacer el fuego, vivían en grutas de la montaña a las que llamaban "casas de piedra".
Temerosos de las erupciones volcánicas y de los cataclismos, sus dioses y sus demonios eran luminosos. Entre estos, el poderoso Cheruve. Cuando se enojaba, llovían piedras y ríos de lava. A veces el Cheruve caía del cielo en forma de aerolito.
Los Mapuches creían que sus antepasados revivían en la bóveda del cielo nocturno. Cada estrella era un antiguo abuelo iluminado que cazaba avestruces entre las galaxias.
El Sol y la Luna daban vida a la Tierra como dioses buenos. Los llamaban Padre y Madre. Cada vez que salía el Sol, los saludaban. La Luna, al parecer cada veintiocho días, dividía el tiempo en meses.
Al no tener fuego, porque no sabían encenderlo, devoraban crudos sus alimentos; para abrigarse en tiempo frío, se apiñaban en las noches con sus animales, perros salvajes y llamas que habían domesticado.
Tenían horror a la oscuridad, era sigo de enfermedad y muerte. Se imaginaban cosas terribles.
En una de esas grutas vivía una familia: Caleu, el padre, Mallén, la madre y Licán, la hijita.
Una noche, Caleu se atrevió a mirar el cielo de sus antepasados y vio un signo nuevo, extraño, en el poniente: una enorme estrella con una cabellera dorada.
Preocupado, no dijo nada a su mujer y tampoco a los indios que vivían en las grutas cercanas.
Aquella luz celestial se parecía a la de los volcanes, ¿traería desgracias?, ¿quemaría los bosques?. Aunque Caleu guardó silencio, no tardaron en verla los demás indios. Hicieron reuniones para discutir qué podría significar el hermosos signo del cielo. Decidieron vigilar por turno junto a sus grutas.
El verano estaba llegando a su fin y las mujeres subieron una mañana muy temprano a buscar frutos de los bosques para tener comida en el tiempo frío.
Mallén y su hijita Licán treparon también a la montaña.
-Traeremos piñones dorados y avellanas rojas -dijo Mallén.
-Traeremos raíces y pepinos del copihue -agregó Licán
La niña acompaño otras veces a su madre en estas excursiones y se sentía feliz.
-Vuelvan antes de que caiga la noche -les advirtió Caleu.
-Si nos sorprende la noche, nos refugiaremos en una gruta que hay allá arriba, en los bosques -lo tranquilizó Mallén.
Las mujeres llevaban canastos tejidos con enredaderas. Parecía una procesión de choroyes, conversando y riendo todo el camino.
Allá arriba había gigantescas araucarias que dejaban caer lluvias de piñones. Y los avellanos lucían sus frutas redondas, pequeñas, rojas unas, color violeta y negras otras, según iban madurando.
No supieron cómo pasaron las horas. El Sol empezó a bajar y cuando se dieron cuenta, estaba por ocultarse. Asustadas, las mujeres se echaron los canastos a la espalda y tomaron a sus niños de la mano.
-¡Bajemos, bajemos! -se gritaban unas a otras.
-No tendremos tiempo. Nos pillará la noche y en la oscuridad nos perderemos para siempre -advirtió Mallén.
-¿Qué haremos entonces? -dijo la abuela Collalla, que no por ser la más vieja, era la más valiente.
-Yo sé donde hay una gruta por aquí cerca, no tenga miedo, abuela -dijo Mallén.
Guió a las mujeres con sus niños por un sendero rocoso. Sin embargo, al llegar a la gruta, ya era de noche. Vieron en el cielo del poniente la gran estrella con su cola dorada.
La abuela Collalla se asustó mucho. -Esa estrella nos trae un mensaje de nuestros antepasados que viven en la bóveda del cielo -exclamó.
Licán se aferró a las faldas de su madre y lo mismo hicieron los demás niños.
-Vamos, entremos a la gruta y dormiremos bien juntas para que se nos pase el miedo -dijo Mallén.
-Eso sería lo mejor, murmuró Collalla, temblorosa.
Ella conocía viejas historias, había visto reventarse volcanes, derrumbarse montañas, inundaciones, incendios de bosques enteros.
No bien entraron a la gruta, un profundo ruido subterráneo las hizo abrazarse invocando al Sol y la Luna, sus espíritus protectores.
Al ruido siguió un espantoso temblor que hizo caer cascajos del techo de la gruta. El grupo se arrinconó, aterrorizado.
Cuando pasó el terremoto, la montaña siguió estremeciéndose como el cuerpo de un animal nervioso.
Las mujeres palparon a sus hijos. Nadie estaba herido. Respiraron un poco y miraron hacia las boca blanquecina de la gruta: por delante de ella cayó una lluvia de piedras que al chocar echaban chispas.
-¡Miren! -gritó Collalla. ¡Piedras de luz! Nuestros antepasados nos mandan este regalo.
