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RITUAL, CULTURA Y SOCIEDAD. EN BUSCA DE DEFINICIONES APROPIADAS. PARTE 2/2


ByOskarele

En muchas ocasiones los ritos y los rituales están asociados a algo “sagrado”, a algo “trascendental”. Así, desde esta perspectiva están relacionados con las ceremonias de culto, tanto públicas (misas, entierros…) como privadas (oración privada, bendición de la mesa, el Jesusito de mi vida de antes de dormir).

Pero también hay que tener en cuenta que existen ritos y rituales en las ceremonias laicas, que presentan a menudo un carácter tan solemne como las religiosas.

La diferencia estriba en el valor simbólico que se la da al ritual.

Y es que también existe una relación clara entre rito y símbolo, entendido esto último como algo ajeno a nuestra percepción inmediata que se representa o simboliza mediante un objeto o imagen simbólico (por ejemplo el anillo es símbolo del matrimonio, la bandera de la patria, el perro de la fidelidad o la serpiente de la perfidia).

Así está claro que determinadas prácticas rituales son eminentemente simbólicas, porque mediatizan mediante posturas, gestos o palabras una relación con una entidad no solo ausente (como en el caso del simple signo) sino imposible de percibir, inaccesible, excepto por medio del propio símbolo.

Eso no quiere decir que todo símbolo sea rito.

Por ejemplo las matemáticas, aunque se trata, precisamente del sistema simbólico mas abstracto e intelectualizado, mientras que otros sistemas simbólicos, como las artes, las ideologías o los mitos, si suponen la existencia de determinados rituales.

Existen una serie de elementos que están estrechamente relacionados con el rito, sin los que no podría existir ni funcionar.

Por ejemplo, la creencia, la fe, o lo que consideramos sagrado, o las manifestaciones corporales que sirven de herramienta para el rito.

Por un lado se trata de un conjunto de creencias, que puede tomar la forma de la adhesión a determinada doctrina religiosa o mágica, pero también de adhesión a ciertos orígenes míticos de un pueblo (nacionalismo) o a ciertos ideales laicos (pensamiento político). En todos estos casos se trata de una cuestión de fe, entendida como algo que escapa a toda demostración racional, que se dirige a un ser supremo, o a unos valores que tienen para el creyente un carácter sagrado, aunque sean simples opiniones políticas.

Así, podríamos decir que existen ritos sin dios y sin misterio, pero no ritos sin fe o creencia, ni, desde luego, fe sin rituales.

Pero hay que partir de que lo “sagrado” es un campo y una noción compleja.

Etimológicamente, lo “sagrado” se opone de lo “profano”, designando aquello que está separado o circunscrito, el recinto, el lugar reservado en el que solo entran los iniciados.

Pero en la práctica antropológica la cosa es mucho más compleja, mostrándose una enorme ambigüedad en lo que se considera sagrado: se sitúa en dicotomías como puro/impuro, orden/desorden o respeto/transgresión.

En definitiva, ¿atañe exclusivamente lo que consideramos “sagrado”  a la trascendencia,  a la comunicación con un mundo sobrenatural, sobrehumano, al que se refieren todos aquellos ritos y rituales arcaicos y tradicionales?

O bien ¿puede entenderse también como algo vinculado a valores seculares de orden cívico, moral o político?

Parece que sí.

Por ejemplo: la figura de Hitler se convirtió en algo sagrado para sus seguidores, en un grado comparable a la devoción que otros sentían por seres religiosos míticos. Así, se puede más o menos plantear, que determinadas organizaciones o situaciones sociopolíticas adquieren un valor “sagrado” y seguramente lo hace gracias al ritual que conllevan.

Por otro lado la fe, la creencia en lo que consideramos sagrado, no la podemos manifestar sino mediante un conjunto de comportamientos corporales: posturas, gestos, danzas, vocalizaciones y otros procedimientos corporales.

Esto es algo obvio, pues no puede existir ningún ritual que no tome al cuerpo como soporte directo o indirecto de su acción y de su proyecto. Ya sea como lugar donde fijar unos signos (tatuajes, pinturas) o incluso donde practicar unas intervenciones (piercings, amputaciones). Ya sea como una fuente de energía o de influencias. Ya sea como sujeto de sexualidad, campo de enorme valor para determinados rituales.

Así, cuando llegamos al final de esta introducción, podemos más o menos plantear una posible y extensa definición de lo que entendemos por “ritual”, a ver qué os parece:

Un ritual es un SISTEMA codificado de PRÁCTICAS, con ciertas condiciones de lugar y de tiempo, poseedor de un SENTIDO VIVIDO y un valor SIMBOLICO para sus actores y testigos, que implica la colaboración del CUERPO y una cierta relación con lo SAGRADO, entendido no solo como algo religioso.

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