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RESILIENCIA.

(B)Florecer en la aridez.

Resiliencia, del verbo latino resilio, resilire: ‘saltar hacia atrás, rebotar’, tiene varios signficados según el contexto:

La resiliencia (en ingeniería) es una magnitud que cuantifica la cantidad de energía por unidad de volumen que almacena un material al deformarse elásticamente debido a una tensión aplicada.

La resiliencia (en ecología) es la capacidad de las comunidades de soportar perturbaciones;

La resiliencia (en psicología) es la capacidad de las personas o grupos de sobreponerse al dolor emocional para continuar con su vida.

En Psicología, el término define, entre otros conceptos, lo que ya trae el individuo sobre el que hay que actuar; esto es, su naturaleza o su herencia, además de sus condiciones de vida e, incluso, su medio social.
Podríamos agregar que es la ciencia explicativa del comportamiento humano que proporciona hipótesis agudas para superar determinados traumas. Así, reiterando, la resiliencia resulta la habilidad para enfrentar de manera eficaz y adecuada experiencias adversas traumáticas, canalizando atributos y habilidades innatas.
Y así como hay material de hierro, vidrio, madera, etcétera, existen individuos de distinto temperamento y carácter. Los de carácter fuerte o de gran voluntad pueden crear totalmente las condiciones del medio de las que tienen necesidad y llegar a ser grandes figuras. Desde luego, no es fácil cambiar el carácter, como lo dice el refrán: “Genio y figura hasta la sepultura”.
La herencia y el ambiente son vitales; por ello, los especialistas destacan la necesidad de trabajar con niños pequeños.

De este modo se categorizan los sujetos en no-resilientes y pro-resilientes, existiendo una gradación intermedia. Se observa que a mayor actividad cognitiva y a mayor capacidad intelectual aumenta la resiliencia, no sólo emocional, sino de las neuronas de los sujetos.
Ciertamente que no es absoluta la relación “mayor nivel intelectual = mayor resiliencia“, pero estadísticamente es muy frecuente. El sujeto con mayores conocimientos y mayor capacidad intelectual puede procesar y elaborar más eficazmente los traumas y los factores distresantes.
Ante situaciones de catástrofe (natural o provocada por el ser humano) se debe considerar la formación de las llamadas “comunidades resilientes” y para éstas un tratamiento específico. Teniendo en consideración que la resiliencia psíquica es el resultado de múltiples procesos que contrarrestan las situaciones nocivas, se trata de una dinámica en la cual se podrían señalar las siguientes etapas:

El equilibrio que enfrenta a la tensión
El compromiso y el desafío
La superación
La significación y valoración
La positividad de sí mismo
La responsabilización
La creatividad

Clínicamente se hace una diferenciación neurobiológica entre las personalidades no-resilientes y las pro-resilientes en situaciones de estrés postraumático. En los sujetos no-resilientes o poco resilientes se observan fenómenos llamados de alta call memory; tal call memory se define por la frecuencia e intensidad en que se reactiva en la memoria consciente el momento traumático o altamente distresor. Desde la perspectiva clínica, tales reminiscencias traumáticas se pueden presentar como flash-backs o como pensamientos intrusivos, siempre de modo compulsivo.

La investigación neurológica ha demostrado que tales evocaciones del trauma se generan con activaciones autónomas de diversas partes del cerebro, en especial las de la memoria y las de vigilancia, es decir, regiones del cerebro tales como los núcleos de la amígdala, el lugar azul o locus coeruleus, el hipocampo, y luego el neocórtex.

Si tuviésemos que definir el agente de esta ciencia o técnica con una sola palabra, consignaríamos voluntad, que es una de las tres facultades del alma. Las otras son el pensamiento (razón) y el sentimiento. Respecto a esta última, no deben perderse de vista la autoestima, la amistad, el amor, la responsabilidad.

Para apoyar a la razón, se estudia la autonomía, el autocontrol y la observación de sí mismo. Y la voluntad ,que para Juan Jacobo Rousseau y Federico Nietzsche es la facultad más importante de la conciencia, es capital para tratar la frustración, el enojo y el dolor, además también de la autoestima.

Enfrentamos tiempos difíciles: desempleo, crisis de valores individuales y sociales, inestabilidad…son tiempos para la RESILIENCIA.

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