Cómo luciérnagas de un instante, las piedras rodaron cerro abajo y con sus chispas encendieron un enorme coihue seco que se erguía al fondo de una quebrada.
El fuego iluminó la noche y las mujeres se tranquilizaron al ver la luz.
-La estrella con su espíritu protector mandó el fuego para que no tengamos miedo -dijo la abuela Collalla riendo.
Niños y mujeres también rieron, aplaudiendo el fuego.
El grupo silencioso contempló las llamas como si fuera el mismo Padre Sol que hubiera venido a acompañarlas.
Se sentaron junto a la gruta, oyendo crepitar las llamas como música desconocida.
Al rato, llegaron los hombres desafiando las tinieblas por buscar a sus niños y mujeres.
Caleu se acercó al incendio y cogió una llama ardiente; los otros lo imitaron y una procesión centelleante bajó de los cerros hasta sus casas.
Por el camino iban encendiendo otras ramas para guiarse.
Al otro día, oyendo el relato de las piedras que lanzaban chispas, los indios subieron a recogerlas y al frotarlas junto a ramas secas, lograron encender pequeñas fogatas.
Habían descubierto el pedernal. Habían descubierto cómo hacer el fuego.
Desde entonces, los Mapuches tuvieron fuego para alumbrar sus noches, calentarse y cocer sus alimentos.
SAUDADE
Saudade (del portugués saudade) es un vocablo de difícil definición incorporado al español empleado en portugués y también en lengua gallega, que expresa un sentimiento afectivo primario, próximo a la melancolía, estimulado por la distancia temporal o espacial a algo amado y que implica el deseo de resolver esa distancia. El escritor portugués Manuel de Melo la definió en 1660 como «bem que se padeçe y mal de que se gosta» (bien que se padece y mal que se disfruta). Dada la dificultad de su traducción y su extensa y ambigua definición, el término fue incorporado en su forma original al español, y se utiliza también en otros idiomas.
Como ejemplo de la riqueza y profundidad de su significado se puede mencionar el movimiento estético y literario de principios del siglo XX en Portugal conocido como Saudosismo, promovido especialmente por el escritor Teixeira de Pascoaes.
No existe un consenso amplio entre los diferentes autores sobre el origen de la palabra saudade.
La hipótesis que explica su origen a partir de la voz latina solitate, soledad, es defendida por numerosos autores desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días. Esta hipótesis está muy extendida, pero poco fundamentada.
Según la Wikipedia portuguesa:
Pode-se sentir saudade de muita coisa:
de alguém falecido.
de alguém que amamos e está longe ou ausente.
de um amigo querido.
de alguém ou algo que não vemos há imenso tempo.
de alguém que não conversamos há muito tempo.
de sítios (lugares).
de comida.
de situações.
de um amor
do tempo que passou…
Más información en http://es.wikipedia.org/wiki/Saudade
SAUDADE
Saudade -Qué será?... yo no sé... lo he buscado
en unos diccionarios empolvados y antiguos
y en otros libros que no me han dado el significado
de esta dulce palabra de perfiles ambiguos.
Dicen que azules son las montañas como ella,
que en ella se oscurecen los amores lejanos,
y un noble y buen amigo mío (y de las estrellas)
la nombra en un temblor de trenzas y de manos.
Y hoy en Eca de Queiroz sin mirar la adivino,
su secreto se evade, su dulzura me obsede
como una mariposa de cuerpo extraño y fino
siempre lejos -tan lejos!- de mis tranquilas redes.
Saudade... Oiga, vecino, sabe el significado
de esta palabra blanca que como un pez se evade?
No... Y me tiembla en la boca su temblor delicado.
Saudade...
Neruda.
cábala
Una cábala colombiana para el año nuevo es guardar debajo de la cama tres papas o patatas.
•Una totalmente pelada,
•la segunda a medio pelar y
•la tercera sin pelar.
Se debe sacar sin mirar una de las tres patatas. Si se saca la que está totalmente pelada, significa que se estará sin dinero todo el año nuevo. Si se saca la medio pelada significa que la situación será muy regular, es decir, algunas veces habrá dinero y otras veces no. Si se saca la que no está pelada simboliza que se tendrá dinero todo el año. Prohibido espiar cual papa se saca, eh? (lo peor es que no haya ni papas, jajaja)
•Una totalmente pelada,
•la segunda a medio pelar y
•la tercera sin pelar.
Se debe sacar sin mirar una de las tres patatas. Si se saca la que está totalmente pelada, significa que se estará sin dinero todo el año nuevo. Si se saca la medio pelada significa que la situación será muy regular, es decir, algunas veces habrá dinero y otras veces no. Si se saca la que no está pelada simboliza que se tendrá dinero todo el año. Prohibido espiar cual papa se saca, eh? (lo peor es que no haya ni papas, jajaja)
MAHOMA CARICATURIZADO
Perpetrado por Oskarele
Supongo que sabéis sobre que os voy a hablar. Se trata de aquellas dichosas caricaturas que levantaron una ola de protestas en el mundo islámico, por considerar que se atentaba contra su fe. Un ejemplo que ilustra contundentemente lo exagerado del respeto social hacia la religión, mucho más allá del mínimo respeto entre humanos. Un ejemplo de cómo en nombre de Dios, a día de hoy, aun se mata y se condena a la gente. Veamos un poco como pasó todo.
30 de septiembre de 2005 (las fechas son muy importantes para comprender realmente el caso)
El Jyllands-Posten, periódico de más tirada de Dinamarca, con una orientación política de centro-derecha (tirando mas pa la derecha que pal centro), publica 12 caricaturas de diferentes dibujantes daneses, convocados por el periódico para romper con el tabú de no dibujar ni mostrar la cara de Mahoma, profeta de los musulmanes, dentro de un artículo sobre autocensura y libertad de expresión, que comentaba el hecho de que ningún artista se atreve a ilustrar los libros infantiles del autor danés Kåre Bluitgen sobre Mahoma a menos que se garantice el anonimato de su trabajo, por miedo a las represalias de musulmanes extremistas. De esto ya se habían hecho eco el 17 de septiembre en un artículo sobre Bluitgen.
Es decir, eran conscientes de que los creyentes en esta religión se iban a molestar ya que, incluso, habían contactado con un experto en religiones que les avisa.
Entre estas imágenes, hay una que sugiere que el profeta esconde una bomba dentro de su turbante, una de las imágenes, en parte comprensiblemente, más polémicas.
12 de octubre de 2005: numerosos líderes musulmanes daneses intentan que el gobierno actúe contra el periódico, sin éxito. Este día varios embajadores de países musulmanes piden una audiencia con el primer ministro, Anders Fogh Rasmussen, para hablar el tema. Éste responde que se debe respetar la libertad de prensa.
Viendo que no consiguen el apoyo necesario, este grupo de líderes musulmanes, liderados por un tal Abú Laban, la autoridad más respetada de la comunidad islámica en Dinamarca, organizan, a finales de año, varios viajes a países islámicos para contar lo sucedido. Comenzaron a difundir desde Egipto a numerosos países árabes un dossier en el que se cuenta toda la movida, aderezado con informaciones “dudosas” sobre el maltrato a los musulmanes en Dinamarca y sobre que el periódico era dirigido por el gobierno danés.
Este dossier contenía las 12 viñetas, así como tres más, cuyo origen es misterioso, pero que no tenían nada que ver con el artículo original. Curiosamente estos tres añadidos eran verdaderamente ofensivas: una mostraba a un hombre barbudo con el hocico de un cerdo sujeto con gomas a la cabeza (se descubrió posteriormente que se trataba de un francés que daba chillidos en un concurso de una feria rural en Francia, sin relación con Dinamarca ni con el islam).
La polémica está servida.
El primer ministro danés, temiéndose lo peor, trata de sembrar bases de concordia en su discurso de final de año, pidiendo el respeto a las religiones.
Comienzan las protestas en los países árabes a principios del 2006. Manifestantes en Pakistán e Indonesia queman banderas danesas (¿alguien sabe donde conseguir banderas danesas aquí? ¿Y en Indonesia?...). Dirigentes de varios países islámicos piden al gobierno Danés que se disculpe (cuando no fueron ellos quienes publicaron las imágenes)
Como respuesta, un diario noruego cercano a la ultraderecha y al fundamentalismo cristiano, reproduce las imágenes, en solidaridad, supuestamente, con el Jyllands-Posten. Esto sucede el 20 de enero de 2006.
En el mundo árabe se toman esto como un nuevo ataque y se hacen llamamientos al boicot comercial no solo a Dinamarca, sino ahora también a Noruega. Ambos países, viendo la espiral creciente, se traen pa casa a muchos de sus embajadores, entre ellos los de Siria, Irán e Indonesia.
Muchos otros diarios de Europa, incluso de EEUU, reproducen de nuevo las imágenes en solidaridad con el periódico danés (como el francés France Soir y el alemán Die Welt)
Aun más leña al fuego, que ya estaba bien caliente.
Se asaltan embajadas y consulados (las de Dinamarca y Noruega en Damasco, Siria); se amenaza no solo a los daneses en estos países, sino a cualquier occidental; las iglesias cristianas de Pakistán, que no tenían nada que ver con la movida, son incendiadas; en febrero llegan las primeras víctimas mortales: cuatro en Afganistán, una en EL Líbano y otra en Somalía; en Irak se queman banderas occidentales, entre ellas la Española; nueve personas fallecen en el ataque por alborotadores libios a la embajada italiana en Bengasi; en Nigeria los manifestantes queman iglesias cristianas y asesinan a varios párrocos…
La Secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, acusa a Irán y Siria de “incitar a la violencia”. Desde Francia, el presidente, Chirac condena las “provocaciones” y pide a la prensa que sea responsable. La Unión Europea estudia crear un código de conducta para la prensa europea con el fin de que no se vuelvan a repetir acontecimientos similares.
Un grupo de doce intelectuales, entre los que se encuentran Salman Rushdie y Bernard-Henri Lévy, publican un manifiesto en “Charlie Hebdo”, periódico izquierdista francés, defendiendo la libertad de expresión y alertando contra la autocensura.
El 26 de octubre de 2006 un tribunal danés rechazó la demanda presentada por siete organizaciones musulmanas contra las caricaturas de Mahoma.
Las protestas continúan. Un imán paquistaní, incluso, llega a ofrecer un millón de dólares por la cabeza del dibujante (cuando en realidad se trataba de doce dibujantes).
Finalmente a mediados del 2006 la cosa llega a su fin.
De todo esto podemos extraer algunas conclusiones. En primer lugar, la desmesurada respuesta de los musulmanes ante algo que, de no haberse publicitado tendenciosamente, no hubiese salido nunca de Dinamarca.
Es increíble que se formase la que se formase por unas putas caricaturas, que pueden gustar más o menos, pero que eran simplemente eso, caricaturas.
Por otro lado, algo sumamente curioso: numerosos medios escritos europeos, así como varios gobiernos del viejo continente, por un lado defendieron la libertad de expresión y condenaron la violencia, pero por otro lado, manifestaron su respeto y simpatía por el daño y las ofensas que se había hecho a los musulmanes. ¿Daño y ofensas por unas caricaturas? Es curioso como aquí, en España, por ejemplo, y en muchos más países europeos, se pueden publicar terribles e irrespetuosas caricaturas sobre políticos o personajes famosos, sin que nadie se amotine por ello.
Pero ¿Por qué no se puede caricaturizar a la religión? ¿Por qué pedir perdón por hacer caricaturas de asuntos religiosos? ¿Por qué tiene la religión ese estatus especial?
El propio periódico danés que las publicó dijo en una editorial: “Los dibujos no violaban la ley danesa pero indudablemente han ofendido a muchos musulmanes, a los que nos gustaría pedir disculpas”
A la fuerza, y ante acontecimientos de este tipo, tenemos que tratar los asuntos religiosos con un cuidado especial que no tenemos hacia otros temas.
De hecho, yo mismo he dudado si escribir o no este texto, por una pequeña sensación inicial de prudencia que me aconsejó no meterme en estos berenjenales. Y tampoco tenía muy claro si publicar en el blog las dichosas imágenes.
Gracias a Dios se me pasó.
Mas info y fuentes: el libro de Richard Dawkins “El espejismo de Dios” (2006), y estas webs: http://es.wikipedia.org/wiki/Caricaturas_de_Mahoma_en_el_peri%C3%B3dico_Jyllands-Posten, aquí: http://blogs.periodistadigital.com/tizas.php/2006/01/31/una_caricatura_de_mahoma_en_dinamarca_en, aquí:http://www.infobae.com/notas/nota.php?Idx=236303&IdxSeccion=0, aquí:http://www.elmundo.es/elmundo/2006/02/02/internacional/1138914331.html, aquí:http://nomegustalapolitica.wordpress.com/2010/03/09/caricatura-de-mahoma-y-libertad-de-expresion/ y aquí, un genial análisis de todas las caricaturas, una por una:http://www.sindioses.org/sociedad/cartoonmahoma.html,
Supongo que sabéis sobre que os voy a hablar. Se trata de aquellas dichosas caricaturas que levantaron una ola de protestas en el mundo islámico, por considerar que se atentaba contra su fe. Un ejemplo que ilustra contundentemente lo exagerado del respeto social hacia la religión, mucho más allá del mínimo respeto entre humanos. Un ejemplo de cómo en nombre de Dios, a día de hoy, aun se mata y se condena a la gente. Veamos un poco como pasó todo.
30 de septiembre de 2005 (las fechas son muy importantes para comprender realmente el caso)
El Jyllands-Posten, periódico de más tirada de Dinamarca, con una orientación política de centro-derecha (tirando mas pa la derecha que pal centro), publica 12 caricaturas de diferentes dibujantes daneses, convocados por el periódico para romper con el tabú de no dibujar ni mostrar la cara de Mahoma, profeta de los musulmanes, dentro de un artículo sobre autocensura y libertad de expresión, que comentaba el hecho de que ningún artista se atreve a ilustrar los libros infantiles del autor danés Kåre Bluitgen sobre Mahoma a menos que se garantice el anonimato de su trabajo, por miedo a las represalias de musulmanes extremistas. De esto ya se habían hecho eco el 17 de septiembre en un artículo sobre Bluitgen.
Es decir, eran conscientes de que los creyentes en esta religión se iban a molestar ya que, incluso, habían contactado con un experto en religiones que les avisa.
Entre estas imágenes, hay una que sugiere que el profeta esconde una bomba dentro de su turbante, una de las imágenes, en parte comprensiblemente, más polémicas.
12 de octubre de 2005: numerosos líderes musulmanes daneses intentan que el gobierno actúe contra el periódico, sin éxito. Este día varios embajadores de países musulmanes piden una audiencia con el primer ministro, Anders Fogh Rasmussen, para hablar el tema. Éste responde que se debe respetar la libertad de prensa.
Viendo que no consiguen el apoyo necesario, este grupo de líderes musulmanes, liderados por un tal Abú Laban, la autoridad más respetada de la comunidad islámica en Dinamarca, organizan, a finales de año, varios viajes a países islámicos para contar lo sucedido. Comenzaron a difundir desde Egipto a numerosos países árabes un dossier en el que se cuenta toda la movida, aderezado con informaciones “dudosas” sobre el maltrato a los musulmanes en Dinamarca y sobre que el periódico era dirigido por el gobierno danés.
Este dossier contenía las 12 viñetas, así como tres más, cuyo origen es misterioso, pero que no tenían nada que ver con el artículo original. Curiosamente estos tres añadidos eran verdaderamente ofensivas: una mostraba a un hombre barbudo con el hocico de un cerdo sujeto con gomas a la cabeza (se descubrió posteriormente que se trataba de un francés que daba chillidos en un concurso de una feria rural en Francia, sin relación con Dinamarca ni con el islam).
La polémica está servida.
El primer ministro danés, temiéndose lo peor, trata de sembrar bases de concordia en su discurso de final de año, pidiendo el respeto a las religiones.
Comienzan las protestas en los países árabes a principios del 2006. Manifestantes en Pakistán e Indonesia queman banderas danesas (¿alguien sabe donde conseguir banderas danesas aquí? ¿Y en Indonesia?...). Dirigentes de varios países islámicos piden al gobierno Danés que se disculpe (cuando no fueron ellos quienes publicaron las imágenes)
Como respuesta, un diario noruego cercano a la ultraderecha y al fundamentalismo cristiano, reproduce las imágenes, en solidaridad, supuestamente, con el Jyllands-Posten. Esto sucede el 20 de enero de 2006.
En el mundo árabe se toman esto como un nuevo ataque y se hacen llamamientos al boicot comercial no solo a Dinamarca, sino ahora también a Noruega. Ambos países, viendo la espiral creciente, se traen pa casa a muchos de sus embajadores, entre ellos los de Siria, Irán e Indonesia.
Muchos otros diarios de Europa, incluso de EEUU, reproducen de nuevo las imágenes en solidaridad con el periódico danés (como el francés France Soir y el alemán Die Welt)
Aun más leña al fuego, que ya estaba bien caliente.
Se asaltan embajadas y consulados (las de Dinamarca y Noruega en Damasco, Siria); se amenaza no solo a los daneses en estos países, sino a cualquier occidental; las iglesias cristianas de Pakistán, que no tenían nada que ver con la movida, son incendiadas; en febrero llegan las primeras víctimas mortales: cuatro en Afganistán, una en EL Líbano y otra en Somalía; en Irak se queman banderas occidentales, entre ellas la Española; nueve personas fallecen en el ataque por alborotadores libios a la embajada italiana en Bengasi; en Nigeria los manifestantes queman iglesias cristianas y asesinan a varios párrocos…
La Secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, acusa a Irán y Siria de “incitar a la violencia”. Desde Francia, el presidente, Chirac condena las “provocaciones” y pide a la prensa que sea responsable. La Unión Europea estudia crear un código de conducta para la prensa europea con el fin de que no se vuelvan a repetir acontecimientos similares.
Un grupo de doce intelectuales, entre los que se encuentran Salman Rushdie y Bernard-Henri Lévy, publican un manifiesto en “Charlie Hebdo”, periódico izquierdista francés, defendiendo la libertad de expresión y alertando contra la autocensura.
El 26 de octubre de 2006 un tribunal danés rechazó la demanda presentada por siete organizaciones musulmanas contra las caricaturas de Mahoma.
Las protestas continúan. Un imán paquistaní, incluso, llega a ofrecer un millón de dólares por la cabeza del dibujante (cuando en realidad se trataba de doce dibujantes).
Finalmente a mediados del 2006 la cosa llega a su fin.
De todo esto podemos extraer algunas conclusiones. En primer lugar, la desmesurada respuesta de los musulmanes ante algo que, de no haberse publicitado tendenciosamente, no hubiese salido nunca de Dinamarca.
Es increíble que se formase la que se formase por unas putas caricaturas, que pueden gustar más o menos, pero que eran simplemente eso, caricaturas.
Por otro lado, algo sumamente curioso: numerosos medios escritos europeos, así como varios gobiernos del viejo continente, por un lado defendieron la libertad de expresión y condenaron la violencia, pero por otro lado, manifestaron su respeto y simpatía por el daño y las ofensas que se había hecho a los musulmanes. ¿Daño y ofensas por unas caricaturas? Es curioso como aquí, en España, por ejemplo, y en muchos más países europeos, se pueden publicar terribles e irrespetuosas caricaturas sobre políticos o personajes famosos, sin que nadie se amotine por ello.
Pero ¿Por qué no se puede caricaturizar a la religión? ¿Por qué pedir perdón por hacer caricaturas de asuntos religiosos? ¿Por qué tiene la religión ese estatus especial?
El propio periódico danés que las publicó dijo en una editorial: “Los dibujos no violaban la ley danesa pero indudablemente han ofendido a muchos musulmanes, a los que nos gustaría pedir disculpas”
A la fuerza, y ante acontecimientos de este tipo, tenemos que tratar los asuntos religiosos con un cuidado especial que no tenemos hacia otros temas.
De hecho, yo mismo he dudado si escribir o no este texto, por una pequeña sensación inicial de prudencia que me aconsejó no meterme en estos berenjenales. Y tampoco tenía muy claro si publicar en el blog las dichosas imágenes.
Gracias a Dios se me pasó.
Mas info y fuentes: el libro de Richard Dawkins “El espejismo de Dios” (2006), y estas webs: http://es.wikipedia.org/wiki/Caricaturas_de_Mahoma_en_el_peri%C3%B3dico_Jyllands-Posten, aquí: http://blogs.periodistadigital.com/tizas.php/2006/01/31/una_caricatura_de_mahoma_en_dinamarca_en, aquí:http://www.infobae.com/notas/nota.php?Idx=236303&IdxSeccion=0, aquí:http://www.elmundo.es/elmundo/2006/02/02/internacional/1138914331.html, aquí:http://nomegustalapolitica.wordpress.com/2010/03/09/caricatura-de-mahoma-y-libertad-de-expresion/ y aquí, un genial análisis de todas las caricaturas, una por una:http://www.sindioses.org/sociedad/cartoonmahoma.html,
ALDOUS HUXLEY. Escritor y pensador inglés.
"Por muy lentamente que os parezca que pasan las horas, os parecerán cortas si pensáis que nunca más han de volver a pasar."
ALDOUS HUXLEY. Escritor y pensador inglés.
EL ESCANDALO WOODY ALLEN
Perpetrado por Oskarele
Hace unos días estuvimos hablando, en una de esas largas secuencias de comentarios, sobre el famoso escándalo que protagonizó ese filósofo que hace cine llamado Woody Allen, al enrollarse con la hija adoptiva de su pareja, Mia Farrow, que contaba 21 primaveras en aquel entonces, que finalmente se casó con Allen en 1997, y que, a día de hoy, sigue siendo su pareja. Las posturas encontradas iban desde calificar a Woody de degenerao y pedófilo a, la mía, de relativizar el hecho, partiendo de los datos reales, no de lo que ha quedado en la conciencia colectiva. En fin, que me he decidido a hacer un articulito sobre lo que realmente pasó, con la idea de aclarar algunas imágenes preconcebidas al respecto.
Así que vayamos por partes:
Allan Stewart Königsberg, Woody Allen pa los amigos, nacido en 1935, director, guionista, actor y escritor de cine norteamericano que además toca el clarinete, lleva gafas y es judío no practicante.
María de Lourdes Villiers-Farrow, Mia Farrow pa los amigos, nacida en 1945, actriz famosa más que nada por su relación con Woody Allen y por las películas que hicieron juntos, aunque se marcó un papelón memorable en “La semilla del diablo” (Roman Polansky, 1968) y tuvo un corto matrimonio con Frank Sinatra (1966-68)
Soon-Yi Previn o Soon-Yi Farrow, nacida el 8 de octubre de 1970, hija adoptiva de Mia Farrow y André Previn, un pianista, director de orquesta y compositor de origen alemán con el que la Farrow se casó en 1970 y con el que tuvo tres hijos biológicos (Matthew, Sascha y Fletcher) y otros cuatro adoptados, Moses, Soon Yi, Lark Song y Daisy.
Farrow y Previn se divorciaron en 1979.
Entra en escena el bueno de Woody Allen, que por aquel entonces estaba en to lo suyo.
Se conocieron, curiosamente, gracias a Michael Caine, que fue a ver una función en la que actuaba la Farrow, a la que pidió que le acompañase a cenar a un restaurante en el que había quedado con Mick Jagger. El sitio en cuestión era el restaurante Elaine´s, del cual Allen es cliente habitual y que ha inmortalizado en alguna peli (incluso hoy en día tiene siempre una mesa reservada hasta las diez de la noche…)
Pues resulta que allí se encontraron. Y la Farrow indicó a Caine que le parecía una persona sumamente interesante… Caine actuó de Celestina, contándole la admiración que le profesaba la actriz a Allen.
Unas semanas después el director la invitó a una fiesta de Nochevieja que estaba preparando, para dar la bienvenida a 1980.
Unos meses después, tuvieron su primera cita y comenzó una relación que duraría doce años, sin casarse nunca.
Soon Yi tenía entonces 10 años.
La Farrow tenía entonces siete hijos a su cargo (sic), como hemos dicho antes. Juntos adoptarían una niña, Dylan, y tendrían un hijo biológico, Satchel (llamado así en honor a un jugador de beisbol, Satchel Peige), nacido en 1987. En el 91 adoptaría Allen a Moses, hijo adoptado en soltería por la Farrow.
13 de enero de 1992. Estalla la tormenta.
La Farrow encuentra en el apartamento de Woody unas fotos en las que aparece Soon Yi, hija adoptiva de esta, pero no de Woody, desnuda. Tenía entonces 21 años. Siempre afirmó que había encontrado las imágenes sobre una repisa, pero conociendo el maniático orden de Allen sería extraño, y se ve más posible, como dijo este, que las encontrase buscando entre los cajones, pues ya sospechaba algo.
Lógicamente la relación terminó tras una brutal discusión. Allen confesó que llevaba varios meses manteniendo una relación con Soon Yi:
"Estoy enamorado de Soon Yi y quiero casarme con ella", dijo a su esposa. “Llevatela y desaparecé", respondió Mia totalmente fuera de sí. "No, no. Eso es lo que justamente pensé en el auto viniendo hasta aquí . No es lo que siento ni lo que quiero", respondió Woody temblando. Mia preguntó: "¿Qué es lo que debo decirles a los chicos? ¿Que su padre quiere casarse con su hermana?".
Extraido de las memorias de Mia Farrow.
El caso es que en esos precisos momentos estaban en pleno rodaje de “Maridos y mujeres”, curiosa película en la que el Allen escritor expuso mucho de sus sentimientos en aquellos tiempos anteriores a la tormenta. Ya separados tuvieron que rodar varias escenas juntos.
La cosa se va poniendo chunga: Allen sigue visitando a sus dos pequeños, pero Farrow le pide que renuncie a su custodia. Surgen los primeros rumores en la prensa y las primeras acusaciones mutuas.
El 5 de agosto de 1992 Mia Farrow, después de una visita al pediatra con Dylan, acusó a Allen de abusar sexualmente de la niña. Incluso filmó un video domestico en el que la niña hablaba sobre el presunto delito. Unos días después Allen pide la custodia de sus hijos ante un juez, acusando a Mia de inestabilidad emocional y de no poder hacerse cargo de tantos niños (nueve, en total)
Y la guerra se hace pública en la arena de los medios de comunicación.
Se entra en una espiral de despropósitos y descalificaciones por ambas partes. Medio mundo, el puritano, lo declararon acabado para el cine. El otro medio se dispuso a gozar del bochornoso espectáculo de ambos.
Allen, angustiado por el acoso de los paparazzis, se enclaustró en su estudio a trabajar, creando el guión de su siguiente cinta, “Misterioso Asesinato en Manhattan”. Además se estrenó la última película que rodó la pareja, “Maridos y mujeres” que se convirtió en un éxito.
El juicio empezó en marzo de 1993, en la Corte Suprema de Nueva York. Estuvo plagado de momentos patéticos, de contundentes acusaciones y de alguna escena digna de guiones de Allen. En un momento en concreto Mia afirmó subida al estrado que uno de sus ex maridos se había ofrecido para romperle las piernas al director. No dijo el nombre. Pero seguramente fue Frank Sinatra, con el que aun se llevaba bien y que estaba relacionado con la mafia…
La sentencia se leyó el 7 de junio de 1993 y dejó bastante malparado a Allen: sus alegaciones fueron rechazadas, tuvo que pagar las costas legales y la custodia de los hijos le fue concedida a Farrow. Solo podía ver a su hijo biológico, Satchel.
La acusación de abuso sexual fue desestimada por falta de pruebas.
Tras el juicio reemprendieron su relación Allen y SoonYi. Se casaron el 23 de diciembre de 1997 en Venecia, por sorpresa y en la más estricta intimidad. Tenían 62 y 27 años respectivamente.
Tienen dos hijos adoptivos, Bechet Dumaine Allen y Manzie Tio Allen, por los músicos de jazz Sidney Bechet y Manzie Johnson.
Mas info y fuentes por aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Woody_Allen, aquí:http://es.wikipedia.org/wiki/Mia_Farrow, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Soon-Yi_Previn, aquí: http://edant.clarin.com/diario/1997/02/07/e-02801d.htm, aquí:http://www.emol.com/especiales/Woody_Mia_2006/index.htm, aquí:http://www.elmundo.es/magazine/num71/textos/miab.html, aquí:http://www.guioteca.com/celebridades/woody-allen-y-el-escandalo-mas-impactante/.
SHELDON COOPER. Personaje interpretado por Jim Parsons en la serie The Big Bang Theory
"Cuando era niño, mi sueño era tener un hipogrifo. Desafortunadamente, mis padres nunca me quisieron dar un huevo de águila y semen de león. Pero claro, mi hermana tuvo sus clases de natación cuando las quiso."
SHELDON COOPER. Personaje interpretado por Jim Parsons en la serie The Big Bang Theory
TÚ TAMBÍEN. TÚ MÁS….ARGUMENTO TU QUOQUE
Perpetrado por Oskarele
“Oskarele dice que el capitalismo es un crimen y una vergüenza. Sin embargo, él mismo se beneficia del capitalismo, por lo tanto se deduce que su afirmación es errónea y el capitalismo debe estar bien”.
Otra falacia. Otro argumento erróneo desde el punto de vista lógico. Y este mucho más común de lo que parece a simple vista.
¿Por qué es erróneo?, pues por una sencilla razón: el que Oskarele afirme algo que en la práctica no hace, no quiere decir que ese algo no sea verdad, sino que esa Oskarele es una hipócrita (puestos a buscar un calificativo). Lo que se demuestra es la incongruencia entre lo que Oskarele afirma y lo que hace. Pero la idea que afirma no queda rebatida por esto.
Con este tipo de argumento falaz se pretende romper el debate y no analizar la premisa, rechazándola de primeras, apelando a la inconsistencia de quien la propone.
Seguiría esta forma lógica:
A critica P.
A es también culpable de P.
Por tanto, la crítica a P es rechazada.
Se trata de una falacia porque la conclusión (rechazo de la crítica a P) no se sigue de las premisas.
Pues bien, este argumento se suele llamar entre los fieras de la materia “Tu quoque” (“tú también” en latín) y es una variante de la falacia ad hominem, mediante la cual se procura demostrar que una crítica o una objeción se aplica igualmente a la persona que la realiza, rechazándola sin entrar a analizarla, y de la que ya hablaremos.
Algunos ejemplos igualan pueden ayudarles a comprender el significado de esta falacia:
“El medico me dice que fumar es malo, pero él también fuma, así que fumar no debe ser malo” (el que el médico diga una cosa y haga otra distinta no quiere decir que lo que afirma no sea cierto, solo que se está jugando la vida, como todos los que fumamos)
“Cayetano de Alba dice que los andaluces somos vagos, pero él también es un vago, así que los andaluces no somos vagos” (el criterio para demostrar que los andaluces no somos vagos no es que este señor que lo afirma también lo sea)
O este clásico: “Thomas Jefferson decía que la esclavitud estaba mal. Sin embargo, él mismo tenía esclavos. Por lo tanto se deduce que su afirmación es errónea y la esclavitud debe estar bien” (esto solo demuestra que era un hipócrita Jefferson. Pero no que la esclavitud sea buena)
El caso es que, como decíamos al principio, esta falacia está mucho más extendida de lo que pensamos. Todos en algún tipo de discusión o debate hemos dicho el típico “y tú también” o “tú más” como respuesta a una afirmación sobre nosotros (por ejemplo: “Eres un porrero”, “y tú también”)
Es cierto que no siempre tiene por qué tener un uso falaz este tipo de argumento. Hay veces en el que es lícito emplearlo cuando se utiliza para atacar a alguien con supuesta autoridad moral. Por definición alguien con autoridad moral es consecuente con lo que aconseja u ordena, por la tanto si no es consecuente, sus consejos ya no tienen valor.
Por ejemplo: Mariano Rajoy aconseja que nos apretemos el cinturón todos los españoles, que nos sacrifiquemos, pero él no está dispuesto a hacerlo, como todos sus compañeros de profesión, por lo que podría ser desacreditado mediante este recurso.
El límite entre un uso falaz y un uso lícito es difuso en muchos casos.
El propio nazareno crucificado, un tal Jesús, dijo en una ocasión según uno de sus biógrafos: “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.” (Mateo 7:1-5).
(El que alguien cometa el mismo pecado, delito o daño que tú, no quiere decir que tú no lo hagas o que no tenga la misma consideración. Pero por otro lado, sirve para relativizar la autoridad moral del que ataca)
O aquello de “el que esté libre de pecado…”
A modo de curiosidad, mencionar que el nombre (Tu quoque), procede de la famosa exclamación del “pobre” Julio Cesar antes de ser asesinado (un 15 de marzo del 44 a. C.), cuando vio que entre los conspiradores estaba Bruto, su protegido. Exactamente dijo: “tu quoque, fili mi!” (Tú también, hijo mío!) o “et tu quoque Brute fili mi!” (‘¡Bruto, hijo mío, también tú!’).
Con este sentido original, la expresión todavía se usa para indicar la ingratitud.
Mas info y fuentes por aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Tu_quoque, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Ad_hominem, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Falacias, aquí: http://www.usoderazon.com/.
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